CAPÍTULO 4 En mi apartamento.

125 13 1
                                    


Aclaración: Lo que sucede a continuación es lo que pasaba en el apartamento de Maite mientras ella estaba sometida al borrado de su memoria, es decir, como se muestra en la película.

Velasco y otro empelado de Aurora llegaron al departamento de Maite y comenzaron a instalar el equipo. Una vez que conectaron todo el equipo y acostaron a Maite debidamente conectándole el cableado para el procedimiento de borrado.

- Esta noche invité a Celia comentó Velasco.

- Mmm... Celia me agrada pero no creo que yo le caiga muy bien dijo el compañero, Ildefonso.

En eso, Maite murmuró el nombre Ildefonso aún dormida, Velasco se extraño al oírlo y se quedó observando a Maite esperando corroborar lo que había escuchado pero no volvió a suceder entonces Velasco creyó que probablemente fue una idea suya haber escuchado hablar a Maite, ya que era imposible porque la mujer estaba totalmente inconsciente.

- Este lugar es cochambroso criticaba Ildefonso mientras daba un vistazo al apartamento.

- Ildefonso déjate de juegos y ponte a trabajar, tenemos una larga noche por delante así que ¡venga hombre, a trabajar!

Mientras le iniciaban el borrado de memoria a Maite, Ildefonso le compartió a Velasco que había conocido a una chica y ostentaba que ya era su novia. Velasco con cara de incredulidad preguntó de quien se trataba e Ildefonso reconoció que se trataba de Camino. Anonadado por lo dicho por Ildefonso, Velasco burlonamente le preguntó si hablaba en serio.

- ¡¿Qué?! ¿Te parece raro que una chica como Camino pueda sentirse atraída por mi? Entre risas Velasco le reconoce que en realidad le resultaba gracioso.

- Ildefonso, vamos a concéntranos, no quiero oír más acerca de tus escarceos amorosos en este momento.

- ¿Te acuerdas de la chica de la semana pasada? La que colecciona sirenitas.

- ¿Aquella chica? discutió Velasco. Es la novia de esta mujer...

- Bueno, lo era, porque nosotros nos encargamos de borrarle la memoria. En fin, me enamoré de ella esa noche...era preciosa. Velasco reía al escuchar lo que Ildefonso le contaba. – Hay más... continuó Ildefonso.

- ¡NO! ¡Basta! no quiero saber nada más, no quiero seguir escuchándote tu falta de principios y de ética, ya tuve suficiente.

Ildefonso estaba por continuar con su relato cuando de pronto sonó el timbre. La conversación se zanjó ahí, Ildefonso fue hasta la puerta para ver quién llamaba a la puerta y al abrir se encontró con Celia que con una evidente cara de ingrata sorpresa y sin ánimos lo saludó al pasar.

Velasco estaba sentado frente a la computadora trabajando en el procedimiento de borrado acompañado de una cerveza que luego de besar ardientemente a Celia le ofreció un sorbo, pero ella buscaba tomar algo más fuerte así que sin muchos miramientos empezó a revisar la cocina de Maite en busca de alcohol y encontró una botella de Wiscky, sirvió la bebida en 2 vasos, uno para ella y el otro para Velasco; volvió hasta donde estaban los muchachos y propuso un brindis.

- Benditos sean los olvidadizos por superar sus propios errores. Chocaron los vasos cruzaron los brazos con Velasco quedando de esa forma entrelazados al beber, riendo de por medio.

- Eso es de Nietzsche aclaró Celia, más allá del bien y del mal. Lo encontré en mi Bartlett. Aurora seguro aparecerá en el Bartlett algún día.

- ¿Qué es Bartlett? pregunto ignorante Ildefonso.

- Un libro de citas Ildefonso, dónde están las importantes.

En medio del procedimiento, Ildefonso tomó el teléfono y llamó a Camino que respondió muy angustiada y en medio de una crisis de llanto.

- ¿Ilde eres tú? preguntó llorando Camino. Me siento muy deprimida...

- ¿Por qué? ¿Qué te sucede?

- ¡No lo sé! Todo me parece muy confuso...

- Cálmate Camino, todo está muy bien inútilmente Ildefonso trataba de calmar a Camino.

Tapando el micrófono del teléfono para que Camino no le oyera se dirigió a Velasco:

- Mi novia está teniendo una crisis ¿Puedo irme un rato? Le preguntó contrariado a Federico.

- Ildefonso, estamos a mitad de borrarle la memoria a esta pobre mujer, no.

- Déjalo que se vaya interrumpió Celia. Yo te ayudo, tampoco debe ser tan complicado.

Susurrando aún con el teléfono en mano tapándolo para que Camino no oyera la conversación en ese momento Ildefonso dijo:

- Te lo dije, Celia me odia, quiere que me vaya.

- Pues vete afirmó entusiasmado Velasco al darse cuenta que era la oportunidad perfecta para quedarse a solas con Celia.

- Voy para allá mi amor le dijo a través del teléfono a Camino, tomó su mochila y salió rumbo al departamento de ella.

Eterno resplandor de una mente sin MaitinoWhere stories live. Discover now