-----> -Pues lo haces muy bien- me coloca sus manos en mi rostro y sonríe. Me pierdo en su alegre sonrisa. Es como si me hiciera olvidar toda tristeza y preocupación.
-Qué dices si tú me acompañas un momento Andrew- dice Brook deteniendo a Andrew que estaba a punto de abordarnos.
-No quiero, suéltame-
-Ven, tengo algo que te hará sentir mejor- y Brook se lo lleva.
-Acompáñame- Max me toma de la mano y lo sigo hacia el balcón. Tiene una vista preciosa, es como la del apartamento de Andrew.
-Creo que tenía calor. Está mucho más fresco aquí- le digo intentado generar conversación y no sonar como un tonto. No me perdonaría a mí mismo si cometo una niñería frente a él.
Me quedo conversando con Max por algunos minutos. El tiempo vuela cuando estás con alguien que te pone de buen humor. Los sillones puffs en los que estamos sentados van perfecto con la personalidad de Max. Llega un momento donde nos encontramos solos en el balcón. El clima empezó a enfriar más y siento el instinto de buscar calor en algún lado.
-Toma, esta manta es muy calientita- se inclina a ponerme la ligera manta que sacó de uno de los pequeños muebles del espacio. La extiende sobre mí y acerca su rostro al mío. Puedo sentirlo venir. Es el momento. Brook tenía razón, ya no hay escapatoria, estoy listo. Puedo sentir el calor de su respiración rozando mis labios. Pero todo se torna helado de un segundo a otro. Siento un líquido casi congelado recorriéndome el rostro. Andrew nos ha arrojado un vaso de ponche con hielos.
-¿Qué te pasa Andy?, ¿por qué hiciste eso?- le reclama Max. Aunque luce muy calmado para alguien enojado. Yo sigo sin creer lo que acaba de hacer.
-Ay de verdad lo siento intenté calmarlo pero ya no pude retenerlo más, explotó cuando los vio- dice Brook conteniendo a Andrew que se tambalea en sus brazos.
-Por Dios, estás ebrio- le digo mientras se escurre como una lombris para alcanzar a Max.
-Te quiere a ti Jamie, no dejaba de decir tu nombre- me explica Brook.
-¿Qué le diste?- viéndolo realmente mal intentando golpear torpemente a Max.
-Sólo un poco de Vodka-
-¿Un poco? Velo, parece que bebió toda una botella-
-Jamie, Jamie, Jamie- con una voz un poco tenebrosa.
-Ummm creo que quiere estar contigo Jamie- me dice Max pidiéndome que me acerque con él. No soy una mala persona, de verdad me siento mal viendo a Andrew así. Me decido y lo tomo del torso para ayudarlo a pararse y a que camine conmigo.
-Ven, vamos a tu casa. necesitas descansar- se prensa de mí con un fuerte abrazo y los ojos cerrados. Es como si caminara con un zombie.
Subimos un piso en el elevador y parece que llegamos a otro mundo. Todo está en calma, el interior luce tan pulcro y elegante como en la otra vez. Lo ayudo a recostarse sobre el sillón más grande de la estancia.
-Dile a mi nana que venga- me balbucea. -¡Rita!- grita con una voz ahogada. La mujer llega y se sorprende de lo que ve. No la culpo, es muy raro conocer a Andrew y de repente verlo en este estado.
-Dígame-
-¿Me podría traer un poco de agua y una pastilla antiácidos?- le digo con una avergonzada sonrisa.
-Enseguida-
Creo que estoy más apenado yo que Andrew. Seguramente pensó que fui yo quien lo puso en este estado. -Ha de tener una pésima impresión de mí su nana-
-Aquí tiene- me la entrega y hago que Andrew tome la pastilla y beba todo el vaso de agua.
-Por favor dale ropa limpia a mi querido-
-No yo no soy su...-
-Como ordene amo Walls- la señora me mira y yo con la cara roja de la vergüenza por lo que acaba de decir Andrew. -Acompáñeme joven- la sigo. Entramos a un cuarto de lavado. Me entrega una camiseta que huele a suavizante de telas.
-Se lo agradezco-
-Me da gusto ver que el amo Andrew por fin tiene una pareja que lo hace feliz y más si se trata de un jovencito tan guapo como tú-
-No, creo que esto es un malentendido-
-No hay ningún malentendido joven. Es muy fácil ver el cariño que le tienes a tu compañero. Pero no te culpo, el amo Andrew es tan adorable, ¿quién se puede resistir a sus encantos?- suelta una risita contenida. De verdad cree en lo que está diciendo. Yo solo sonrío para no entrar en más detalles con ella. Me cambio la camisa húmeda por la seca que me dio su nana.
Al regresar a la sala veo que Andrew balbucea desde su asiento. Es como un niño pequeño que no ha aprendido a hablar.
-Tranquilo, ya estoy aquí, reposa, te hace falta- le doy una suave caricia a su espalda y se tiende sobre mi regazo cayendo dormido. -Tiene que ser una broma- pero mi corazón noble me impide despertarlo, así que me quedo en esa posición por un rato. Conforme avanza el tiempo su respiración se normaliza.
-¿Por qué él?- giro mi cabeza hacia abajo asomándome para ver si fue él quien pronunció esas palabras.
-¿Qué cosa?-
-¿Por qué Max?, ¿es por que es igual de tonto que tú o por qué es extranjero?, ¿te gustan los chicos con acento británico?-
-No sé de qué me estás hablando-
-Te vi. Vi como estabas a punto de besarlo- con su tono normal de voz.
-¿Entonces si puedes hablar? ¿y cómo que me viste?, ¿que no estabas noqueado por el alcohol? O será tal vez que fingiste todo sólo para traerme aquí contigo- lo empujo fuera de mis piernas y se incorpora perfectamente. Es obvio que me tendió una trampa.
-Yo soy el indicado para ti-
-No puedo creer que me hayas engañado- el timbre suena. La nana Rita abre la puerta. -Cada que confío y hago algo bueno por ti me traicionas-
-¿Ya estás mejor Andy?- le pregunta Max llegando.
-Sabes que, me tengo que ir- le digo muy molesto a Andrew.
-Espera, te dije que te había traído algo y bueno aquí está-
-Perdoname Max, ahora no estoy de humor, no es tu culpa pero de verdad me quiero ir-
-Espera. Cierra los ojos. Por favor. Por mí- dejo salir un suspiro pero finalmente cedo a su petición. -Bien, ábrelos- veo a Max sosteniendo un pequeño ramo de flores amarillas.
-Wow, ¡qué lindas!, muchas gracias- le digo con una sonrisa en el rostro y me suelto a abrazarlo.
-De nada, imaginé que te gustarían. Muchas gracias por haber venido hoy, significó mucho para mí verte en mi primera reunión que organizó aquí, en mi nuevo hogar-
-No fue nada- volteo y veo a Andrew molesto. -Gracias por las flores, hablamos después, te escribo- camino hacia la puerta.
-Espera, te llevo a casa- me dice Andrew a mis espaldas.
-No gracias, estoy bien-
-No era pregunta-
-No quiero Andrew, puedo regresarme solo- le digo sin verlo más y abro la puerta. Repentinamente viene a mí una idea brillante y doy media vuelta -De hecho Max, mañana es la función de inauguración del Sugar Bow, Brook, DeeDee y yo nos vamos a presentar, me gustaría que estuvieras ahí-
-Claro, sería un placer verte en tu noche de debut-
-Perfecto, te pondré en la lista- regreso y le doy un beso en la mejilla antes de salir. Andrew no pronunció otra palabra.
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Se vienen cosas intensas en la historia jeje :O gracias por leerme :)
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Sugar Bow
Teen FictionÉl es Jamie, carismático, inocente, sin malicia y un poco torpe. Nadie se imaginó que se convertiría en stripper, ni siquiera él. Él es Andrew, un arrogante prodigio intelectual aunque bastante atractivo, con ideas muy peculiares sobre el amor y ca...