Los deseos del lobo |JACOB BLACK|

EPÍLOGO

Un año después

Cierro la última caja y me siento en la cama que ya no será mía. No, no me mudo con Jacob a una casa en mitad del campo porque he acabado embarazada. No, no me voy a casar. Estoy mudándome a la universidad, y Jacob me acompaña porque él también quiere estudiar una carrera. Ya tenemos el piso a diez minutos de ambas facultades, y todo listo para pasar allí cuatro años. La universidad queda cerca de un bosque, perfecto para que Jacob pueda salir a su lobo interior, cosa que agradezco, ya que sin él, nunca hubiéramos estado juntos.

—¿Mi pequeña Amelia está lista para una nueva etapa en su vida? —Pregunta Rosalie entrando en la habitación. Se sienta a mi lado y pasa su brazo por mis hombros. —Es un gran paso. Es increíble que puedas hacer eso, crecer, avanzar, tener posibilidades... No sabes la suerte que tienes.

—¿Qué pasa si fracaso?

—Ese cachorro estará a tu lado, Amelia. Te lo aseguro, ha recibido suficientes amenazas para toda su vida, y aún sigue aquí. —Responde Rosalie entregándome un pequeño regalo, el cual abro y veo un pequeño sello del clan Cullen hecho en oro. Abrazo con fuerza a mi tía y besa mi frente.

Agarra la última caja y sale de mi cuarto, dejándome sola solamente unos minutos hasta que Jasper entra, y me abraza con tanta fuerza como puede sin hacerme daño realmente. Veo que está feliz por mí, pero triste porque será la primera vez que no vivimos juntos. —Sé feliz.

Sonrío y agarro su mano para bajar por las escaleras, Jacob acaba de cerrar el maletero de su nueva camioneta, construida por él mismo, me abraza por la cintura, y deja un casto beso sobre mis labios, me giro y me despido de mi familia con un movimiento de mano. Jacob abre la puerta del coche para mí, y cuando sube, la cierra suavemente. Se monta a mi lado y arranca camino a la universidad.

—¿Preparada, Amelia?

—Contigo, siempre. —Sonrío cuando dejamos atrás mi casa y conduce hacia nuestro futuro.