Capítulo 15

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Observo el rostro de Sam, y me sorprende ver que parece menos colorido, debe ser su manera de estar pálido. Lo veo tan grande en esta cama tan pequeña, lleno de cables y vendas por su cuerpo, Aiden ha disparado a mi lobo en el pecho, demasiado cerca de su corazón, y aún no despierta, pero por lo menos no lo he perdido, pese a que cuando estuvo siendo operado para sacar la bala por poco lo pierdo.

Ahora estoy a su lado, me han permitido entrar en este cuarto, es una cabaña en la cual pueden curar a los lobos en caso de que algo los pase, pero acaban de estrenar la cabaña con Sam. El doctor Kiowe es de las pocas personas que saben el secreto de los lobos, y ha sabido curar al mío tan bien que creo que le debo gratitud eterna.

Ha pasado mucho tiempo y no me he querido mover de su lado, necesito que se despierte para pedirle perdón, por mi culpa está así, por mi culpa mi lobo está herido.

—Mia, te he traído comida. —Dice Paul a mi espalda y veo un menú infantil de la pizzería, con un peluche de una jirafa como regalo.

—Gracias Paul, pero no tengo hambre. —Susurro sin soltar la mano de Sam, pero Paul abre la caja y coge una porción de pizza, Jared agarra mi cabeza y me hace abrir la boca.

—Si no comes por ti misma, te daremos de comer como a los bebés. —Dice Jared totalmente serio, dándome a entender de que no están bromeando, así que suspiro derrotada y cojo la porción para comer.

—Verás, Sam nos hizo prometer que te cuidaríamos, y así lo hacemos. —Dice de nuevo Jared, pero me pone una mano en mi hombro y lo aprieta en señal de apoyo. —Aunque ahora eres nuestra mejor amiga y tenemos que cuidarte.

—Además, yo no quiero tantas guardias nocturnas, este bello rostro necesita diez horas de descanso. —Dice Paul haciéndome reír, ¿cómo hacen esto pese al momento tan malo?

—Eres demasiado bello, Paul. —Me río al tragar el último trozo de la pizza. —Gracias.

—No las des, ha pagado Jared. —Dice Paul y recoge los restos antes de salir con Jared del cuarto, quedándome sola con mi lobo. El médico ha dicho que despertaría pronto y cuando sus genes lobunos hubiesen curado gran parte de la herida.

Ahora tocaba esperar. 

Cuidado con el bosque  |SAM ULEY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora