Ese tipo merece estar en la cárcel.

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#Marcos
Observo su increíble y pequeño cuerpo dirigirse al baño sumido en la derrota por la pequeña broma de hace un momento. Y aunque me hubiese encantado meterme detrás de ella en esa ducha y follarla hasta agotarnos, sabía que había gente abajo esperando a que alguno de los dos apareciese por ahí. O por lo menos eso escuchaba.

- Yo le podría Sara si es niña -escucho decir a Alison mientras bajo las escaleras.

- ¡No! ¡Si es niña se tiene que llamar Olivia como yo, madrina! ¡Por favor tito Ryan!- levantó la cabeza cuando entró en la cocina y me encuentro a la mayoría de los chicos esparcidos mientras hablan unos con otros.

-Buenos días -digo nada más entrar.

-¡Buenos días chaval! -me dice Ryan mientras extiende un vaso con zumo hacia mí. Lo cojo sin rechistar mientras le doy las gracias, a pesar de que soy más de café por las mañanas.

-¡Papi! -giro rápidamente la cabeza para ver a mi hija ya vestida y peinada sentada sobre la barra americana frente a su madrina.

-Buenos días hija. -La cojo en brazos en cuanto los extiende hacia mí sonriendo, y aprovecho que se deja para llenarla besos mientras el resto nos miran sonrientes. Y no era para menos, tenía una hija envidiable para cualquier padre, y estaba muy orgulloso por ello.

- ¿Habéis desayunado ya? -les digo mientras subo a mi hija a mis hombros, eso le encanta.

- ¡Papá! -grita riéndose.

- No, estamos esperando a que estemos todos -contesta Emett.

Comenzamos a hablar mientras Alison ayuda a Carmen a hacer el desayuno y yo les convenzo de desayunar en la mesa del jardín, para aprovechar el buen día.
Mi mujer llega cuando ya estamos todos fuera con unos vaqueros y una camisa tan corta que no solo enseña todo si trabajado abdomen, si no que estoy seguro de que como levante los brazos se le verán los pechos. Y más me vale a mí y a todo el que le vea, que lleve sujetador debajo.

- ¡Pero mírate! ¡¿Eso que veo ahí es un músculo?! -le dice Emett tocando con un dedo su abdomen mientras el resto están ajenos a la conversación. Pero yo no lo estoy, yo estoy totalmente atento, alerta y con ganas de matarlo.
Sin embargo, Mía le responde algo que mis oídos no pueden siquiera percibir haciendo que ambos comiencen a reír. Y si no fuese por la mirada que mi mujer me lanza en cuanto se da cuanta de que lo estoy observando todo, yo ya hubiese ido hacia mi amigo y le hubiese dicho cuatro cosas. Mis celos no están tan controlados como hace unos años.

- ¡Eh, mamón! -me dice Ryan. - Tenemos que hablar de negocios.

- ¿Qué pasa?

-Aquí no -me dice tajantemente.

-Vamos -respondo poniéndome en pie para entrar en la casa seguido de él. -Puedes empezar a hablar.

- No quiero hablar aquí. Espero que tengas un sitio en tu casa donde no nos pueda escuchar nadie. -Mi espalda se tensa cuando veo la firmeza con la que habla mi amigo. Y sin decir nada más, asiento en su dirección. No sin antes ver por el rabillo del ojo a mi mujer observándonos, sabe que algo no va bien.

- Es mi despacho, está insonorizado. - Abro la puerta dejándole pasar a él primero, y cuando me giro para verle le observo echando wisky en dos vasos. - ¿Tan importante es? Creía que todo iba bien él la empresa, aunque no haya estado de cuerpo presente día a día durante este último mes he tele trabajando, y no creo que nadie de mi plantilla sea tan inútil como para haberla cagado tanto.

- La empresa está bien. Marcos.

- ¿Qué? ¿Qué pasa entonces?

- Toma- me dice pegando el vaso a mi pecho sin dejar de mirarme a los ojos. - Te va a hacer falta.

- Ryan, ¿qué cojones pasa? ¡Quieres hablar de una vez? - le digo empezando a cabrearme. No me gustan estos jueguitos.

-Ayer me llamó la policía.

- ¿Y? - le digo esperando a que responda, pero parece que él se ha propuesto sacarme de quicio esta mañana.

- Han reabierto el caso de Mía. - Mi cuerpo se para. No puede ser. - Parece que tienen a un sospechoso... y necesitan que ella vaya para hacer una prueba de reconocimiento. Si el hombre del que sospechan es quien estuvo a punto de...

-No lo digas -le digo desafiante antes de beberme el líquido del vaso y darle la espalda.

- Si Mía lo reconoce -suspira- Irán a capturarlo y lo meterán de inmediato en la cárcel.

- Mía no va a ir a ver absolutamente nada porque eso no lo va a traer nada bueno a su vida - le digo sirviéndome más wisky en el vaso.

- Hermano, ese hombre sigue suelto por ahí. Merece estar en la cárcel.

- ¡Qué cárcel Ryan! ¡De verdad te crees que cinco años después la policía va a a encontrar nada! ¡¿De verdad lo piensas?!

-Marcos - dice Ryan en un tono calmado. Y al instante se lo que está intentando hacer, quiere calmarme, quiere que me tranquilice, que me comporte... pero ahora mismo lo único que pienso es un las ganas que tengo de pegarle a alguien o a algo. ¡Joder!

-No se te ocurra intentar calmarme como si fueses un padre hablándole a un niño de diez años, Ryan -le digo amenazantemente. - Si ese hombre no es el tipo que buscamos, solo vamos a conseguir revolver los traumas de mi mujer. Y no estoy dispuesto a volver a pasar por eso, a que tenga miedo de todo y de todos, Ryan. ¡Incluso de mí, Ryan! ¡Incluso de mí!

-Marcos, tarde o temprano la policía se pondrá en contacto con ella y tendrá que testificar.

- No, no , no - repito una y otra vez llevándome las manos a la cabeza mientras niego. No puedo, no estoy dispuesto q volver a pasar por esto.

- ¡Marcos espabila! ¡No puede seguir viviendo así! ¡Sin saber dónde está ese tipo o que va a hacer!

- ¡No va a hacer nada me entiendes! -le gritó zarandeándole por los hombros- ¡No va a hacer nada porque yo no lo voy a permitir!

- ¡¿Como que no Marcos?! ¡¿Es que acaso te has vuelto loco?! ¡¿Y que cojones piensas hacer?!

- Si de verdad dices que ese tipo está en la ciudad.... pienso encontrarlo yo, antes de que lo haga la policía.

VOLVER A TENERTE. (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora