In My Head <Choi Yeonjun>

18

Después de un cálido abrazo, entré a mi casa.

Me apoyé en la puerta y suspiré.

Parecía una niña de 15 años enamorada.

No una chica de 18 años.

Aunque, nunca me enamoré, por lo que era comprensible mi actitud.

Me sentía en una nube.

Aunque también tenía claro que aquel sentimiento llamado amor no era todo felicidad.

Subí las escaleras con los tacones en la mano para no despertar a mi madre.

Aunque sólo eran casi la 1 de la madrugada.

¿Qué digo? Mamá si se entera de la hora me matará mañana aunque viva yo sola.

Bueno no... Le pondré de excusa que si he salido con un chico y he vuelto con él, entonces no pasa nada.

Me senté en mi cama soltando un suspiro después de cerrar la puerta de mi habitación.

Dejé los tacones en el suelo y me quité el vestido quedando solo en una ropa interior negra de encaje.

La ropa interior no fue escogida especialmente para la cita, siempre iba así, amaba ese tipo de ropa interior, me sentía mucho más sensual por así decirlo.

Me puse mi pijama y procedí a abrir mis sábanas.

Eso iba a hacer si no me hubiera interrumpido.

-¿Te gustó nuestra cita? -Preguntó apoyado desde el umbral de la puerta.

-Sí... -Dije extrañada.

Se acercó a mí con una amplia sonrisa.

-Dime tu nombre de una vez, no entiendo eso de las letras que me has estado dando, no entiendo porque desapareces, no entiendo nada, joder, nada -Solté por fin.

Llevaba tiempo guardando eso, y él era el culpable.

-Soy Yeonjun -Dijo.

-No, Yeonjun es con quien he salido hoy, dime tu nombre -Dije enfrentandolo.

-Es que con quien has salido hoy, fue conmigo. -Dijo poniendo una mano en su pecho.

Estaba perdiendo la poca paciencia que tenía.

-Dime de una vez quien mierda eres -Dije poniendo mis dedos en el puente de mis cejas.

-Te lo estoy diciendo, soy Choi Yeonjun -Dijo mirándome serio.

No tenía ningún sentido.

-No tiene sentido eso que dices -Dije mirándolo obvia.

-Pues tendré que hacer que le veas sentido -Dijo para seguido agarrar mis mejillas y besarme.

Me quedé perpleja, mis ojos estaban abiertos con una expresión de sorpresa en ellos.

Sus labios tenían el mismo sabor que el de los de Yeonjun.

Me dejé llevar en cuanto empezó a hacer un suave movimiento con sus labios para proceder a un largo y lento beso.

Cerré los ojos y dejé que hiciera lo que quisiera con mi boca.

Me recostó lentamente pocisionandose entre medio de mis piernas mientras daba caricias a mis mejillas y yo a su cuello.

-¿Suficientemente claro? -Dijo al separarse mientras trataba de recuperar el aliento.

-Aún no me ha quedado del todo claro, sigo dudando -Dije jugando mientras lo volvía a atraer a mis labios.
                             

Desperté por unas fuertes sacudidas a mi pobre brazo derecho.

-Venga, hija, despierta ya -Reconocí la voz de mi madre.

-¿Es porque Changbin está en la puerta con un ramo de flores y su anillo de matrimonio para mí? -Dije aún dormida.

-Sí, está diciendo que te prepares para la gran boda que tendréis.

Me levanté de golpe.

-¡Ya voy mi amor, solo dame 5 minutos, cielo! -Dije entrando al baño a arreglarme un poco.

Salí con la cara lavada y sin una gota de maquillaje, como a mí me encantaba.

-Espera a que baje, amor -Dije corriendo por las escaleras hasta la puerta principal.

Al llegar mi sonrisa se borró y la risa de mi madre se hizo presente.

-¡¿No que estaba Seo Changbin con un anillo y un ramo de flores?! -Dije alto.

-Claro, en tus sueños estaba -Dijo riendo.

Hice puchero y me fui a coger algo para comer de la cocina.

-Ya dime, ¿qué tal la cita? -Dijo mi madre sentándose delante mío.

-Bien, no nos besamos ni nada de eso, y fue increíble -Dije mientras metía a mi boca un trozo de donut de chocolate.

-¿¡Cómo!? -Dijo mi madre sorprendida

-Pues eso, no me gusta ir rápido, además de que fue mi primera cita en todo este mundo romántico -Dije mirando el perfecto donut, el amor de mi vida -Que guapo eres, amor, eres perfecto -Dije para darle un beso al donut.

-A ver a ver... ¿No os habéis besado en la cita, dices? - Dijo.

-Exacto -Dije como si nada.

-PUES EL OTRO DÍA OS VÍ, ¿QUÉ DIGO OS VÍ? OS PILLÉ COMIÉNDOSE EN LA PUERTA DE TU APARTAMENTO -Dijo ella levantándose de la silla pidiendo explicaciones.

Era cierto.. No tenía sentido, pero era una cita de todas formas, aunque ya hubiésemos probado nuestros labios, quería ir lento con él.

-Entonces eso no es ir lento, eso es estupidez -Dijo mi madre riendo.

-Yah, déjame desayunar tranquila -Dije riendo.