𝘾𝙊𝙍𝙍𝙐𝙋𝙏 ╏RC9GN'×Lᴇᴄᴛᴏʀᴀ |En Pausa|

𝐎𝐂𝐇𝐎

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Howard tomó su celular el cual había recibido una llamada que daba la sensación desesperada de que fuese atendida, a penas vió el número frunció el ceño, ya se veía venir que su supuesto "mejor amigo" entre comillas se llegará arrepentir de sus acciones. Dejarlo allá en medio de todo su público alocado, mientras disfrutaba solito todo crédito fue decepcionante. Pues él sabía que en muchas ocasiones encubrió su presencia para que pudiese escabullirse en busca de detener a ya varios seres malignos. ¿Cómo podía no darle crédito? ¡Él también fue crucial para todos sus rescates u momentos de gloria! Básicamente sin él, no hubiese logrado la cima. No señor. Colocó su mejor tono de reclamo, ahora sí estaba sumamente ofendido.

— Ohhhh Cunningham, vaya. No esperaba tu llamada, ni siquiera le pedí a Heidi que estuviera pendiente de mi celular por si eras tú. No claro que no. Dime, ¿Necesitas decirme algo, amigo? — arrastró las últimas palabras entre dientes. Recalcando su voz como una evidente furia.

Sin embargo, no recibió ningún sonido, menos una disculpa o excusa absurda, a penas podía descifrar si estaba escuchando al otro respirar desde la otra línea. No fue hasta que unos sollozos se hicieron presentes que sus gestos se desvanecieron tornándose en confusión. Algo desencajo ahí, entendió que el estado de Randy era peor al suyo, aún no había sacado conclusiones con concretas para cuando el de cabellos morados sorbio su nariz, dispuesto a vocalizar una palabra mínimo.

— Howard...— había tanta debilidad en su voz, al borde de quebrarse, esto logró alarmarlo, no le importó tener como objetivo cobrarle alguna mini venganza por haberle dejado en su presentación, quería saber qué le sucedía.

— Oye, ¿Todo bien? No me digas que estás actuando para darme lastima — un suspiro tembloroso se escuchó, quería pensar que no era nada grave, tal vez no valía la pena darle vueltas, pero jamás le escuchó tan devastado.

— Yo....No sé cómo explicarte lo que sucede....Es... Complicado....

— ¿Qué pasó Cunningham? Sabes que no me gustan tus suspensos. Ya te pareces al Nomicon, dime lo que ocurre. — insisto el pelirrojo con desespero, la frustración por el estado de Randy lo había puesto nervioso.

Randy desde su habitación echó un vistazo a la puerta, se levantó de su cama, dando pasos débiles y lentos. Hasta llegar a la sala, dónde su madre veía atentamente el reportaje que transmitan por televisión. Con solo ver el título de la noticia, se le erizó la piel, una corriente de culpa se expandió por su ser. Cerró sus ojos, escondiéndose detrás de la pared para evitar romperse frente a su figura materna. No podría, no sabría cómo explicar lo que estaba sintiendo.

Con una mirada pegada al piso, casi perdida, sin sentido de vida, forzó a su garganta para volver a hablar.

— Podrías....¿Podrías venir? Porfavor....No tengo a nadie más para contarle....— Howard no tuvo que escuchar más, colgó su celular, y salió disparado de su casa, dejando confusa a su hermana mayor que nadamás notó el rostro preocupado de su menor antes de salir huyendo a toda prisa.

Se oía mal, no no, estaba mal. Demasiado. Ya no se dió el lujo de criticarlo, iba sumiso en lo que estaba sucediendo con él.

Randy colgó, abrazando sus rodillas con toda la miseria cayendo en su ser.

¿Cómo podían pensar así? Es que acaso no había hecho suficiente, se equivocó en algo, no era perfecto pero jamás falló intencionalmente, había sobrepuesto la seguridad de los demás antes de la suya. Tantos días, arriesgando todo, sin importar nadamás que las vidas inocentes. Las mismas que ese día lo señalaban como un sucio criminal sin corazón. Claro, había personas que se oponían a la suposición de que fuera acto de su autoría. Pero, de igual manera, no lograba reconfortarse con el título de la noticia oscura, alertando sobre una víctima tras el ataque ese mismo día.

¿Será que nuestro solidario Ninja no intervino esta vez?

¿Cómo fue que esto sucedió?

¿Por qué no logró salvar el día, ésta vez?

¡Basta! Le dolía demasiado, ver cómo dudaban de su esfuerzo, de que no lo intentó. Que estuvo en ese lugar, matándose la espalda en vano y que todo fue por un desliz con intenciones propias.
Jamás, tendría la dignidad de arriesgar vidas por sobre otra cosa, tampoco podía considerar que se distrajo....Bueno, no lo tenía seguro, más que nada estaba confundido, tanta devastación nerviosa le nubla el juicio de razón.
Cada opinión, se suponía que no era válida, que no tenía la mayor importancia porque él, solo él, sabía la verdad. Estaba siendo atacado, de una manera muy cruel. ¿Qué le quedaba por hacer? Guardar silencio. Y eso era lo que más lo hacía retorcerse de frustración, quedarse callado sin poder dar un solo testimonio de lo que fue la verdad en los hechos.

— Tú no crees que sea verdad...¿O sí? — su madre se volteó ante el llamado de su hijo, el cual no quería dejarse ver en ese estado miserable, actuando rápido se sentó a su lado, prometiendo no cruzar miradas con su mayor. La mujer le analizó, también planteaba si era adecuado decirle su respuesta de manera directa, sabía que el héroe era una figura a seguir de su hijo, o al menos eso suponía, por lo bien que hablaba en diversas ocasiones de este enmascarado protector. Debía ser cuidadosa, tal vez el desánimo del adolescente se debía a qué no podía creer la noticia y ponerlo como una decepción. Sí, debía ser eso. En su mente, tenía lógica.

— Creo que es un guerrero. Ha luchado por tanto tiempo, que se equivoqué una vez no es para criticarse. — contesta comprensiva, de pronto, su corazón comenzaba a latir con un poco más de tranquilidad.

— Mamá, él debió esforzarse. Mira como la gente habla, están diciendo que fue su culpa....

— ¿Cómo están seguros de eso? Ellos no han vivido constantemente el peligro en cara, solamente han sido los que logran escapar. Él, es quién se queda todo el tiempo a enfrentar todo mal — tomó el rostro del adolescente en sus manos, acunado con cariño y una mirada piadosa de la sensibilidad que este mostraba, estaba afectado — Randy, hay ocasiones en la vida en dónde cometerás errores, tu objetivo se verá afectado. No siempre se gana, pero tampoco siempre se pierde. — tras de eso, esperó que el de cabellos morados concordara con ella, utilizó sus últimas fuerzas para asentir débilmente. Sonrió, brindándole ese abrazo que necesitaba desde quizás antes del accidente.

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Durante el transcurso de la noche, Howard se quedó con su amigo escuchando a detalle los hechos, uno por uno. Empezando con que no podía creer la situación en que se había metido, justificó cualquier molestia, pero tampoco logró darle una frase motivadora. Sinceramente, no sabía ni que decirle al respecto. Solo entendió que, lo que había sucedido afectó en un gran nivel emocional a Randy. Y que esté no se encontraba nada bien, mientras estuviera así, dudaba que el Ninja se hiciera presente por varios días. Quién sabe cuánto demoraría superar levemente ese acontecimiento traumático.

— Dudo que mañana tengamos clases. Con todo esto...— comentó entre el silencio, pensó que hacía falta un poco más de charla a parte de simplemente oír a su amigo lamentarse deprimido. Su rostro sin vida lo convenció de seguir intentando arribar esa tristeza — Podríamos ir a comer algo. — sugiere, la comida lo arregla todo ¿No?

— No tengo ganas de salir Howard, menos de ver a las personas. A penas soporto verte a ti y a mamá a los ojos sin sentirme....tan....sucio....

— ¿Cuántas veces te lo voy a tener que repetir? ¡Tú no tuviste la culpa! ¡No mataste a nadie! — gritó exasperado. No podía creer que Randy cayera en esa idea absurda a su parecer.

— Tu no fuiste el que vió el cuerpo de ese chico tieso y sin moverse, con sangre....¡Yo terminé manchado también! ¡Murió por una cortadura de MI espada!

Está exclamación, denota que estaba decidido. Difícilmente podría hacerlo creer en lo contrario, pero su mente ya estaba dándole malas jugadas a su razón.