Futuro rey

2

Su cabello esta enredado majestad.

Deje de comerse las uñas majestad.

La capa no debe arrastrarse, no es algo que un príncipe haga.

Camine erguido con la cabeza alta.

No me haga gestos majestad.

No arrastre los pies, no tiene cinco años príncipe.

Las manos se lavan majestad.

Nada de tierra en la mesa, no es sabueso majestad.

Debe despertar con el sol y no perseguirlo.

El desayuno no es a mediodía majestad.

Deje las muecas majestad.

En realidad todo era  más complicado de lo que imaginaba, llevaba cuatro semanas siendo seguido incansablemente por esta persona que era peor que una patada en el trasero. Ni siquiera una nana se portaba tan obsesiva como lo era el. 

Su padre le dio un itinerario que debía acostumbrarse a seguir y si lo hacía bien tenía horas de libertad, no sabía cómo podía mantener esa cara de eterno aburrimiento siempre, parecía apático por naturaleza. Hasta el momento no había logrado tener más de media hora de descanso en lugar de dejarlas inconclusas, era un progreso.

Habían desayunado y le dejó montar a su caballo unas horas mientras le enseñaba que tipo de trajes reales y capas podía llevar a caballo para evitar los accidentes. Llevaban el tiempo entero comiendo en privado para practicar sus modales (él comía), entonces estaba siendo obligado a tomar un baño antes de la comida.

Dee se encargaba de acarrear el agua ya que normalmente sus baños eran fríos por tardar demasiado y a sus padres no les gustaba que los sirvientes esperarán mucho tiempo en sus aposentos. A veces tomaba duchas en el lago, así que tampoco le importaba no bañarse cuando se lo pedían.

Pero con Dee no podía hacer todas sus cosas divertidas, así que trayendo su última jarra de agua y tocar apenas nada decidió que estaba bien.

—Ya debería estar preparado majestad.

Heavy estaba aún en la cama esperando lo que me pareció una eternidad, claro que algunos criados ayudaron y los últimos viajes sólo fueron Dee pero el sólo miraba todo con aburrimiento.

El rubio suspiro y ayudó al príncipe a quitarse su ropaje o recogiendo las cosas que este arrojaba cuando se animó a desvestirse por su propia cuenta.

—¿Siempre hacen estas cosas? Para qué necesitan a personas mirándote.

—Lo estarán cuidando, usted tendría a estas alturas sus propios criados pero prefiere jugar al soldado.

—Dudo que mis padres tengan personas así.

—Las doncellas de su madre son siete según me han contado y su padre tiene dos doncellas, tres criados y cuatro omegas.

Heavy se quedó totalmente desconcertado, siempre les había visto completamente solos cuando pasaban el tiempo juntos, jamás había visto a esas personas.

—¿Porque se resalta que son omegas?

—Porque son diferentes son...

—¿Inferiores?— siempre que preguntaba por algo le repetía muchas veces esa charla de inferioridad, el rubio asintió en respuesta.

—¿Tu eres inferior?— pensó que si ventana en su contra le haría decir algo diferente, cualquiera se defendería o jugaría la carta de singularidad y diferencia ante algo.