80. Ella es mi Rose

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Narra Amy

Voy de un lado al otro por el apartamento terminando mis últimas preparaciones mientras veo la lista que he hecho en una nota en mi celular; meto algunos neceseres que he dejado para guardar al último y vuelvo a checar que lleve conmigo todos los documentos que me pedirán en el aeropuerto y al llegar a París. Rouge sólo me observa sentada en el sofá en su albornoz con una expresión de anhelo.

-No es justo, Rosita. Deja a ese gruñón y mejor llévame contigo. -Dice con una mirada suplicante y yo sonrío divertida al escucharla.

-Perdóname, Rouge. Prometo llevarte en la siguiente ocasión ¿si? -Le digo con ternura al tiempo que continuo yendo a mi habitación por mis últimas cosas y regresando con ella otra vez. -Seguro te gustaría más ir en verano.

-No, por favor llévame ahora. Acabo de vivir una relación fallida y estoy segura que ir a la bella ciudad de la luz me animaría. -Me comienza a chantajear emocionalmente y yo regreso mi mirada hacia ella. Ha comenzado a decir lo mismo cuando quiere que salgamos al club.

-También es conocida como la ciudad del amor. ¿No te sentaría mal ver a todas esas parejas enamoradas? -Inquiero arqueando la ceja con expresión divertida.

-Maldita sea, odio a las parejas felices. -Musita por lo bajo desviando la mirada y recargándose por completo en el sillón.

-¿Cuándo te irás? -Pregunto cambiando de tema mientras cierro la maleta y la dejo en el suelo sobre sus ruedas.

-Mañana por la tarde, linda. A mi nada brillante ni espléndida ciudad natal, sin mi perdidamente enamorado novio. -Resopla disgustada recargando su cabeza en la palma de su mano y yo hago una mueca de tristeza al escucharla.

-¿En serio estarás bien? -Pregunto con preocupación. -¿Estás segura que entre lo dos ya no...?

-Ya hablamos de eso, Amy; no pienso seguir con alguien que no me valore ni me de el lugar que merezco. No importa cuanto lo pueda seguir queriendo. -Responde decidida y asiento sin decir nada, dándole la razón.

La verdad la situación realmente me entristece; sé que ambos están mal y cuando he hablado con Knuckles trata de aparentar que no le importa, pero sé que la extraña, Sonic me lo ha dicho. Lamentablemente, ambos son demasiados orgullosos... Y aunque alguien diera el primer paso, no sé cómo continuarían con el tipo de relación que llevaban. Comprendo a Rouge, porque lo he vivido junto con ella, pero también conozco a mi pelirrojo amigo y sé que no actúa con una mala intención. Suspiro lentamente mientras trato de dejar de pensar en ello, necesito terminar pronto.

Estoy checando mis lista otra vez cuando escucho la puerta y voy hasta allá para abrir. Me encuentro a Shadow con sus brazos cruzados y mirada seria, pero sonríe de lado al verme.

-¿Estás lista? -Abro los ojos asustada y corro deprisa hacia dentro del apartamento para terminar rápidamente; me apresuro hacia mi habitación y tomo mi bolsa de mano que deje en el escritorio, asegurándome que lleve todo dentro. Celular, cargador, mi cartera, pasaporte... -El taxi nos espera abajo, Rose. -Escucho a mi espalda y veo al azabache recargado en el marco de mi puerta.

-Si, enseguida voy. Sólo estoy asegurándome de que no olvido nada. -Me apresuro en contestar y regreso mi vista hacia mi escritorio.

Tomo mis guantes blancos y los guardo dentro de mi bolsa, así como la bufanda y gorro a juego; seguramente hará frío al llegar. Sigo revisando mi nota en el celular para hacer un chequeo rápido, pero un momento después el azabache llega a mi lado y toma la mano con la que sostengo el celular, volteo hacia él y veo que me mira profundamente.

Emerald University - A Shadamy StoryWhere stories live. Discover now