Capítulo XX

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¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

Capítulo 20. Ha despertado.

—Vamos... contesta, contesta...

El móvil comunicaba para después saltar al contestador automático con la voz de Brick. Probó otras dos veces más pero no había manera, Brick dormía como si lo hubieran drogado. Suspiró con nerviosismo, al girarse de nuevo hacía la habitación, vio que varios enfermeros estaban ocupados con la niña y el doctor la inspeccionaba. No quería que fueran ellos los que dieran la noticia, ella tenía que decírselo a Brick, pero él no parecía querer despertar...

No le quedó de otra, con su niño aún en brazos, salió corriendo, prácticamente, del hospital y se subió a su coche, intentado no acelerar demasiado por accidente. Estaba emocionada, eufórica, pero probablemente no más de lo que Brick lo estaría cuando se enterase.

Llegó en cuestión de pocos minutos al haber tomado atajos por todas partes, si hubiera ido volando sería todo más rápido, se quejó. Como suponía, al abrir la puerta y entrar se encontró a Brick aun durmiendo profundamente en aquel mismo sofá. Se acercó hasta quedar a su lado y se arrodilló para poder apreciar su cara con más detalles, es cierto que ya no tenía alguna especie de herida o rozadura, pero todo su cuerpo seguía con ese mal aspecto y demacrado. En Blossom reinó la tristeza por todo lo que Brick había tenido que pasar y todos los sentimientos que ambos tenían pero que no pudieron demostrarse correctamente.

Dibujó una sonrisa débil, no era momento para eso, tenía una gran noticia que probablemente cambiaría muchas cosas y no podía perder ni un minuto más. Lo zarandeó un poco, pero él no despertaba así que lo llamó mientras le daba pequeñas palmaditas en el rostro, hasta que lo vio fruncir levemente el ceño y murmurar algo inentendible.

Mientras él abría los ojos, Blossom corrió a la cocina y tomó lo primero que encontró, una magdalena de chocolate sería perfecta para desayunar algo rápido, además de que Brick compartía ese mismo gusto culposo por los dulces con ella.

—Come, algo de azúcar te sentará bien. —le ofreció la magdalena en un tono que sonó más como una orden.

Brick la miró algo aturdido, sus parpados aún pesaban incluso cuando sentía haber dormido cual bebé, no estaba descansado del todo después de todas las noches de insomnio y su estado débil. Tomó aquella ofrenda y se la llevó a la boca, ya no tenía ese nudo en el estómago que le provocaba arcadas y le quitaba las ganas de comer. Al chocar la dulce delicia de chocolate contra sus labios, los relamió, estaba famélico. Devoró su desayuno sin dejar ni las migajas y ahora su estómago pedía más.

—Creo que...

—No digas nada, toma. —esta vez le proporcionó la bolsa entera de magdalenas y él no dudo en comerse más de la mitad. Mientras se llenaba el estómago, intentó incorporarse mejor para no atragantarse por la prisa, pero un dolor punzante recorrió su columna. — ¡Joder! —exclamó en un gruñido.

—Cómo ¿te duele el cuerpo?

—Eso parece... ¿Qué pasó anoche? Lo último que recuerdo es que Dex... —se quedó callado, abrió los ojos de par en par y estuvo a punto de verdaderamente atragantarse. —Dexter, él... —con la misma expresión descompuesta, volteó hacía Blossom, ella asintió en afirmativo, entendiendo perfectamente a qué se refería. —Entonces... él me golpeó y yo... me desmayé. Blossom, Dexter lo sabe ¿Qué haremos ahora? —murmuró, es cierto que estaba preocupado pero el hecho de que Dexter pudiera alejarla de él, le asustaba muchísimo más.

Rojo cual pecado (Blossick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora