❛ HE LIKES BOYS ❜ ❝un chico se enamoró de otro chico, pero ese chico luego se enamoró de una chica... y el otro chico en venganza también se enamoró de la misma chica.❞
Kim TaeHyung está enamorado
de Jeon JungKook y todo el mundo
lo sabe, acos...
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he likes boys capítulo treinta
JUNGKOOK HIZO QUE HaNa gimiera sobre sus labios cuando la tomó de las caderas y la sentó en su regazo. HaNa sintió que JungKook estaba desesperado por la forma en la que la besaba, de una manera tan desesperada que parecía que se moriría si no la seguía besando. JungKook era rudo con sus labios y los movía contra los de HaNa con fuerza, los mordisqueaba como si fueran su comida favorita y se tragaba cada respiración que la mayor soltó. Pero a HaNa no le importó que tan duro podía ser JungKook con sus besos o qué tanto puso a prueba su respiración.
Lo que ciertamente le importaba a Bae HaNa era el gran bulto que se encontraba entre los gruesos y fuertes muslos de Jeon JungKook y que rozaba de manera peligrosa su centro. HaNa sintió que por cada roce de la polla de JungKook contra su coño, menos era la resistencia de sus pulmones y menos podía aguantar al azabache menor besándola de esa manera. Pero a JungKook no le importaba si a HaNa le afectaba el roce de sus entrepiernas, el azabache sólo profundizó más el beso y hundió su lengua dentro de la boca de ella al mismo tiempo que metía sus manos dentro del camisón de la susodicha.
Decir que el contacto piel a piel hizo que ambos tuvieran escalofríos en sus respectivas posiciones, fue poco.
—No hay nada debajo de tu pijama, HaNa —ese pequeño detalle fue lo único que consiguió que JungKook rompiera el rudo y duro beso para gruñir las palabras contra los labios de la mencionada—. ¿Por qué demonios no llevas nada debajo? —JungKook miró a HaNa como si quisiera desnudarla en ese momento.
No había forma de descubrir lo tentado que el menor se sentía de mover sus manos un poco más abajo y tener acceso al fruto prohibido.
—A veces duermo sin nada debajo.
Bae HaNa sonrió inocentemente en su lugar, pero Jeon JungKook sólo pudo seguir mirándola de manera oscura. Esa vez, JungKook no se limitó en tocar a HaNa y apretó el agarre de sus manos en la piel de la susodicha, dejando marcas rojas en la piel roja sin poder verlo, pero lo mejor de todo vino cuando el azabache presionó las caderas de la pelinegra hacia abajo con toda la lentitud y ligereza del mundo, permitiendo que su polla más que erecta y dura se pegara por completo a lo que ahora sabía era el coño desnudo de la mayor.
HaNa soltó un gemido ante la fricción tan sutil que sólo logró que sintiera por completo cada centímetro de la erección de JungKook contra su centro desnudo, el calor apoderándose de ella cuando el material rústico del pantalón del menor sólo hizo que la fricción fuera muchísimo mejor. Pero JungKook no se detuvo con eso y repitió el movimiento una vez más, y después otra vez, y luego otra vez más, y así continuamente hasta que el ritmo de los movimientos de caderas de HaNa controlados por él aumentaban de la misma manera.
