Solo Somos Nosotros.

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la música sonaba por la casa.

era un día libre totalmente y disfrutaban cada minuto.

la escoba estaba colocada en la pared y el recogedor con tierra recién recogida estaba cerca de esta misma.

Ethan le dio una vuelta a Emily y Ethan salto feliz, era una tarde hermosa, calurosamente hermosa.

las canciones salían de el celular de Ethan y habían movido el sofá a la esquina para tener todo el espacio libre. Kevin simplemente estaba moviendo su cuerpo ya que ni siquiera sabe bailar, pero no es como si alguno de las 2 personas se movieran mejor que él.

Emily paro, y todos la miraron, parecía que hasta la música se hubiera parado.

—s-se movió—el que reacciono primero fue Ethan quien salto de alegria y corrio a abrazar las piernas de su madre.

esa fue suficiente sorpresa como para que la familia entera se alegrara aun mas

—casi lo olvido, vistanse lindos para esta noche—rio Kevin alzando a Ethan entre sus brazos—nos han invitado, es un restaurante caro.

Emily sonrió no muy convencida.

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La noche era brillante, apresar de que al estar en la ciudad, no llegaban las estrellas a apreciarse, pero la luna estaba brillante y hermosa.

Cuando dejaron el auto en las afueras del restaurante, Ethan fue el primero en salir, tenía una camisa simple y una pantaloneta que le permitía moverse cómodamente.

Emily y Kevin salieron tras el, un vestido rosa estaba en el cuerpo de esta, no era fan de los vestidos, pero está podía ser la excepción, Kevin venia con una camisa blanca y un pantalón negro a par con sus zapatos.

La entrada era elefante, las luces de la puerta gritaban "dinero".

Con la mayor incomodidad Emily entro junto a sus dos acompañantes, uno cogido de su mano y el otro con la misma en la cintura de esta.

No muy lejos apreciaron a Cristina, que agitaba su brazo por lo bajo saludando a los recién llegados, los cuales se dirigieron hasta ellos.

—te vez muy bella Emily, como es de bueno ser joven.—rio Criss.

—para mi estás hermosa—respondió su esposo al lado.

—aun tienes que lavar la loza cariño, no me convencerás.—respondió a lo que los presentes rieron.

Los mellizos estaban sentados, cada uno en su propia historia, Lucas tenía unos audífonos y de vez en cuando cantaba y su hermana estaba en su teléfono, viendo publicaciones.

se molestaron unos momentos hasta que llego la hora de pedir la comida.