Especial #1

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Un paso de una piernita un poco gordita fue lo suficiente para emocionar a todos.

Un paso, el primero.

El segundo paso, se sostuvo.

La expresión que tuvo ante el a ver perdido el equilibrio en su segundo paso se transformó de susto a risa.

Sus encías las cuales poseían dos dientes apenas mostraban una sonrisa que dedicaba a sus padres y hermano.

— ¡Lo lograste!—el que reacciono fue su padre, quien la alzo y celebro sus primeros pasos.

La pequeña de vestido rosa claro chillo de alegría por estar tan alto.

A la celebración se juntó el resto de la familia

—Mama, Miele lo logro. —el chico de cabellos castaños sonrío a su madre.

Le gustaba ser el mayor, siempre había querido dejar de ser el pequeño Ethan, ahora era Ethan, el hermano mayor.

Las sonrisas de un día que sería olvidado como una página de un libro en una biblioteca fue algo especial, no recordaran cuando ella les pregunten qué día era, pero recordaran la sonrisa, la felicidad de ese momento.

Así paso un día de un fin de semana normal, creo que no hay mucho que contra, al siguiente día Ethan partió para su colegio de la mano de sus padres, uno de ellos con una pequeña castaña de ojos azules en sus brazos.

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