El conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias.
Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene.
¿Qué es lo que reside en el...
+ Sinopsis : Momo esta enamorada de Tzuyu, pero teme confesarle sus sentimientos pues no tiene idea sobre quien es la persona que le gusta a la menor.
Hasta que Sana la besa y los sentimientos de todas salen a la luz.
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La Taiwanesa corría bajo la lluvia sin importarle nada más que llegar a la casa de la japonesa mayor, estaba cansada de quererla y que esta no lo supiera y sólo la viera como una niña.
Momo estaba en la sala de su casa acompañada de una humeante taza de chocolate sobre la pequeña mesa junto a los documentos que revisaba, de pronto un suspiro cansado salió de sus labios y dejó los papeles a un lado.
Su mente viajó a lo ocurrido esa mañana con las chicas, para ninguna era un secreto que Sana estaba enamorada de ella, pero que ella no podía corresponderla por querer a alguien más, la hermosa Taiwanesa de ojos chocolate y perfecto rostro.
Desde que conoció a la menor quedó totalmente fascinada por ella, sin embargo al tener a Sana sobre ella y no tener idea sobre los gustos de la menor, nunca se había atrevido a acercarse como algo más que una amiga incondicional.
Pero lo que la tenía pensativa era que justo esa mañana había ocurrido algo que llamó su atención, en uno de sus intentos de conquistarla, Sana la besó frente al resto de sus amigas y por supuesto frente a Tzuyu. Debido a la sorpresa de la acción ella apenas pudo reaccionar, pero vio como la menor se retiraba con una expresión seria en su rostro, aunque no fue la única pues Mina se levantó después que ella con la misma expresión.
Hizo lo que pudo por separar a la japonesa de cabello rojo pero ya era tarde pues ninguna de las menores se encontraba cerca, sentía la necesidad de disculparse con la castaña menor pero esta ni siquiera le contestaba las llamadas.
Creyó que ahora si había perdido todas la oportunidades, aunque no estaba segura de si la menor estaba celosa por alguna o sólo se había incomodado por el acto de Sana.
Pero se sorprendió cuando su timbre sonó y se encontró con la Taiwanesa totalmente empapada por la lluvia frente a su puerta.
— Momo Unnie... — Habló intentando regular su respiración.
— ¡Chewy por Dios! Mira como estás, entra de una vez que te vas resfriar.
