Capítulo 24

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Becka parpadea un par de veces aun aturdida del porqué de su repentino despertar, pasan microsegundos para percatarse de que su teléfono está sonando, se levanta como un rayo y busca su bolso con la mirada, no sabe dónde lo arrojo la noche anterior así qué sigue el sonido del aparado con suerte logra ver la cadena plateada casi escondida debajo de la cama, se agacha y abre la solapa con demasiada fuerza, tanta que piensa que ha roto una de sus carteras favoritas.

— ¿Yibo?

— ¿Becka?, por fin —ella escucha un suspiro y la línea se queda en completo silencio— ¿Por qué demonios no contestas el teléfono? Desde anoche he intentado contactarme contigo —Becka aleja el teléfono de su oreja por que Yibo ha levantado la voz y aún que él no está gritando su cabeza tiene un ligero martilleo que se incrementa al escucharlo y hace que sus sienes palpiten.

—No vi tus llamadas, perdón

—Becka iba a volar ahora a Singapur porque estaba preocupado —aún que su voz suena a queja la castaña sonríe, con delicadeza de tumba y acomoda sobre el colchón.

—Entonces hagamos como que no sabes de mí y ven

—Becka es enserio, no estoy jugando —la voz de Yibo suena en advertencia.

—Perdóname, enserio no chequee mi móvil, ayer Elena llego y salimos a un bar y enserio se me paso por completo revisarlo, siento mucho haberte preocupado de esta forma.

De nuevo el silencio invade la línea, Becka se pregunta por un instante si Yibo la ha escuchado o si tal vez esta tan molesto que no quiere hablar más.

—Entiendo...

— ¿Todo bien?

—Sí, no es nada, me alegro de que estés bien, solo eso.

— ¿Seguro?

—Sí

Cuando la llamada finaliza la cabeza de Yibo duele, después de que Becka le haya contado sobre su salida a un bar, me siente molesto, no porque haya salido, sino porque ella tiene la oportunidad de hacerlo sin temor y de vivir una vida normal sin tener que preocuparse por el que dirán, no es envidia, pero Yibo siente que a su lado ella no va a poder ser libre, sus alas van a ser cortadas y teme demasiado que eso llegue a pasar.

Durante el tiempo que se conocen la mayoría del tiempo lo han pasado encerrados en cuatro paredes y en lugares recónditos escondiéndose del mundo como si estuviesen haciendo algo mal, como si amar fuera algo horrible de lo que deberían estar avergonzados, Yibo sabe que no está bien, nada de esto está bien, no quiere que pensamientos turbios lleguen a eliminar su buen humos pero continuamente su cabeza parece repetir una y otra vez que va a fracasar, y destruir todo su paso.

Cinco semanas después Yibo no sabe cómo sentirse con respeto a sus ideas dispersas, por fin tiene unos días libres donde podría viajar a Singapur a visitar a Becka, pero llegado el momento la indecisión se apodera de su mente.

En el trascurso de las últimas semanas Becka se ha mantenido haciendo viajes casi diarios a diferentes partes de Asia siguiendo por su puesto a su jefe y haciendo su trabajo, una llamada o un par de mensajes era toda la comunicación que habían tenido mientras estaban separados.

— ¿Te vas entonces?

—Sí, nos veremos en unos días —Yin Zheng suelta un suspiro y asiente resignado. Aun que anteriormente le había aconsejado que se tome tiempo libre y que lo pase junto a Becka, no está muy de acuerdo en que en plena competición se marche así como así.

Cuando Yibo pisa suelo singapurense la necesidad de llamarla y avisar de su llegada, pero antes de hacerlo piensa que sería mucho mejor si fuese una sorpresa. Al contrario de la última vez es muy complicado para Yibo rentar un auto así que sin otra opción toma un taxi hasta la casa de Becka.

Mistakes《Wang YiBo》Where stories live. Discover now