🔹17 🔹

1.3K 147 6
                                    

Me quedé sentada, esperando a que me hablara, sin embargo, él me levanto del cuello de mi camisa, como de costumbre y me volvió a acorralar en una pared.

-- ¿Y ahora qué? No hay necesidad de tratarme así amargadito -- dije algo molesta pero eso se me quitó al ver su mirada. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

-- ¿Es tan difícil decirme las cosas a mi? -- preguntó, no entendí bien y lo miré confusa

-- Me estoy cansando de que siempre sea Farlan quien me diga lo que te pasa, lo que piensas y lo que haces -- me replicó a regañadientes, entendí mejor

-- ¿O sea que nos escuchaste hablar? Que metiche eres, y además ¿Cómo quieres que te diga las cosas si jamás me preguntas? -- elevé un poco el tono de mi voz.

-- Se supone que para eso es el grupo, para ser más cercanos! --

-- ¡Pues yo ya te lo había dicho antes, y si no te lo dije pues te lo digo ahora! ¡Farlan es el más cercano a mi y puede que Isabel también! Tú encárgate de ganarte mi confianza -- dije para finalizar, quería zafarme de su agarre pero no podía, era extremadamente fuerte o al menos mucho para mi.

Me soltó y asintió, sin despegar su mirada de mi.

-- De acuerdo, entonces...cuéntame porqué tu grupo y tú se separaron -- dijo

Mi pecho ser oprimió y mi pulso aceleró, eso era muy detallado pero bueno.

Suspiré y me dirigí a mi cama, me senté en la orilla y comencé a contar.

-- Tenía 12 años, creo, y apenas comenzábamos a robar y así, nos habían dicho que había un puesto demasiado surtido cerca de unas ruinas -- sentía que cada palabra que decía, volvía a vivir ese momento

-- Como éramos muy ingenuos, fuimos para allá sin cuestionarnos, al llegar trataron de capturarnos o algo pero nos defendímos y escapamos -- se sentó en frente mío mientras me escuchaba y me miraba fijamente

-- Nos escondimos detrás de un pequeño muro y esperamos. Pero un pequeño grupo de los que ahí habían empujaron la pared; como estaba muy débil comenzó a caerse, escapamos pero mi pie se atascó en un pequeño hueco de separación -- comencé a fruncir el ceño, mis ojos se cristalizaron, esa parte de mi vida fue tan fuerte, supongo que no importaba que por ahora fuera una parte de la verdadera razón.

-- La pared cayó en cima mío y me fracturó un brazo y mi cadera, fue un dolor horrible, me hizo gritar y luego me desmayé; cuando desperté...estaba en mi cuarto, no podía moverme del todo, no sentía mi cuerpo y pensé que...jamás volvería a caminar. Estuve en reposo por casi dos años y en ese lapso de tiempo mi pequeño grupo se separó -- limpié algunas lágrimas indiscretas

-- Luego, repentinamente, cuando ya estaba recuperada, intensos y punzantes dolores rodeaban mi cadera y hacía que mis piernas se durmieran, haciéndome caer -- terminé esa parte del relato y sentí un silencio tan incómodo

-- Ella siempre me quiso como su hija pero....creo que...no recibí el trato como tal --  agregué, ni siquiera comprendí porqué dije eso pero decidí detenerme

-- ¿Y sigues padeciendo eso? -- me preguntó, yo negué con la cabeza, se acercó a mi y levantó mi rostro, al mirarlo encontré una mirada tan compasiva que de alguna forma me hizo sonrojarme.

-- Lea, aunque no seas de mi grupo como tal, si tú dices, eso no quita que vives aquí y que todos nos preocupamos por todos, no seas tan terca y créeme que si lo intentas más, tendremos una relación más
cercana -- dijo y me soltó

Yo sonreí y asentí.

-- Tú también pon de tu parte -- sonreí y me quedé en silencio por un momento

-- Hoy, en mi otra casa me encontré con Kurt -- le dije y bajé la mirada

-- ¿Quién es él? --

-- Un integrante de mi grupo,.....Levi -- dije

Él sonrió discretamente y se levantó para después irse. Mi corazón no paraba de latir, me sentía extraña. Mucho, pero no podía negar que ese acercamiento con él me gustó, al fin me dijo por mi nombre.

SubterráneoWhere stories live. Discover now