Incógnitas y al diablo

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Hoy no sé por dónde empezar, mejor dicho no sé si quiero empezar, ¿acaso nada termina?

" par – a- ti"

Instantes después tocaron la puerta a los que las cuatro respondimos con un "adelante", los chicos pasaron.

Pero faltaba Alexander, quería preguntar por él, pero sabía que sería muy evidente si lo hacía, esperaba a que alguno de ellos preguntara por él, pero nada ocurrió.

En cambio, sin pensarlo dos veces, ellos saquearon nuestra reserva, dejando solo un par de paquetes de frituras y malvaviscos (los cuales pensábamos en asar en alguna de estas noches) menos mal y dejaron quietas mis gomitas, si no, faltarían algunos alumnos por regresar a casa. Nunca había estado en una fogata o de campamento, pero solo la idea me encantaba.

─ Genial, no hay señal─ se quejó Antonia, quien tenía su móvil apuntando al cielo, como si intentase atrapar alguna onda de señal ─ que pésimo servicio.

No podía pasar del hecho de que hubo poca o nula interacción que habían tenido Ana y Félix, como si ni se conocieran.

Tocaron la puerta y una vez más con un "adelante" al unísono.

La puerta se abrió para mostrar a la profesora Méndez.

─ ¡¿Por Dios tíos que hacéis aquí?! ─ dijo escandalizada, como si nos hubiese pillado sabrá Dios en que actos.

─ ¿No se da cuenta?, una orgía ─ respondió Félix señalando el espacio con los brazos bien abiertos de lado y lado, tratando de fingir seriedad.

El espacio fue llenado por el ruido de varias risas tratando de ser opacadas, incluyendo la mía.

A la profesora pareció que toda la sangre se le había ido a la cara y que humo saldría por las orejas como en las caricaturas.

Enseguida Antonia se precipito a donde la maestra y puso un brazo sobre los hombros tratando de calmarla.

─ Sabéis que no deben estar en el cuarto de las chicas y las chicas en la de los chicos─ justifico ─ como sea, hace diez minutos tenían que estar en el lugar de reunión.

─ De acuerdo, ya vamos─ tomo la vocería Juli.

─ No, de ninguna manera, van a salir conmigo, ahora─ dijo cruzándose de brazos.

─ Pero...─ intervine, señalando que nos faltaban algunas cosas por ultimar.

─ Nada de peros. Ahora─ señalo la salida.

Todos salimos sin objetar, para encontrarnos con todo el grupo, los cuales estaban sentados en unos improvisados comedores.

La sangre comenzó a hervir dentro de mí al ver a Pocahontas y Alex en una esquina conversando alegremente, el con los brazos cruzados casualmente y ella muy inocente sonriendo y batiendo sus pestanas, ahora tenía el cabello suelto y ¡por la santísima virgen, lo movía hacia atrás!

─ ¡No bromees! ¿Enserio? ─ Se rieron a un más fuerte y ella le golpeo el hombro amistosamente, mucho, diría para mi gusto ─ ¿cuándo me enseñas? ─ pregunto acercándose aún más a él.

─Tía, ¿es mi impresión o esa le esta coqueteando a mi hermano? ─ cuestionó Antonia, para nada feliz, mordiéndose el interior de la mejilla.

─ Eso parece ─ conteste, observando la escena, pensativa.

─ Esa tía no me cayó bien desde el principio ─ expresó Anto, mirando con desaprobación la escena ─ Idiota─ susurró, supongo que a su hermano─ ¿vamos? Cáceres esta llame y llame a todos para reunirnos ─ Antonia fue tan rápida para cambiar de tema como yo para tener hambre.

Broken [SAGA CONSEQUENCES #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora