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Kim despertó sobresaltado, el color blanco del ambiente nubló su mirada haciéndolo cerrar sus orbes con fuerza, en un intento de adaptarse a las luces blancas que inundaban el lugar. Escuchaba voces que parecían ser lejanas, de un momento a otro se intensificaban a llegar a escuchar algunas conversaciones ajenas y confusas. 

¿Qué ocurre?≫ Pensaba Seungmin aún confundido.

Abrió sus ojos lentamente viendo hombres y mujeres con batas blancas. Seungmin frunció su ceño.

Al adaptarse por completo pudo divisar mejor lo que le rodeaba. Era una estructura con paredes blancas totalmente pulcras, algunas cosas que pudo identificar como camillas, algo diferentes a lo convencional.

―¿Kim Seungmin? ―una voz lo hizo sobresaltarse y ponerse de pie en cuestión de segundos. Era un hombre mayor con una bata blanca como las que vestían algunas otras personas en el lugar aún desconocido.

―S-si, soy yo ―tartamudeó―. ¿Que ha sucedido?

El hombre frente a él pareció confundirse y rápidamente relajar su expresión. Una jaqueca empezaba a formarse alrededor de su cabeza.

―Su madre ya ha sido operada, puede pasar a verla ―sonrió el mayor mientras señalaba una puerta blanca y se marchaba con paso rápido.

Al escuchar la palabra "madre" sintió como sus pulmones se quedaban cortos de aire, colocando su diestra en su pecho. Se tensó escuchando y mirando todo sin habla, no lo entendía. ¿Qué demonios pasaba? Preguntas se formaban en su cabeza a la vez que tomaba pasó a la puerta cerca de él. Explotaría ahí mismo si no encontraba una respuesta pronto.

Se detuvo frente a la puerta con su mano puesta en el pomo de ésta. Las palabras del hombre se repetían una y otra vez dando vueltas sin parar.

Su madre, su madre...

Sin pensarlo dos veces, entró. Miró al frente encontrándose con una mujer de tez blanca y tersa, pelo negro con algunas canas sobresalientes, con una sonrisa, parecía estar feliz. Se preguntó el porqué.

―Hola, hijo ―sonrió la mujer la cual sostenía un vaso en su mano, parecía contener algún liquido.

Su madre.

Seungmin sintió que sus lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos, haciéndolos arder. Mierda.  

―Hola, madre ―caminó hasta la mujer tomando su mano desocupada, y esta la atrajo hacia él, dándole un abrazo.

Sintió calidez, la calidez de un hogar. No la de un castillo en temporadas invernales; frío y totalmente solo.

―No aprietes mucho Minnie, la zona de mi seno aún se encuentra sensible ―sonrió reluciente a pesar de sus palabras claramente doloridas. El contrario trataba de entender y allí miro.

La persona que en este lugar era su madre, carecía de un seno. Entendió, haciendo que su sonrisa decayera.

Aún después de todo lo que pensó que tuvo que pasar, ella sonreía como si todo estuviera bien, como si no hubiera pasado nada. 

―Oh vamos, ¡no llores! ―dejó el vaso de cristal que sostenía en una mesa cercana para acto seguido tomar las dos mejillas del pelinegro y sacarle esas lágrimas. Lágrimas que odiaba ver en aquel rostro.

Seungmin sonrió leve limpiando con el dorso de sus manos aquellas lágrimas que aún escapaban.

―Lo siento, tan solo fue el momento ―trató de reír, sonó extraña su propia voz.

Dio una mirada de reojo al frente viéndose al espejo que allí yacía, totalmente diferente, y volvió a caer en esa realidad alterna. ¿Donde estaba?

―Deberías irte, ya es tarde y no es seguro que estés aquí. Hyunjin estará preocupado ―Hyunjin.

La respuesta era Hyunjin.

Recordó todo. Las viejas memorias explotaban como bombas cayendo de repente. Su último encuentro, su amenaza, los reinos.

―¿H-Hwang Hyunjin? ―la mujer carcajeó.

―¿Pronto ese Hwang estará en tu nombre y no sabes de quien se trata? ―Kim pareció quedar sin habla, incapaz de reaccionar.

―Vamos, tu padre dijo que estaría esperando afuera ―señaló la ventana y acarició el dorso de su mano―. Ya es tarde y él te llevara a casa, te quiero, cuídate.

Tomó su rostro y besó sus dos mejillas. No prestó atención al gesto y salió casi corriendo de la habitación. Iba a obtener sus respuestas ahora mismo. Bajó las escaleras con paso firme y rápido, dirigiéndose a la puerta de salida de aquel gran lugar. Una vez fuera de este, pudo observar un tipo de ¿vehículo?

Habían muchos de esos objetos a la vista, parecían ser de metal y de varios tamaños y colores. Más confundido que segundos antes, escuchó alguna bocina. provenía del vehículo frente a él.

Un hombre cuarentón y algo canoso estaba dentro de este, saludando frenéticamente con su mano a Seungmin. ¿Acaso este hombre era su padre en este lugar?

―¡Hola Minnie! —Seungmin se acercó con miedo hacia el objeto indefinido, el hombre hizo un ademán para que abriera la puerta. Con cuidado hizo tal acción y en minutos estaba dentro.

El vehículo iba rápido, asustándole por un momento. El hombre contaba chistes haciéndolo reír a carcajada limpia, se olvidó por un momento de la situación. Fuera del lío que estaba hecho es su cabeza, estaba feliz, una sensación indescriptible se instalaba en su pecho.

―Bueno, hasta aquí nuestro recorrido ―sonrió y Seungmin, encantado, devolvió la sonrisa―. Nos vemos luego, hijo.

El hombre se despidió al igual que Seungmin. Bajó del objeto que aún para él no tenía nombre, encontrándose fuera de lo que parecía ser una casa. Seungmin miraba la estructura frente a sus ojos, algo asombrado. No acostumbraba a ver este tipo de construcción, era como el futuro que muchos predicadores decían.

Caminaba lento, haciendo el tiempo más largo para poder entrar. Se encontró frente a la entrada, visualizando los miles de escenarios que podrían ser vividos al entrar.

Seungmin se despejó. Nada pasaría, Hwang no podría hacerle daño.

Entró sigiloso, mirando a su alrededor. Era un lugar espacioso, totalmente amueblado con un estilo algo diferente a lo normal. Si estuviera es Aethelu, definitivamente esto seria futurístico.

Sintió algunos pasos tras él. Volteó sin vacilar ni perder un segundo más, allí estaba a quien esperaba. Hyunjin, con una expresión mucho más confundida que la de él, lo miró, tratando de descifrar que sucedía.

Veía venir una larga noche frente a sus ojos.

carpe diem. hyunminWhere stories live. Discover now