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Desperté a causa de un mal sueño con Rachel, me decía uno de tantos concejos que sabía cuando decirlos pero no lo escuché bien y si sí lo hice entonces no lo recuerdo.

Me levanté y una punzada en mi vientre me hizo detenerme por un momento, pasó, me levanté por completo y me cambié. Me alisté y bajé para comenzar con mi trabajo.

Empecé con la escoba para luego irme con un trapo, limpiando y fregando el piso y las paredes. Limpié los sofás, la cocina, el comedor, las escaleras. Todo eso lo repetí dos veces, no quería quejas.

Me detuve un momento para tomar agua casi hirviendo, eso me ayudaba a controlar un poco el dolor. Seguí.

En la parte de arriba comencé igual con el pasillo, las paredes y el techo, como aún no despertaban, o eso creo, me metí a mi habitación a limpiarla.

No estaba tan sucia pero...igual le vendría bien limpiarla.

Terminé y salí, me encontré con el líder saliendo de la habitación, iba a meterme de nuevo pero él se apresuró y rodeó mi abdomen con uno de sus brazos y con el otro cerró la puerta que yo intentaba abrir. Me sonrojé de inmediato...obviamente.

-- Espero que ya hayas comenzado --  me dijo al oído, lo que me hizo estremecerme y ponerme más nerviosa

-- Sí, ya limpié esta parte de arriba por si no te das cuenta --  contesté

Se acercó más a mi, sentí como su cuerpo rozaba con el mío, mis piernas comenzaron a temblar.

-- Cuida la manera...en la que me hablas --  me susurró al oído

Y antes de que pudiera decir algo se alejó, bajando las escaleras.

Esperé a que mi sonrojo se pasara, recargué mi cabeza contra la puerta unos segundos y luego decidí entrar a mi habitación otra vez pero cuando yo abrí la puerta, la de la habitación perteneciente a Farlan también se abrió.

Entré con prisa y me recargué en la puerta, si me vio, vendría justo para acá a hablarme. Lo que fue evidente ya que escuché sus pasos subir las pequeñas escaleras que daban a mi habitación y la corta tercera planta.

Tocó mi puerta, suspiré y me despegué de la puerta para luego abrirla, forzando una sonrisa que obviamente no tenía.

-- Hola, ¿Cómo estás? --  preguntó al entrar por completo a mi habitación

-- No tan bien como quisiera --  confesé

-- Oye, lo del otro día...¿lo dijiste en serio? --  sabía que iba a preguntar

Suspiré y lo miré para después sonreír con decepción propia.

-- Sí Farlan, fue en serio --  escondí mi rostro entre mi cabello

-- ¿Cómo pasó? --  preguntó sorprendido

Encogí los hombros.

-- No sé, Farlan, simplemente sentía cosas cuando estaba conmigo --  toqué mi cabeza con irritabilidad

-- ¿Te dijo algo ayer? --  tomó mi hombro con consuelo y algo de preocupación

-- No, le dije que todo había sido mentira y me puso un castigo por..."mentir" --  confesé

-- Lea!!... --

-- ¿Qué? --  dije incómoda

-- ¿Por qué dijiste eso? --

-- ¿Y qué tiene? ¿Qué conseguía con eso? ¿De qué serviría? Él jamás se fijaría en alguien como yo y mucho menos ahora qué arruiné su plan y sus vidas --

-- ¿¡Sigues con eso!? --

-- ¡Es la verdad! o por lo menos Levi así lo ve --  desvié de nuevo la mirada

-- Mira, por ahora deja que ese asunto se olvide pero...tienes que aceptar lo que sientes, a Levi tampoco le vendría mal saber y aprender a amar a alguien --  me sonrió de forma sincera

Lo miré con tristeza, trataba de ayudarme pero...no sé, de verdad dudo que se fije en mi.

-- ¿Qué crees que haces mocosa? --  dijo entrando a mi habitación sin tocar

Me levanté de inmediato y con miedo nuevamente.

-- No te veo limpiar las demás habitaciones --  dijo irritado

-- Ya voy --  dije y tomé las cosas para adentrarme en la habitación de Farlan y seguir con mi castigo.

Espero que venga, así tal vez se me pase este sentimiento todo revuelto que traigo gracias a mi periodo.

SubterráneoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora