Strange Neighbor |Keanu Reeves|

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Y sí, estaba castigada.
Aunque bueno, no es como que siempre saliera, desde que murió Margaret no había salido para nada, así que para mí era normal.

—Enserio que estás loca, ¿qué te sucede? ¿eh? — cuestionó Elías

Yo solamente rodé los ojos

—¿Nada más veniste para regañarme?

—Enserio que estás bien loca, ¿qué pensaría Margaret? ¿eh?

—Al menos hago algo para que pueda descansar en paz, su asesino aún sigue suelto y nadie hace nada

—Ésto es la vida real, Evangeline, no es como las series de policías que ves

—Lo sé perfectamente

—Ese hombre no hace nada, ¿qué encontraste?

Bufé

—Nada pero...

—¿Lo ves? Solamente ha de ser un pervertido que se hace pajas con muñecas inflables, lo de siempre —cuestionó mientras me interrumpía

—No lo sé, algo no me cuadra

—Bien, me voy, hablame cuando estés más cuerda — comentó enojado mientras se salía

Yo no hice nada para detenerlo, era claro que ahora estaba tachada de loca por entrar a su casa y bueno, de pura suerte me había salvado de cargos.

🥀🥀🥀

Estaba haciéndome algo de comer cuando oí que tocaban la puerta

—Seguramente sea Elías — susurré mientras me lavaba las manos

Caminé hasta la puerta y no, no era él.
Vaya sorpresa.

—Buenos días — comentó

—¿Sucede algo? — pregunté

—¿Puedo pasar?

Yo solamente me hice a un lado mientras él entraba.
Cerré la puerta y me dirigí de nuevo a la cocina

—¿Café?

—Claro — respondió mientras se sentaba en una de las sillas de la mesa

—¿Qué lo trae por acá Detective Reeves?

—Puedes decirme Keanu y hablarme de tú, no hay problema

—Bien...¿qué te trae por aquí?

—Bueno, quería informarle que vimos las cosas de su cochera y no hay nada

—¿Qué?

—No hay nada, simplemente es un señor que caza animales debes en cuando

Le dí su café y yo me senté en otra silla, quedado frente a él.
No podía creerlo, quizás había sido mi culpa, ya que le advertí y eso lo puso en estado de alerta.

—Así que señorita, lo que me dijo en el correo es falso

Suspiré

—Creeame, estamos haciendo todo lo posible por hallar al asesino, creemos que es un mismo hombre

—Bien...— comenté sin darle importancia — supongo que sólo tendrémos que esperar

—Tengo que irme, sólo pasaba a dejarle la noticia — tomó del café — uy, está bueno, está mejor que el de la cafetería de la estación

Reí sin ganas