Capítulo 4

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La madre del príncipe Taehyung adoraba a su hijo pero, como muchas madres, no lo comprendía del todo. 

Después de que Jungkook abandonara su habitación hacía unas noches, el joven ya no acudía al salón de ensayos y parecía apagado y mustio. Hablaba poco, sumido casi siempre en sus pensamientos. Además, pasaba más tiempo con Jimin que con la gente de su clase, como los príncipes Seokjin y Hoseok. 

Su madre estaba preocupada, así que un día, le pidió que se reuniera con ella para hablar. 

-Mi pequeño Tae, ¿qué te ha pasado...? Tú siempre has sido el mejor de los hombres, pero me preocupa como te comportas desde que ese muchacho vino a la corte...

-No sé de qué me hablas-respondió él, apartando la mirada. 

-Me di cuenta la otra noche, cuando...el rey...te obligó a llevarlo a tu habitación. 

-No hice nada con él. Lo respeto demasiado como para eso.

-No se trata de que lo respetes, mi niño. Él no es nadie... En esta corte, no has tenido buenos ejemplos, pero no se supone que debas ver eso como algo normal...

-No te entiendo, madre, discúlpame...

-El rey es un hombre perverso y cruel, retorcido y sádico. Es normal que...que se de a esa clase de vicio, que se lleve a hombres a la cama. Está absolutamente podrido, enfermo...Pero tú...tú aún estás a tiempo de cambiar. Ahora estás confundido, pero sin duda te darás cuenta de que tu lugar es al lado de una mujer. Juntarte con ese...con ese desviado de Jimin...no te ha hecho ningún bien, pero estás a tiempo de comprenderlo y cambiar. Tú no eres así.

-Jimin es mi amigo, no lo llames así... Y no estoy confundido.

-¿No te das cuenta, mi cielo...? Es inmoral lo que sea que sientes por ese chico...

-Siento por él mucho más de lo que tú sentiste nunca por mi padre-replicó Taehyung-, pero ya no importa, porque él no me aceptará. 

-Tu padre y yo nos casamos sin amor, es cierto-concedió la mujer-, pero con el tiempo llegamos a amarnos...

Taehyung rodó los ojos. Desde que él tenía memoria, sus padres nunca habían dormido en la misma habitación. Suponía que se habían acostado únicamente para engendrarle a él, su heredero, su único hijo varón. Las pocas veces que se hablaban, mantenían diálogos envenenados, llenos de sarcasmos e indirectas hirientes. Él tenía miedo de acabar así, porque siempre había sido un romántico en una sociedad poco propicia para el romance. 

Desgraciadamente para él, su madre no había dicho aún la última palabra.

-Por eso he decidido que vas a tomar como esposa a Jung Dawon. 

...

Hoseok se deshizo de su hanbok y lo dejó sobre las escaleras de piedra. Se metió en el agua de la casa de baños, que parecía estar completamente desierta. Allí tenía pensado encontrarse con Yoongi, que no tardaría en llegar. Si alguien venía, lo cual no era muy probable, siempre podrían esconder la cabeza debajo del agua y aguantar la respiración por unos instantes. Sería más fácil si los ojos de Yoongi se mantenían fijos en los suyos. 

The king and the dancerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora