Mudarse fue solamente el comienzo para desgarrar ese pequeño deseo inevitable.
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Con problemas en mente, una vida sin recuperación y malos recuerdos, la duda de poder formar la nueva etapa de su existencia llega con...
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No había palabras, estaba simplemente asombrado de lo que acababa de presenciar. El ser de sonrisa tétrica había tomado una decisión desde le momento en que la sensación de terror lo había invadido. Y no, no hablaba de su miedo, sino de el temor más placentero que haiga experimentado en su existencia.
Un héroe fallando a sus ideales.
Lo imposible, volviéndose posible.
Una promesa rota y el dolor que eso traía.
¡Que simpático!
Pensaba que la estupidez no podía ser más perfecta. Ah, que no daría por continuar atrayendose por esta clase de sentimientos. El Ninja le había regalado algo que no tenía comparación con las viles depresiones que le servían de un inútil apoyo a sus planes. Esto era un prodigio que por supuesto, volvería a obtener. Si bien el sentimiento fue corto por a o b motivo, iba a asesorarse de como exactamente se causó.
¿Qué le había sucedido? ¿Por qué falló? ¿Quién lo hizo fallar? Alguna distracción, un mal movimiento tal vez. O este guerrero tenía algún problema que lo estaba atormentado y él ni por enterado, aunque la posibilidad era nula, el lo hubiese sabido. Desde un principio, y como todo tiene su orígen, buscaría el de este caso también.
No cabía en su cabeza como el héroe cometió tal locura, ¡Ja!, fue espléndido tener la ventaja de ver atraves de los ojos de sus víctimas, y la última escena era digna de un premio. Estalló en carcajadas a penas vió los ojos estupefactos de su enemigo. ¡Es que era para morirse! Hace mucho que no gozaba un momento de risa con diversión pura.
— Debiste verlo, ese miedo en cada fibra de su ser. ¡Pfff! — sostuvo su estómago, la rata a su lado chilló varias veces, también estaba interesado en saber qué tanta gracia tuvo ese hecho. Pero parecía ser gracioso, así que se río igualmente que su compañero subterráneo. Pero paró en seco al verlo analizar profundamente, cambió sus carcajadas por un ceño que se negaba a dejar de fruncir. — Pero....algo debió haber causado está obra de arte, y quiero saber...No, necesito saber, qué lo causó. Qué hizo que matará a mi mounstro...
Esto lo impulsó a echarle un vistazo más a los recuerdos restantes de lo que su creación grotesca presenció por última vez, como si de un reproductor de vídeo se tratase, la escena se repitió en su mente retorcida. Todo iba bien. La pelea, golpes, el tipo diciendo cada ataque que presentaría a diestra y ciniestra, más golpes. Y...¡Ah! Él desvío la mirada, pareció impactarse por algo antes de caer distraído. ¿En qué se centro nuestro héroe? Se preguntarán. Pues algunos ya caímos en quién. Él, había volteado a ver a aquella adolescente minutos antes de el trágico hecho.
Entonces, si lo pensaba sin mucha lógica. ¿Fue ella? ¿Ella lo distrajo? Imposible. La posibilidad de que alguien logrará despistarlo así por sí se le hacía extraña, porque ya lo había visto bajo presión antes. Con muchas personas a su alrededor en peligro, y jamás. Había bajado la guardia.
