00: Curiosidad

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Si Wei Wuxian tuviese que definir en una sola palabra la sensación que le producía mirar a Lan Wangji desde las gradas del gimnasio, sería nada más y nada menos que curiosidad...

Wei Wuxian anhelaba tontamente descubrir que había más allá del rostro serio y aburrido de su compañero de universidad, quería saber que escondían ese par de fríos ojos dorados, saber que cruzaba por su mente, quería desesperadamente romper esa fachada de perfección, Lan Wangji le daba tanta curiosidad... Es decir, estaba casi seguro de que no había ser humano en la tierra capaz de soportar su actitud bromista y desvergonzada casi todo el tiempo, vamos, incluso sus hermanos le habían reprendido más de una vez y había sacado de quicio a más de tres, pero con Lan Wangji sus planes nunca surtieron efecto o resultaban en el peor de los casos contraproducentes, ni hablar.

De modo que estando a menos de un año de concluir la carrera, aún seguía intentando mirar más allá, explorar la otra cara de la moneda y no obtener resultados le comenzaba a frustrar. Desde que se conocieron había intentado de todo, desde molestarle durante las clases que compartían, hasta jugarle una broma con un par de inocentes videos porno que había encontrado casualmente en su celular. La última es a la que mejor había reaccionado, ese día le había arrojado un libro directo al rostro y después le ordenó que se largará, mira que largarse era la especialidad de Wei Wuxian, ni repetirlo dos veces. Esa era, muy probablemente, la única discusión sería que habían tenido en casi tres años de tratarse mutuamente, las que tenían aquella vez que le castigaron en la biblioteca no contaban. Así que, aunque aún no supiera que pensaba que Lan Wangji o que transitaba por sus pensamientos, muy orgullosamente podía decir que el y el sobrino del director eran buenos amigos.

Inusuales, pero buenos amigos. Todos en la facultad decían que eran como el agua y el aceite.

Ambos eran diferentes, muy diferentes, pero era cierto que se habían acostumbrado a la presencia del otro y Wei Wuxian no tenía modo de negar que disfrutaba de su compañía y de sus pláticas ocasionales - aunque el fuera el único que hablaba sin parar - también había comenzado a adoptar la costumbre de caminar hasta su casa con Lan Wangji e incluso almorzaban juntos cuando había tiempo, y lo atribuía principalmente a que el joven Lan era de sus mejores amigos.

O bueno eso creía. Da igual.

Con una enorme sonrisa en el rostro siguió disfrutando del almuerzo en la cafetería, ese día había quedado de salir con Lan Wangji a comprar un par de materiales que necesitaba para su taller de pintura, sus clases habían concluido hace una hora, sin embargo, Lan Wangji como miembro del Consejo estudiantil debía quedarse a resolver un par de asuntos que sinceramente no recordaba que eran, así, fue como decidió quedarse a comer algo para hacer tiempo.

El móvil vibró en su bolsillo y rápidamente deslizó los dedos sobre la pantalla y sonrió al notar que se trataba de un mensaje de Lan Wangji diciéndole que se verían en diez minutos. No entendía porque, pero de algún modo había comenzado a esperar los mensajes del Lan y siempre se sentía ansioso cada que los recibía. Cómo si estuviese esperando por verle.

Curioso, ¿No?

Wei Wuxian cruzó los brazos sobre su pecho, no había necesidad de esperar mirar la puerta de la cafetería para saber cuándo Lan Wangji entraría, los murmullos de las muchachas y los sobrinos de sus mejillas mal disumalados.

Lan Wangji se acercó a su mesa con su expresión de "Mn" que siempre tenía, vestía un pantalón de mezclilla sencillo y una camisa de vestir blanca que le quedaba de infarto sinceramente.

— Lan Zhan... — saludó Wei Wuxian con una sonrisa.

— Wei Ying...

— ¿Nos vamos? Quiero ir por unos bollos antes — comentó echando la mochila al hombro.

Close the Door 彡 WangxianWhere stories live. Discover now