Especial #2

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—Buenos días. —un joven Ethan saludo un poco soñoliento a su familia en el inicio del día.

—buenos días dormilón. —una joven golpeo su hombro suavemente como dándole ánimos que ya no tengas que ir al colegio no significa que puedes dormir todo el día.—rio acomodando torpemente la corbata de su uniforme.

—mira quien lo dice—se acomodó frente a su hermana y acomodo correctamente su corbata. —¿piensas ir sin Matt?

—por supuesto, es mi venganza por hacerme llegar siempre tarde.

¡MATT TE JURO QUE SI LLEGAS TARDE HOY NO TE DEJO SALIR EN TODO EL MES! —el grito de su madre los asusto un poco, definitivamente su madre podía dar miedo cuando quisiera. —oh, buenos días Ethan—Miele se rio tras el cambio radical, y Emily se dirigió a darle un beso en la mejilla a su hijo mayor.

cuando su madre volvió a la cocina para terminar de servir los últimos platos Miele se burló.

—mama está más cariñosa contigo, te has convertido en su favorito, le quitaste el puesto a Matt. —en efecto, la única chica de la familia tenía razón, su madre sacaba cualquier excusa para darle un abrazo, beso o caricia a su hijo mayor casi todo el tiempo.

—Buenos días chicos. —un cansado Kevin salió con su uniforme de trabajo, bostezo cuando termino de hablar.

—papa, deberías dejar de tomar turnos dobles. —se quejó su hija, Al contrario de su padre quien nunca se quejaba por nada, su hija creció siendo la princesa de la casa, aun cuando nació su otro hermano. El título de Ethan de hermano mayor solo servía al pasar la calle, cuando ella casi siempre lo abrazaba por el susto a que le pasara algo. Después de pasar la calle volvía a quejarse. —siempre estás cansado. —cruzo los brazos sobre su pecho.

—lo siento miele, pero estos días es necesario—miro a su hijo mayor. —buenos días Ethan.

—buenos días papa. —Ethan solía atormentarse si llegaba a no decirle papa, ya que tuvo un momento en su adolescencia donde le llego a gritar que él no era su padre y no tenía derecho a siquiera opinar de su vida, por supuesto, Emily le dio una fuerte cachetada que le recordó a los tres hermanos que estaban presentes a nunca alzar la voz a ninguno de ellos, aunque el golpe fue solo a uno.

cuando su padre dijo que "por estos días era necesario" se sintió un poco mal, pero ya sus padres habían dicho que no era para que se sintiera culpable, la verdad se enorgullecía mucho.

—MATT SEGUNDA ADVERTENCIA! — esta vez el susto fue para los tres que se encontraban en el comedor

—YA ESTOY AQUIII—un joven grito bajando las escaleras, no temía los gritos de su madre, pero le resultaban fastidiosos, el menor de ellos siempre fue bueno para confrontarlos, era la oveja negra de la familia, pero no lo hacía menos amado.

—rayos, quería dejarte esta vez—se quejó la castaña.

—cállate fea, si no fuera porque mama no me deja dormir por mí que te largues.

—Matt. —nombro su padre a lo que el menor se calló.

estaban casi en un círculo, el más alto de ellos Ethan nunca se mezclaba en las pelas de sus dos hermanos menores, solían pelear a diario llevándose un grito de su madre o un solo nombramiento de su padre quien los hacia callar.

—eso era lo último—dijo Emily para sí misma cuando trajo por fin la última fruta pelada de la cocina, ser la mama de 5 personas era un dolor de cabeza, en especial en el desayuno.

tan pronto como dio la señal de "siéntense" todos obedecieron, la comida fue normal, todos masticando y comiendo.

—oye Ethan, me podrías traer algo de dónde vas. —la petición de Miele puso la atención en ella.

—claro Miele, lo intentare.

—oye, si ella pide yo quiero un juego de consola. —el menor pidió

—pues yo quiero un peluche entonces. —reto a su hermano.

—¿ah?, para que más, tienes todo el cuarto lleno de esas cosas.

—¿no sabes lo que es una co-lec-ción? —dijo irónica.

—sigan así y hare que no les traigan nada—su madre hablo de una forma calmada, masticando un pedazo de manzana.

la cena termino as rápido de lo planeado, por fin cada uno tenía su plato limpio y Emily se encontraba acostada en el sofá.

ser mama de una familia de 5 era muy cansador.

La castaña salió de la casa con el menor de los hermanos siguiéndola.

—hasta la tarde, no te vayas sin que podamos despedirte. —bromeo la joven.

—Vámonos, esta vez llegaremos tarde por tu culpa—la respuesta de su hermana fue algo que empezó otra pelea que duraría en camino hacia el colegio.

—hola chicos. —les saludo una chica de cabello negro en el camino, Lisa sonrió a sus pequeños primos mientras pasaba de largo.

Lisa ya era toda una mujer, ya ni siquiera vivía con sus padres, pero lo visitaba de vez en cuando, por otra parte, su hermano no se había reportado desde hacía casi medio año, de vez en cuando pensaban en él.

así ambos terminaron entrando por las puertas de su colegio, peleando y riendo.

Ethan se dispuso a alistar las ultimas cajas, al igual que las maletas, vendrían por el en la noche, era un camino largo, así que tenía que estar preparado

—Eth—el chico miro la puerta de su ya casi vacío cuarto, donde apoyada en el marco estaba Emily

—mama...

(...)

El ocaso pintaba el cielo en unos suaves colores, dejando una maravilla.

—es la última caja—se dijo el universitario, secando un poco de sudor de su frente.

miro a su familia, estaban todos mirando como el reloj impulsaba sus últimos momentos, la primera que se lanzó a su hermano fue la única hija, abrazándolo y escondiendo su rostro en la camisa, el siguiente fue el menor, acompañando a su hermana, intentaba ocultar sus lágrimas mirando a otro lado mientras abrazaba a su hermano mayor. Al abrazo se unió su padre, quien fue el último que se quedó cuando los otros dos salieron del abrazo.

—Eres mi orgullo, Ethan. —fueron las palabras que le dedico.

la última que quedaba, aun sin ni siquiera querer moverse de su lugar.

—mama...

No podía dejarlo, su pequeño, su pequeño...

—Ethan—con lágrimas en los ojos se lanzó hacia el joven, quien acepto a su madre con los brazos abiertos—te amo, te amo tanto. No quiero que te vayas, enserio no quiero—entre llantos se sostenía al chico. —por favor cuídate, creciste tanto, pero yo...yo aún te veo como mi pequeño, por favor...cuídate—por fin tuvo la fuerza para soltarlo, siendo recibida por su esposo.

—gracias mama, por todo, gracias— planto un beso en la frente de su madre, antes de dirigirse hacia el auto que lo llevaría a la universidad.

Despidiéndose con la mano de toda su familia, Ethan empezó su propia historia.





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