Celos, celos y más celos.

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#Marcos
No esperé la respuesta de ninguno. Me di media vuelta y me dispuse a subir las escaleras tras Emett, si me hubiese quedado un solo segundo más en ese salón, le hubiese dado un puñetazo a Dani en el ojo. Creía que todas sus intenciones con mi mujer las había dejado de lado hacia años, pero hoy al ver como la miraba de arriba abajo mientras ella tomaba el sol con las amigas en el jardín, me he dado cuenta de que no es así.
He decidido dejarlo pasa, ya que, como hombre que es entiendo que se le vayan los ojos de vez en cuando y más si se trata de una mujer como la mía. Sin embargo, no pienso tolerar ni un solo comentario más en el que insinúe cualquier cosa que tenga que ver con ella. Le partiría la cabeza de un solo golpe si volviese a hablar así de la madre de mi hija.

- Jo-der -dice Emett dejando de subir las escaleras de un momento al otro.

- ¿Qué pasa? -pregunta Ryan desde más abajo.

- Levantad la cabeza mamones. -Sonrío, sé perfectamente lo impactante que es esa imagen. Y me alegro desde lo más profundo de mí ser, porque Dani tenga que verlo.

-Marcos tío, que pedazo de foto. - Asiento hacia él, y me doy cuenta de que mi hija ya se ha quedado dormida en sus brazos. No me extraña, ella debería haberse dormido hace horas.

- Se os ve muy felices hermano. -Está vez es Ryan quien interviene.

- ¿Que te parece a ti Dani? ¿Te gusta la foto? -le digo sin dejar de mirarlo fijamente. A ver si tiene cojones de decirme ahora que mi mujer estaría mejor con cualquiera de ellos que conmigo.

- Sí. Salís muy guapos.

-Vamos -digo obviando su mirada de baboso hacia mi mujer en la foto.

Cinco minutos más tarde, salgo de la habitación para buscar a "Mafalda", la muñeca de mi hija. Como se levante y no la vea a su lado, se pondrá a llorar. Así que dejo a los chicos arropándola... y cuando vuelvo.

- No te crees ni tú la novia que tienes enano -le dice Emett mientras se ponen en pie.

-Desde luego. Vamos. -Me quedo parado en la puerta escuchando la conversación mientras ellos siguen sin verme.

- ¿Pero sabéis quien está buena de verdad?

- ¿Quién? -le dice Ryan tajantemente. Supongo que él tampoco quiere que diga nada de Lili.

- Mía. Ostia puta cómo está. Si estaba buena hace cinco años, aho- pero el pobre Dani no puede ni terminar su frase cuando me lanzo hacia él, y cogiéndole del cuello lo saco rápidamente de la habitación de mi hija.

- ¡Marcos para! -me regaña Ryan mientras cierra la puerta de la habitación de Olivia. Por lo menos uno es listo.

-Escúchame -le digo apretando mi agarre sobre su cuello. Estoy seguro de que no puede ni hablar. - Llevó todo el día aguantando tus estupideces y baboseos hacia mí mujer, no pienso tolerar ni un solo comentario más a cerca de ella por tu parte. Al próximo, serás hombre muerto.

- Marcos afloja, ¿es que no ves que no puede ni hablar? ¡Es tú amigo hombre! -grita Emett tirando de mi cuerpo hacia atrás para que le suelte. Pero estoy cegado, estoy cegado de celos... nadie puede mirar a mi mujer ni hablar así de esa manera si no soy yo.

-¿Emett? -es la voz de Alison - ¿porqué tardáis tanto? ¿Pasa algo?

- ¡No cielo, ya vamos!

- Solo he dicho lo guapa que está Mía -susurra a duras penas Dani cuando suelto mi agarre de su cuello. Entonces cojo todo el aire que puedo y le acerco hasta mí agarrando el cuello de su camisa.

- Tú momento pasó hace muchos años. Ahora es mía y está conmigo, y dentro de muy poco tiempo le pienso pedir matrimonio. Porque ella está hecha para mí y yo para ella.-le digo juntando nuestras frentes - ¿Es que no ves esta casa? ¿Es que no has visto cómo estamos?

-Mar-cos -dice poniendo sus manos sobre mi agarre para evitar que siga haciendo fuerza.

- Si todavía eres mi amigo, cerrarás la boca y te centrarás en tu mujer. Si no lo eres... ahí tienes la puerta.

Suelto el agarre de sobre su camisa al instante tan bruscamente que Dani cae al suelo. Y sin ninguna pena ni remordimiento, me agacho para coger la muñeca de mi hija del suelo sin dejar de mirar al que se supone que es mi amigo a los ojos. A continuación me doy media vuelta y me meto en la habitación de mi hija cerrando la puerta tras de mí sin prestarle la mínima atención a lo que sea que está pasando al otro lado de ella.
Mis hombros se relajan inmediatamente al ver el pequeño rostro de mi hija durmiendo como si de un ángel se tratase, ajena a todo lo que acaba de pasar... me pregunto si algún día tendré que advertir a algún novio suyo como lo he hecho tantas veces por su madre.

- Si no fuese por ti y por tu madre, mi vida no tendría ningún sentido. -Le dejó un beso en la frente y a su muñeca entre sus brazos, la cual abraza en cuanto la siente. Salgo de la habitación, y me alivia al instante ver que ninguno de los chicos siguen ahí.
A medida que voy bajando las escaleras, observo como todos están con sus respectivas parejas, excepto Emma y Mía, quien me espera sentada en el mismo sitio que yo había estado guardando toda la noche para ella.

- Estás pálido Dani, ¿seguro que estás bien? - le dice Sara a su novio mientras le acaricia la mejilla, pero este está demasiado ocupado en evitar mi mirada. -A lo mejor te he sentado mal la nata de la tarta o algo.

-Si es eso, en la cocina tenemos medicamentos. Algo habrá- interviene mi mujer... es demasiado buena.

- Será un bajón de azúcar, ahí hay cucharitas para Olivia. Sírvete -le digo antes de tumbarme en el sofá y poner a mi mujer sobre mí con su cabeza en mi pecho.

- Eres tan bueno... - Me deja un suave beso, que sigo al instante bajo la mirada de todos mis amigos. Entre ellos Ryan, que niega con la cabeza mientras pone la película.

-Ven aquí- le susurro a mi mujer apretándola hacia mí. Había muy pocas cosas en él mundo que me gustase más que esto, que tenerla pegada a mi.

-Te quiero.

VOLVER A TENERTE. (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora