49. BOSQUE Y LLUVIA

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La interminable cabalgata que el demonio y la ex espía realizaban por las  hectáreas de bosque virgen, parecían ser eternas y no dejaban que llegaran a destino. Producto de esta pérdida de tiempo en buscar nuevamente el horizonte entre matorrales, la espesa lluvia invadió toda aquella vegetación y junto a esta los cuerpos de ambos protagonistas.

Para la buena fortuna del rubio más que la de ______, se habían topado en mitad de aquel bosque inexplorado con una extraña cabaña de aspecto tétrico la cual poseía en una de sus esquinas una chimenea de roca gris.

-¡Vamos a quedarnos ahí! - vocifero pues el sonido de la lluvia disipaba el sonido de su voz.

Los ojos curiosos de la chica, se posaron en los húmedos cabellos del chico los cuales se pegaban a su cara y la ropa blanca que traía, ahora era trasparente a causa del agua que recorría por su cara y caía de su rubios, provocando una sensual vista a los abdominales del chico.

"Si no se puede tocar, no está prohibido mirar" pensó.

La castaña tubo que abofetearse mentalmente para no levantar sospechas de la mentalidad pecaminosa que comenzaba a formular y decir algo coherente para la situación, aun así, no salió como esperaba.

-Sí ... no, Espera...¡¡ ¿Qué?!! – explotó finalmente luego de escupir vómito verbal.

¿Cómo diablos podría pasar la noche con él? Se encontraba en un aspecto malditamente sexy y acompañado de que estaban solos en mitad de la nada, aquello significa "PELIGRO", si su ahora elevado y trabajado autocontrol se iba al caño, básicamente sería una basura que no cumple sus propias promesas.

"Quizás serias una basura, pero serás una basura feliz" musito su maldita consciencia y hormonas que volvían a hacer alianza.

-_______, la cabaña es mucho mejor que dormir en la intemperie, sobre todo con este clima- musito.

Más que ser un buen lugar para dormir, esta era una gran oportunidad del rubio para volver a hacer sus movimientos con la castaña, la cual parecía seguir formulando como si no hubiera un mañana la lista de posibles peligros, pero, para él esa cabaña era un lugar perfecto y pequeño donde ella no podría escapar de él como tantas veces lo hizo.

Al igual que la castaña, los ojos del rubio le dio unas cuantas miradas fugaces provocando que fuera el hincapié para que este comenzará a desencadenar aquella personalidad pervertida escondida en su interior, pues la chica a su lado traía sus cabellos húmedos y sus labios parecían haber tomado una coloración mucho más rojos, ni hablar de sus ropajes pegados a su esbelto cuerpo.

Era como luchar contra lo imposible.

Esta al percatarse de aquel recorrido por su anatomía, decidió hacer lo que siempre hacía, huir de la situación.

-Bien, entonces la cabaña será- concluyó escapando de aquellos ojos que parecían devorarla.

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Cuando ambos personajes se habían acercados a dicha cabaña con suma precaución y me refería a precaución a que Meliodas por su parte era más salvaje y entró por la puerta abriéndola con una patada y con aire de imponencia.

En cambio _____ siendo la precavida de los dos decidió entrar por una ventana de la parte trasera.

Al confirmar ambos de que aquel lugar estaba completamente vacío, la de orbes café, decidió sacar unas mantas de pelaje oscuro el cual parecía de lobos gigantes, las cuales estaban enrolladas en la parte trasera de la montura de los caballos, los cuales estaban amarrados a un poste bajo el techo que tenía aquel lugar. Parecía que el destino sabía que ambos se encontrarían con complicaciones en el viaje y quería verlos encerrados a ambos.

El pecado de la venganza (Meliodas & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora