Casius y Deviant están en busca de la humana indicada para formar un núcleo familiar. Ya están en la edad de procrear y tanto el inminente colapso de su pueblo como la presión de sus padres, los obliga a hacer un viaje a la tierra para escoger a la...
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La vista de aquel enorme planeta verde la dejaba asombrada.
- ¡Es increíble! - Susurró sin poder apartar la mirada tras el visor de la nave, que le permitía admirar la grandeza del espacio y aquel nuevo mundo.
Su nuevo hogar.
Era increíble para ella recordar la vida que hace unas horas había tenido. Su infancia alegre, la adolescencia dolorosa y complicada, para finalizar con su adultez estresante. Ahora todo había cambiado radicalmente y solo habían bastado unas palabras.
La decisión que tomó en base a sus vidas y el futuro para ellas no fueron fáciles, no era como si se mudaran a otro país. Ellas habían abandonado la tierra, su mundo, para ir a uno totalmente desconocido con unos sujetos atractivos y a la vez extraños.
De seguro estaba loca, pero como decía su padre "Las mejores decisiones se toman con el corazón y no con la razón". Y valla que ella ya la había perdido al sentirse atraída por dos hombres espaciales.
- ¿Qué te parece hermosa?. - Le preguntó Deviant llamando su atención y sonriendole intrigado.
- Éste es nuestro planeta. ¿Te gusta?. - Explicó Casius queriendo saber su respuesta.
- Es... Verde, muy verde. - La verdad era que no sabia que más decir.
Aquel planeta era similar a la tierra, sólo que parecía tener menor cantidad de agua, la cual tenía un color acuamarine.
- Sí es verde, pero no te preocupes, no todo es de ese color. - Explicó Casius. - Solo las plantas y un poco el agua, pero es por el reflejo en la atmósfera. Es igual de traslúcida que en tu mundo y del mismo sabor.
- Que bien... - Se alivió.
Una preocupación menos que tachar en su lista mental.
- No pareces muy emocionada mi estrella. - Inquirió Casius dándose la vuelta en su silla de mando para estar frente a ella que se hallaba de pie.
- Es que, no sé que decir... Es la primera vez en mi vida que me mudo de planeta. - Dijo con sarcasmo. - Solo estoy tratando de asimilar la vida que nos aguarda a Megan y a mi en cuanto pisemos aquel mundo.
Ambos asintieron. Ya era mucho que no hubiese huido de ellos en cuanto supo que eran seres del espacio, o que suplicara volver a la tierra tras la noticia de su modificación celular.
Dánica era especial al igual que Megan y tras ambos considerarlo cuando ella estuvo inconsciente, al parecer las mujeres solas y que pasaban por una situación precaria eran las más aptas como parejas a los machos de su especie. Aunque deberían estudiar esa teoría en caso de tomar la decisión de traer más humanas en el futuro.
Por los momentos Dánica sería un experimento y en cuanto a Megan, ya dependería de ella si más adelante deseaba formar un núcleo con algún par de machos.
