Come Back To Me. [Starrison]

dreiundzwanzig

Christopher se había negado a cortar su cabello, razón por la que ahora Richard se encontraba haciendo un pequeñísimo rodete sobre su cabeza, que solamente tomaba aquellos rizos que caían de forma rebelde por sobre su frente. Cuando ya estuvo listo, corrió a verse al espejo de la sala y sonrió orgulloso de lo que veía en él, razón por la cuál una vez más corrió, pero hacia la cocina, en donde Richard se encontraba, para abrazar sus piernas de manera fuerte.

"¡Vamod a prepadadle el desayuno a papá!" Exclamó feliz, dándose cuenta de inmediato que había gritado, razón por la que cubrió su boca con ambas manos y luego susurró. "Vamod a prepadadle el desayuno a papá."

El niño ya se había acostumbrado a estar ahí entre ellos, siempre se la pasaba abrazado a uno de los dos e incluso en ocasiones, mientras ellos dormían, en la mitad de la noche, caminaba por la casa para llegar a la habitación de George y Richard, y así colarse por entre las sábanas y dormir entre los dos, buscando el calor paternal que ellos le daban, recibiendo cosquillas y besitos en su cabello en forma de buenos días al llegar la mañana.

Habían acordado que desayunarían en la pequeña mesa de centro que había en la sala, ya que era muy difícil subir un desayuno para tres al segundo piso sin derramar nada en el intento, y porque también Christopher decía como excusa que le daba miedo subir y bajar escaleras en las mañanas porque podía despertar a los monstruos que recién se iban al sueño. En ocasiones George y Richard llegaban a reír por todas sus ocurrencias.

"Papi." Dijo de una manera tan natural, así como también despreocupada mientras tomaba el tarro de café entre sus manos. La respiración de Richard pareció cortarse en cuanto escuchó ese simple, pero significativo apodo, y en sus labios no tardó en aparecer una sonrisa que demostraba felicidad. Era la primera vez que lo llamaba de esa manera. "¿Cuántas cucadachitas pongo en el café de papá? ¿Puedo tamien tomar de este?"

"Sólo una, cariño... Y puedes tomar, sólo si le ponemos leche, ¿Está bien?" El niño asintió emocionado mientras ponía una cucharadita en cada taza, sintiéndose más que genial por beber la misma bebida caliente que su padre, sólo que la de él sabía más rico.

Él se encargaba de probar todo lo que Richard preparaba para el desayuno, los huevos revueltos, un pequeño trozo de pan, la mermelada, incluso la mantequilla y probó un sorbito de cada vaso de jugo sin que Richard se diera cuenta para asegurarse de que todos estaban perfectos. Pero al parecer la mermelada fue su perdición, cada vez que él ojizarco mayor se daba vuelta para buscar algo, él se metía una cucharadita de mermelada a su boca, hasta que él lo descubrió con la cuchara chorreando de mermelada en dirección a sus labios, de inmediato sus mejillas se pintaron de rojo y en vez de meter la cuchara a su boca, la estiró hacia Richard, quién lo observaba divertido.

"Está muy dica, papi. Puébala." Starkey recibió la cucharada gustoso, y pocos segundos después asintió a lo que decía el pequeño. "No la comedé toda, para dadle a papá tamién."

"Está bien, además... Puede dolerte la pancita, iré a despertar a papá, ¿Bien?" Antes de realizar su cometido, juntos llevaron todo el desayuno hacia la mesa de la sala y luego Christopher se sentó a un lado de esta, ansioso por comenzar a comer, pero se detenía así mismo diciendo que tenía que esperar a su padre primero. "Cuida que no se caiga nada."

Se fue rápido hacia las escaleras y en pocos segundos ya se encontraba en la habitación, donde su enamorado dormía plácidamente entre las sábanas, con su rostro bastante calmado y su cabello completamente desordenado. Volvió al lugar que le correspondía en la cama, y en pocos segundos se encontró dejando pequeños besos en los labios de su chico para que despertara.