El conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias.
Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene.
¿Qué es lo que reside en el...
+ Sinopsis : Momo creyó que nunca tendría oportunidad con la pequeña chica que le gustaba hace tiempo pero todo cambiará gracias a un marcador de color, un cambio de casillero y un viaje en autobús.
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Momo sentía curiosidad por esa misteriosa, linda y callada chica que se la pasaba metida en su cuaderno de dibujo cuando no estaba en clases o con sus amigas.
Pero como no tenía la valentía para acercarse, sólo se conformaba con verla de lejos aunque sus amigas no dejaran de molestarla con que parecía una acosadora.
Sin embargo ella creía que sólo la cuidaba y admiraba en secreto, ya que pensaba que nunca tendría la oportunidad de hablarle por ser de grados diferentes hasta que un día se dio esa magnifica oportunidad.
Como cada día, la menor dibujaba y sin darse cuenta uno de sus marcadores de colores se le cayó.
La japonesa dio gracias al cielo cuando lo encontró y se dirigió a toda prisa a buscarla para entregárselo, pero ya era tarde no la vió hasta que salió de clases.
Ese día había salido unos minutos más tarde y apenas alcanzó a ver a la joven coreana despedirse de sus amigas para caminar a su casa. Corrió a toda prisa en su dirección y como no sabía su nombre sólo gritó lo mejor que se le ocurrió.
— Hey chica de los dibujos — Chae se volteó mirándola llegar frente a ella apoyándose en sus rodillas para recuperar el aliento. — Lo siento es que, se te cayó esto, yo te busque todo el día para entregártelo pero no te ví y... Ten — Le extendió el marcador que esta tomó con las mejillas sonrojadas haciendo una reverencia, no se había dado cuenta que lo había perdido, pero ahora por mucho se convertiría en su favorito.
— Muchas gracias Unnie — Dijo ella, al ser de diferentes grados sus uniformes eran de distinto color y por eso supuso y acertó que la chica de flequillo era mayor.
— No es nada chica de los dibujos, yo soy Momo. — La japonesa le sonrió tiernamente y la menor se sonrojó mucho más por ello, no podía creer que la chica linda que siempre le había gustado le estuviera hablando.
— Le agradezco mucho Momo Unnie, yo me llamo Chaeyoung pero ya me tengo que ir, adiós.
— Espera no... — Momo hizo un puchero al ver a la chica correr en la dirección opuesta a ella — Chae, olvidé decirte lo linda que luces sonrojada. — Murmuró para si misma.
