18.「 Calor 1/2」

2.4K 367 11
                                    

Jimin despertó empapado en sudor y con el pulso acelerado.

Miró su reloj, apenas había amanecido. Su pecho subía y bajaba al ritmo de su errática respiración y su piel ardía. En cuanto cerró de nuevo los ojos para tranquilizarse, las imágenes de aquel sueño volvieron a golpearle con una fuerza alarmante. Jungkook, él era el causante de su agitación.

Jungkook y sus ojos brillantes, Jungkook y sus suaves labios, Jimin y su piel de terciopelo, Jungkook y su cuerpo esculpido, Jungkook y...simplemente Jungkook. No necesitó apartar las sábanas para darse cuenta del enorme bulto que se alzaba en sus pantalones. Sus manos hormigueaban con anticipación.

Apretó la mandíbula, no era un adolescente hormonal, debía controlarse. Pero no podía y, en el fondo, sabía el motivo. Descartó aquella idea, aún no era el momento, pero su lobo lo confirmó: estaba entrando en su calor. Se suponía que aún faltaban más de dos meses para su época de celo y a él nunca se le había adelantado. Aquello no era buena señal, no si no tenía a nadie con quién pasar el celo.

¿Podría Jungkook ocuparse de él?

Decidió no pensarlo demasiado, no en aquel momento, almenos. La imágen de Jungkook se había grabado permanentemente en su cabeza, mientras su mano se deslizaba sobre su abdomen hasta rozar la cinturilla de los holgados pantalones de algodón gris. No llevaba ropa interior, y en ese momento lo agradeció.

Su lobo gruñía anticipando el momento, un gruñido que se reprodujo en su pecho cuando por fin rozó con suavidad la sensible piel de su erección. Cerró los ojos y dejó volar a su imaginación. Jungkook estaba sobre él, repartiendo dulces besos en sus labios, bajando por su mandíbula para acabar contorneando su cuello con la lengua.

Jimin se limitaba a dejarse hacer, mientras sus manos amasaban con deleite del trasero de Jungkook. Los besos continuaron descendiendo, trazando un húmedo camino sobre su pecho desnudo. La respiración de Jimin estaba acelerada y sus largos dedos se enredaron entre las negras hebras de Jungkook mientras el chico continuaba su sendero de locura.

Los besos se detuvieron abruptamente en la cinturilla de su pantalón. Jungkook le miró desde abajo, la escena más erótica que Jimin había contemplado jamás. Sus ojos brillando con deseo, sus labios abultados y sus mejillas sonrojadas. ¿Cómo incluso en un acto tan sucio Jungkook podía parecer la criatura más pura e inocente del planeta?

Jimin no lo sabía, él solo quería corromperlo. Las  inexpertas manos de Jungkook rozaron el hueso de su cadera antes de tomar la tela del pantalón y retirarlo lentamente. Jungkook observó su miembro erguido ladeando la cabeza con inocente curiosidad, y Jimin soltó un gruñido gutural cuando por fin sintió una lamida tentativa sobre la corona de su miembro.

Jungkook probó, como un niño ávido de descubrir cosas nuevas, y Jimin solo podía observar excitado cómo la lengua de su alma gemela trabajaba en su erección. Cuando Jungkook se aburrió de lamer, comenzó a introducirlo poco a poco en su boca.
Al principio no podía con todo, y con su mano acariciaba el sobrante pero, poco a poco, consiguió hacerlo desaparecer completamente en su boca. Jimin gimió.

Aquello iba a volverle loco, la dulce boca de Jungkook subiendo y bajando de manera tortuosa en torno a su pene, sus ojos vidriosos y sus mejillas sonrojadas. Tenía el pelo alborotado ahí donde él había pasado su mano.

El placentero ritmo de la boca aumentó mientras una suave mano acariciaba casi con delicadeza los testículos de Jimin. No aguantaría mucho más. Jungkook sacó el miembro de su boca y le miró expectante, aún bombeando con su diestra.

─¿Lo hago bien, alfa?

Entonces, Jimin se corrió con un grave gemido, echando hacia atrás su cabeza y con la imagen de Jungkook aún rondando sus pensamientos. Volvió a la realidad, estaba solo en la habitación, con el único sonido de su respiración descontrolada. Nunca pensó que pudiera imaginar tan vívidamente cómo sería el Edén.

Aun así, cuando consiguió normalizar su ritmo cardíaco, comprobó que aquello no había servido para nada. Su miembro seguía erguido, su lobo enfadado y él, más excitado que antes si es que eso era posible. No lo pensó mucho cuando se vistió corriendo y subió a su moto, simplemente dejó que sus instintos le guiaran.

Quizás luego se arrepentiría. Jungkook debería haber salido ya hacia el instituto, pero algo le decía que aún estaba en casa. Cuando llegó a su calle, un embriagador aroma volvió loco a su lobo, sus manos se apretaron con fuerza en torno al manillar de su motocicleta.

Nunca había olido nada tan intenso ni tan excitante.

Olía a vainilla y a canela, y a sexo y lujuria, olía a hogar y olía a...omega.


.・。.・゜✭・。.。:∞♡*♥

Se nos viene el Celo de Jimin.

Alpha's Owner «JIKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora