Reservación

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Rin volvió a entrar al hospital para cambiarse, después de unos cuantos minutos salió, se veía preciosa.

- Mierda...

- ¿Tan mal me veo?

- N-No. ¡Te ves bellísima!

Rin se sonrojó. - Debí haberme puesto algo de maquillaje. - rió.

- Sea como sea te ves preciosa, con o sin maquillaje sigues siendo la chica más hermosa del universo.

Rin sonrió y sus mejillas se pusieron totalmente rojas.

- Sígueme.

El Uchiha tomó la mano de Rin y la guió al restaurante donde tenía reservada una mesa, ambos llegaron y entraron.

- ¿Tienen reservación? - dijo una señorita en la entrada del restaurante.

- Así es. En nombre de Obito Uchiha.

La señorita comenzó a buscar en la lista con su mirada hasta encontrar el nombre del pelinegro. - Síganme. - La chica los guió hasta dicha mesa. Obito recorrió la silla para que Rin tomara asiento, y después él hizo lo mismo. El mesero se acercó a ambos para pedir su orden.

- Rin, ¿Qué deseas pedir? Puedes pedir todo lo que quieras.

Rin sonrió. - ¿Incluso puedo pedir todo el menú?

Una gota de sudor corrió por él sien del Uchiha, lo cual hizo reír a Rin.

- Solo bromeaba. Deseo pedir Okonomiyaki por favor.

- Y yo sopa de miso por favor.

- Enseguida.

El mesero se retiró dejando nuevamente a los chicos solos.

- Sabes Obito, gracias por esta cita. Últimamente he estado algo estresada por el trabajo que hay en el hospital.

- Te mereces un descanso, ya has hecho demasiado.

- Lo sé, y quiero hacer aún más. Aunque el trabajo en el hospital sea pesado, amo mi profesión.

- Y me alegra ver cómo cumples tus sueños, es parte de mi camino ninja, así como el tuyo.

- Supongo que nuestros sueños incluyen tenernos cerca.

Eso hizo sonrojar al Uchiha, nunca se había puesto a pensarlo, pero Rin tenía razón.

El mesero depositó los platos delante de Rin y Obito, seguido les colocó unas copas de vino. Ambos comenzaron a comer.

- Rin. ¿Recuerdas el kunai que me diste hace ya unos años? Aún sigue en mi colección.

Eso hizo que los ojos de Rin brillaran. ¿Enserio lo seguía conservando después de tantos años?

- Por cierto. ¿Cómo está tú mamá? Hace ya rato que no tengo tiempo de visitarla.

- Esta bien. Vive conmigo y ambas vivimos felices. Sabes Obito, ella te ama.

Obito sonrió. - Eso me halaga. - rió.

La luz de mi vida (ObiRin)Where stories live. Discover now