☣CAPÍTULO 35☣

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         Un sonido casi imperceptible al fondo de la habitación me hace agudizar los sentidos. Fijo mi vista entre las sombras para discernir alguna amenaza cuando un relámpago cruza el cielo y segundos después una mano sobre mi hombro me hace dar un salto.

         —¡Ah, mierda! —grito sin poder contenerme.

         Al girarme con el corazón en un puño me encuentro de frente con Glenn.

         —Lo siento. —Aparta su mano como si hubiese recibido electricidad—. Sólo quería ver cómo ibas.

         —No, está bien. No importa. —Me encojo de hombros, algo incómoda—. ¿Cómo está?

         —Viva. —Suspira—. Aún.

         Camina hacia delante, pasándome de largo. Yo contengo la impotencia ante la idea de tener a Mila en ese estado.

         —Está... limpio. —Señalo al interior, refiriéndome a la ausencia de amenazas.

**Playlist Song 8**

         Lo veo rebuscar entre la chatarra y extraer un bidón de agua a medio llenar. Se ha puesto encima su chaqueta negra y lleva el pelo suelto y húmedo, igual que yo. Afuera, la lluvia sigue resonando sobre las calles. Aquí dentro, las cosas siguen igual que siempre. Resoplo después de un rato de silencio, incapaz de abandonar las ideas que me carcomen la cabeza.

         —Tienes que decirme la verdad, Glenn —me atrevo a expresar por fin, como una arcada que ya no puedo contener—. No voy a seguir detrás de ti hasta que no sepa lo que está pasando realmente. Esas personas están detrás de algo mucho más grande que tú. Algo que implica a todo el mundo. No puedes seguir ocultándolo y yo no puedo seguir fingiendo que no pasa nada. —Doy un paso hacia él, conteniendo la desesperación—. Y no te atrevas a decir que no me incumbe. Sé lo que he escuchado...

         —¿Qué se supone que has escuchado? —me interrumpe.

         —Extinción masiva. —Mis agallas se esfuman al pronunciar esas palabras, pero me obligo a continuar—. Quieren acabar con lo que queda de la humanidad, ¿no es así? Un grupo de personas que se creen superiores a su propia especie. —Doy otro paso—. O algo más que eso.

         Me mira con seriedad por unos segundos y luego avanza hacia la salida como si nada. Por supuesto, yo le sigo sin pensarlo dos veces. Esta vez no permitiré que se salga por la tangente. No más.

         —¿Eso es lo que realmente quieres, Glenn? ¿Por eso estás aquí?, ¿para matarnos a todos?

         —Si realmente quisiera eso ya estarían muertos.

         —Entonces... te revelaste.

         Detiene su andar y se gira hacia mí de golpe, sobresaltándome.

HOSPEDANTES ©Where stories live. Discover now