Capítulo 19: Qué envidia

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—Espere tengo que hablar algo con usted. — dijo la doctora cuando estábamos a punto de entrar a la habitación de mi amiga, la doctora estaba volviendo con papeles en mano y llamando a Finnick. El aludido me miró con ruego plasmado en el rostro y de inmediato supe lo que quería.

— Eh... — carraspee. —. Quizá yo podría hablar con usted mientras Finnick va a ver a Johanna.

La doctora me observó como evalúandome sin atreverme a decir que me estaba echando el ojo.

Se acercó un poco a mi sin dejar de mirarme. Ok, esto ya es incómodo.

— ¿Eres alguna familiar cercana de Johanna Mason? —preguntó con cautela. Ah, ella me estaba comparando con Johanna para ver si teníamos algún parecido, lo cual debe de ser imposible porque ella y yo somos diferentes tanto físicamente como mentalmente.

—Soy como su hermana. —la doctora se sorprendió del como porque esa era la palabra clave aquí y ella desde luego que la notó.

—Ella no tiene familia. —aclaró Finnick rápidamente.

Quise desmentirlo porque yo soy la familia de Johanna, él también lo es, y Prim hasta Peeta. Y eso no va a cambiar ni siquiera si no lo recuerda.

Sentí un nudo en el estómago.

Johanna cree que no tiene familia cuando en realidad, tiene una entera que la ama más de lo que debió amarla su familia biológica.

La doctora al fin entendió y me llevó a su consultorio para hablar de lo que había querido decirle a Finnick.

—Sígame. —dijo en tono cansado.

Caminamos por varios pasillos del hospital hasta su consultorio. Éste hospital era como el de casa sólo que en este habían pocas personas, en el recorrido pasamos a un lado de una pareja, la mujer estaba dormida en las sillas de espera. Al hombre se le veía preocupado y cansado. Cuando lo miré hice todos mis esfuerzos para no mirarlo con lástima, porque es horrible que te vean así, no me gusta causar ese sentimiento en nadie y creo que nadie debería recibirlo.

Llegamos a su consultorio, tenía un letrero de metal con su nombre grabado en él, ponía: DOCTORA CRESSIDA, G. Lo miré con atención antes de que ella abriera la puerta y me invitara a pasar. No habló hasta que se sentó y se sintió cómoda.

—Me pareció algo mi relevante hablar con un familiar —la miré fijamente, pero qué soy para usted soy familia o amiga ¡decídase, mujer! —o alguien realmente cercano a la señorita Mason —se corrigió ante mi mirada irritada. —... de su historial médico que llegó hace poco. Es muy particular y puede que la mismísima Johanna no se acuerde de eso pero alguien debe estar al tanto.

Me mareaba con sus palabras, Johanna tiene historial médico como todos pero no le veo nada de malo. O era así hasta que la doctora me dio el dichoso historial.

¿Debería ser tan largo? Yo esperaba vacunas o análisis de sangre o cosas simples, ésto no era para nada simple.

Y ya voy recordando porqué.

•Violación a menor edad.

•Maltrato familiar.

•Huesos rotos.

•Embarazo prematuro. (Perdido)

•Heridas profundas.

•Operación de emergencia.

•Desintoxicación.

Y varias entradas y salidas al hospital mensualmente, luego, ésas idas al hospital fueron aumentando a mayor cantidad hasta que cesaron inesperadamente.

¡Cambié! (¿CBOCM? #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora