Capítulo X: Té para tres.

741 76 23
                                    


Sentados en la mesa de la cocina, con una tetera de loza y tres tasas llenas de té, se encontraban los tres pilares, Kanroji tenía las manos cerradas sobre sus muslos con las piernas bien juntas y la cara agachada, completamente sonrojada, por otro lado, Kocho y Obanai no se habían dejado de mirar.

— ¿Y bien, Obanai quieres decir algo? — Kocho apartó la mirada hacia Kanroji—. ¿Y tú, Kanroji?

Obanai tenía la cara casi agachada con la mirada fija en Kocho con el ceño fruncido bien marcado.

— Nuestra vida personal, nuestra relación es poco importante para la organización. — Bufó Obanai, cerrando los ojos.

Kanroji miró al joven descolocada, en sus ojos había algo de tristeza. << Poco importante, ¿Nuestra relación es poco importante? >> Kanroji sentía un nudo en la garganta, las lágrimas se agolpaban contra sus parpados. En eso, sintió una cálida mano sobre la suya que la tomaba. Kanroji bajo la mirada, por debajo de la mesa, Iguro Obanai sujetaba su mano.

— Nuestra relación solo es importante para nosotros dos, a la organización de cazadores no les debería de interesar nuestra vida personal, y dudo que lo hagan, así que Kocho, no interfieras. — Agregó Obanai con gesto intimidante que parecía ser que en cualquier momento él se arrojaría sobre la pilar de insecto—. Yo amo a Kanroji, buscare su felicidad—. Respiró profundo dirigiendo su mirada hacia su amada, y agregó—, Si ella me lo permite.

La mueca torcida de la joven paso a enderezarse, formando una temblorosa sonrisa, Kanroji emocionada por las palabras de Iguro asintió con firmeza y se pegó a él, abrazándolo.

Shinobu, quien se había quedado en silencio con la mirada seria, abrió la boca.

— Tienes razón, no puedo intervenir en sus asuntos. — Kocho terminó de tomar su té de forma pausada y serena, seguido de esto agregó—. Cuídense, nos veremos en la siguiente reunión.

Kanroji vio a su amiga algo molesta e indiferente con ella. << Kocho, esta decepcionada por algo, tal vez sea porque no estoy casada con Iguro y ya tuvimos relaciones. ¿Tal vez me vea como alguien vulgar? >> Kanroji se ahogaba en un mar de dudas y problemas imaginarias, agachando la cabeza y hundiéndose entre sus hombros. Obanai, ni corto ni perezoso, se dio cuenta del cambio de humor que tuvo la joven.

— ¡Kocho espera!

Obanai alcanzó a la joven, la cual ya estaba en la entrada. Kanroji se había quedado en sus silla mirándolos desde ahí.

— ¿Qué sucede Iguro? — Preguntó Kocho con una sínica sonrisa en los labios.

— Habla con Kanroji. — Dijo él, tratando de relajar sus gestos para no parecer amenazante.

— ¿Qué quieres que le de consejos a la hora de dormir? Si sabes a lo que me refiero... — Comentó Shinobu de forma sarcástica.

— No, no quiero eso. — Obanai se aceró a la joven, y le susurró—. Ella piensa que estas molesta, lo noto en su mirada y en sus expresiones, por favor, habla con ella y dile que no estas molesta—. Rápidamente, Iguro se enfadó y con el ceño fruncido agregó— ¡¿O lo estás?!

Kocho retrocedió la cabeza de forma instintiva por el cambio errático de humor de su colega. Entrecerrando un poco sus ojos ella pensó << Es capaz de saber cómo se siente Kanroji con tan solo verla, eso es lindo, también sabe cuánto come y cuando algo no le va bien. Aunque sea un poco raro para mí, Iguro muestra mucho interés en Kanroji. Lo último que quisiera es que Kanroji se sintiera mal por mi culpa. >> Kocho sonrió, esta vez de forma sincera, dio algunas palmadas sobre el hombre del joven y dijo.

— No te preocupes, yo hablare con ella.

A lo que Obanai solo se limitó a asentir.

Kocho volvió a la cocina dando pequeños brinquitos, cosa que alegró a la joven de cabellos rosas, seguido se sentó a su lado y tomo las manos de su amiga. Iguro quien veía desde el umbral sintió el ardor de la ira en su pecho, pero rápidamente lo sofocó pensando que esos celos no eran buenos.

— Kanroji, ahora vengo. — Exclamó Iguro acercándose a la puerta—. Ya vuelvo.

— Oh, Iguro espera. — La joven arrimó la silla, topando a su amiga.

La joven de ojos esmeraldas se acercó a su amado, rodeándolo con los brazos y dándole un beso sobre las vendas, Iguro se quedó paralizado con las manos levantadas, no creía que Kanroji se atreviera a besarlo en frente de su amiga, era algo muy atrevido, seguido de eso, Kanroji se acercó aún más, susurrándole al oído.

— Cuando Shinobu se vaya, quédate un poco más.

Obanai sonrió de forma pervertida debajo de sus vendas.

— Claro, si deseas me quedo hasta mañana. — Agregó con todo coqueto y seductor, algo que hizo sonrojar a la joven.

El pilar de la serpiente salió de la casa, dejando a las dos señoritas juntas en la cocina, tras la puerta el joven guardó sus manos en sus bolsillos y pasó a irse.

― ¿Así que sucedió? ― Preguntó la joven del Haori con patrones de mariposa.

Kanroji tenía una sonrisa nerviosa en el rostro, usaba un kimono rosado con flores blancas como adornos, la muchacha se mantenía contenta, genuinamente contenta, ella sentía que al fin pudo haber conocido a un hombre fuerte y que sobre todo la valore y quiera por como es.

― Tú cara lo dice todo. Supongo que quieres conservar estos recuerdos. ― Exclamó Kocho entrelazando los dedos.

― ¿Conservar mis recuerdos? ― Preguntó la joven.

Kocho colocó sobre la mesa dos pañuelos y un pequeño pomo de vidrio.

― Esto es un extracto de una flor llamada floripondio, es una flor extranjera que puede borrar los recuerdos de una persona, le agregue otras raíces y hierbas para que tenga un efecto más preciso. ― La joven movía su dedo sobre la mesa de manera ansiosa, se sentía molesta pero no sabía porque exactamente―. Bueno, no es el caso, supongo. Si quieres mantener tus recuerdos con Iguro, está bien.

― Sí, en verdad, yo lo amo y él a mí. ― Kanroji puso una mano en el pecho y continuó―. Me siento feliz, muy feliz, más de lo que antes he sentido.

El semblante apagado y el ceño fruncido de la joven se relajó, Kocho le mostró una agradable sonrisa, y dijo.

― Sí eres feliz, eso está bien. ― Kocho se puso de pie, arrimando la silla―. Me alegro de que hayan encontrado a alguien que te valore.

― Eh, no te vayas, quédate un rato más. ― Kanroji se paró al frente de Kocho.

― No, es tarde, me tengo que ir. ― Kocho tomó la mano de la joven y agregó―. En verdad me alegro de que pudieran cumplir tu meta.

― Gracias. ― Respondió Kanroji con una sonrisa y acercándose a ella.

Una fina sonrisa se mostró en los labios de la joven, Kocho se acercó a ella y la abrazó a la altura de la cintura, Kanroji sentía como la estrechaba con fuerza.

― Cuídate. ― Exclamó Shinobu susurrándole al oído.

Seguido de esto, la joven se apartó de su amiga y salió de la residencia, Kanroji seguía de pie en la cocina, pensando en los sentimientos que había detectado en su amiga, en la forma de hablar y expresarse.

Por otro lado, Kocho Shinobu se movía por entre la multitud de personas en la calle, sentía un amargo sentimiento de pérdida, en lo más profundo de su corazón sabía que no volvería a ver a su amiga.

Un ligero empujónWhere stories live. Discover now