La Cuchara de Fresno y Los Aretes de Oro
-lamento la pérdida de tu amiga- dijo Trini luego de que Belén terminara de relatar toda su grandiosa aventura y todos los peligros que afrontaron, culminando en la muerte de la vieja Margaret Jones.
-de haber venido a este lugar seguro hubiera querido quedarse aquí por siempre- comentó Belén.
-posiblemente ya hubiera construido otra casa dentro de algún árbol- pronunció Puck levemente.
- ¡PUCK! has vuelto- exclamó Belén.
-me desperté hace un rato, pero no quise interrumpir tu relato, lo cuentas con tanta emoción que me pones los pelos de punta- dijo el chico.
-hola Puck, que gusto que te estés recuperando, mi nombre es Trini, lamento lo que ocurrió, yo fui la culpable- se disculpaba la chica.
-no hay problema, de igual modo tú me ayudaste a curarme- dijo el chico.
-debes permanecer acostado un rato más mientras tu cuerpo se recupera- dijo Trini a la vez que retiraba la gaza que le había puesto a Puck, la sustancia verde y viscosa ahora estaba negra y le aplicaba un ungüento amarillento que tenía muy cerca.
- ¿podrías darme un poco de agua? – pidió Puck luego que la chica aplicó la extraña crema que tenía olor a azufre.
-si claro, además creo que tengo algo que te servirá Belén- dijo Trini levantándose del lugar.
-me tenías preocupada – dijo Belén.
-pero ya estoy de vuelta, no puedo creer que esa chica me derribara tan rápido- contestó el chico.
-eso es porque intentaste protegerme, sino sería ella quien hubiese estado en problemas- susurró Belén.
Trini volvió con el vaso de agua y Belén ayudaba a Puck a sentarse para que tomara mientras la misma chica le hizo entrega a Belén de algo que requería.
-esta es una cuchara de fresno, está como nueva, pero está hecha del mejor árbol, también las usamos para batir brebajes y pociones- dijo Trini y le entregó la cuchara a Belén.
-¡oh vaya! En verdad gracias- dijo Belén viendo como Puck miraba con rabia la cuchara ya hecha luego que de él durara quien sabe cuánto tiempo intentando extraer la madera del árbol en la selva.
-bueno ese tu quinto ingrediente ¿no? - preguntó Trini.
-sí, este es el quinto ingrediente, ahora debo intentar hacer un creyón amarillo y uno rojo- respondió Belén.
-puedo ayudarte en entregarte un poco de oro, pero solo un poco, lo suficiente para tu creyón, pero la sangre aquí no podrás obtenerla- dijo Trini tajante.
-tranquila, si piensas que mataría un animal para obtener su sangre estás equivocada, además para hacer ese creyón la sangre debe ser entregada por voluntad no arrebatada- explicó Belén.
-oh bueno, está bien, creo que tengo otra cosa para ti- decía Trini y se fue hasta dentro de las habitaciones para salir con una pequeña cajita de madera adornada con dibujos en sus manos.
-Estos son los pendientes de mi madre- dijo la chica y sacó dos zarcillos que eran unas bolitas de doradas hechas de oro puro.
-pero no puede ser ¿cómo crees que puedo aceptar eso? Debe ser un recuerdo invaluable de tu mamá- dijo Belén.
-los recuerdos invaluables de mi madre permanecen en mi memoria y mi corazón, los bienes materiales son eso, solo materiales. Lo importante son los recuerdos, las voces, las caricias y las enseñanzas que se quedan contigo toda la vida. En algún momento estos zarcillos perderán su brillo, pero la sonrisa de mi mamá no se apagará de mi mente nunca jamás- dijo Trini.
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La Epifanía de Belén Wytte y los 9 Colores Mágicos.
FantasyBelén Wytte es la más joven de una familia de brujas clarividentes. Hasta sus 18 años no había mostrado poder mágico alguno, sin embargo, eso estaría a punto de cambiar. Ella se embarcará en un viaje emocionante para poder salvar la vida de una de s...