Capítulo XXX

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Al día siguiente, se había despertado con un dolor horrendo por todo el cuerpo, y era una mierda. Su madre, al enterarse, la había llevado al hospital. La ojiverde insistía en que no era nada grave, pero al llegar, tenía un chichón en la parte posterior de la cabeza, un moretón en el hombro y parte de su brazo derecho.

Tuvieron que colocarle un ungüento y unas vendas, pero no era tan grave como para faltar al colegio. (Fuck)

Mientras Lauren se colocaba una camiseta miró la gran venda blanca que le cubría todo el brazo y parte de su hombro, parecía mitad momia y estaba segura de que Austin sacaría provecho de aquello para insultarla.

Terminó de colocarse los short y bajó por la escalera con cuidado, su mochila colgaba del hombro izquierdo, para así evitarle el dolor.

En la cocina estaban sus padres, desayunado, quienes le sonrieron cálidamente al verla llegar.

—Buenos días, cariño.

—Buenos días, papá—respondió, tomando asiento con lentitud mientras tomaba un pan francés de la cesta de la mesa.

—¿Cómo te sientes, amor?—preguntó su mama, claramente preocupada. Lauren le sonrió.

—Mejor, mamá—dio un mordisco—. Aunque, me duele un poco.

—¿Segura que quieres ir al colegio?

—Sip—dijo restándole importancia.
Después de comer un rato en silencio, su madre la miró con una sonrisa burlona.

—Así que... cuéntanos ¿Cómo fue el accidente de las animadoras? Lauren ladeó la cabeza a un lado, pero se limitó a responder, sin entender las segundas intenciones de su madre.

—Se cayeron y yo... bueno, yo salvé a una chica de que se rompiera al cráneo contra el piso—dijo intentando sonar indiferente, su madre sonrió aún más.

—Aww, que bella es mi niña ¿Era Camila Cabello? Nora me contó los detalles—confesó fingiendo inocencia y Lauren casi se atraganta con la comida. (Nora es perfecta. Obvio, la creé yo)

—Si... si era ella.

—Pero, cariño, no me contaste que te llevabas malísimo con esa chica y ahora me llegan con que la salvas ¿Por qué será? —dijo soltando una risa y Lauren comenzó a sentirse nerviosa.

—Yo supongo que soy buena persona.

—¿Qué sucede con esa chica, Lauren? Siempre hablas de ella y sobre cómo te atormenta, pero al hacerlo tienes un brillo en los ojos— comentó su madre risueña, llamando la atención de Michael.

—¿Estás enamorada de esa chica?—preguntó un poco confundido mientras doblaba el periódico.

Su hija siempre hablaba de esa Camila y lo hacía con tanto entusiasmo y regularidad que el ya había concluido que su hija estaba enamorada ¿Por qué no lo admitía y ya? (¡That's my suegro!)

—¡Papá!—exclamó Lauren completamente roja, mientras su mamá se reía de ella y festejaba.

—¡Yo lo sabía! Mi hija está enamorada ¿Cuándo nos presentas a la chica?—Clara preguntó emocionada y Lauren negó con la cabeza.

—¿Estás de acuerdo con esto?—preguntó la ojiverde, mirando con súplica a su padre. Michael se encogió de hombros.

—Los dedos no embarazan. Me parece perfecto—dijo antes de sonreírle y volver a leer el periódico, la mamá de Lauren seguía riéndose.

—¡PAPÁ!

Este iba a ser un día difícil.

Salió de la casa y corrió todas las cuadras para llegar al colegio. Desde ayer no había visto a Lucy, pero le había contado que planeaba quedarse con Verónica. La pobre estaba muy lastimada y de seguro no asistiría a clases. Al llegar al aparcamiento todos la miraban, eso no le agradó mucho.

rivales | camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora