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—Jess debes comer

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—Jess debes comer... —le susurré a la niña que estaba sentada en mis piernas— No quiere... —murmuré frustrada.

—Déjame eso a mi. —me sonrió Kio. Estaba comportandose raro bueno osea no, siempre era así pero no tan así. ¿Comprenden?

—Claro. —le tendí el tenedor y este lo agarró, le hizo el avión a Jess y esta comió— Que traidora.

—¡Hay amor en el aire! —dijo Avani. Levanté mi vista para encontrarme a todos sonrientes menos a Jaden que miraba con recelo.

—Ya callense. —mis mejillas ardían— ¿Le terminas de dar su desayuno? —Kio asintió— Bien gracias. —sonreí y terminé de comer mis pancakes en forma de Mickey Mouse. Me aterraba saber que iba a tener que comer alimentos con la cara de una rata toda la semana.

—Em, ¿recuerdas que hoy será la fiesta de Jess? —asentí y tomé de mi leche. La fiesta iba a ser hoy aunque Jess no cumpliera exactamente este día.

—Si. —respondí tras tragar.

—Bien, con los chicos pensamos y... —Addi los miró a todos— Organizaremos el salón nosotros. —alcé una ceja— Avani, Josh y Kio se quedarán contigo para ayudarte a organizar a ti y a la bebé, los demás organizaremos el lugar. —sonrió de oreja a oreja— Y Jaden tú tampoco estarás para ayudar a la decoración, será todo sorpresa.

—¿De acuerdo? —dijo Hossler— Igual ni sabía como organizar un salón.

—Si si claro. Bueno, ¿A la piscina? —todos terminamos de comer y caminamos a la piscina. En realidad, lo último que yo quería era ir a la piscina pero bueno, nada podía hacer.

Caminamos hasta la piscina, Dereck fue el primero en meterse a la piscina.

—¡Bryce acompaña a tu hijo! —gritó Addison mirando como Bryce se tomaba fotos con Blake—¡Va a ahogarse! —la chica al ver que su novio no novio no le hacia caso, no tuvo de otra más que meterse a la piscina a acompañar a su hijo.

Reí.

—Ven amor, sientate aquí. —le dije a Jess mientras le sentaba en la tumbona y le ponía bloqueador solar y repelente para los mosquitos— ¿Te gusta? —reí mientras le daba suaves coscorronasos en su bracito, la nena reía— Si, si te gusta. —le sonreí y luego le puse su gorra, no tardó en quitarsela— ¡Jess no! —me burlé, la niña estaba blanca.

—¿Por qué mi hija parece un muñeco de nieve? —preguntó Jaden sentándose en la tumbona de en frente.

—Porque hace sol y quiero una hija, no un camarón. —respondí— ¿Vas a meterte ya a la piscina? —Hossler negó— Bien. —dejé a la niña sentada y me deshice de mi ropa, quedando solamente en vestido de baño. Jaden casi que me deboraba con la mirada— Si me sigues mirando así vas a desgastarme. —cargué a la niña y la senté en un flotador, ni idea de donde había salido aquella mierda pero claro estaba que iba a usarlo.

—¡Ven Em! —me gritó Kio desde la otra punta de la piscina. Estábamos en una solo para niños.

—¡Voy! —me metí en la piscina y luego a Jess, la niña movía sus manitos emocionada. Caminé hasta donde estaba Kio y digo caminé ya que no se podía nadar allí.

—Hola. —me saludó apenas llegué a su lado.

—Hola. —me posicioné a su lado— Di hola, Jess, hola. —le dije a la niña, mis ojos estaban entrecerrados por el sol. Eran tan solo las diez de la mañana pero el sol era impresionante.

—Di hola Kio. —le dijo el chico a mi lado.

—¡Lio! —dijo la niña dando palmadas al agua provocando que nos salpicara—¡Lio!

—Dilo de nuevo. —pidió el chico y yo reí— Dí Kio.

—¡Lio! —reí de ternura—Lio. —dijo la niña.

—¡Muy bien! —le dí un beso en su cabecita—¡Abrazo! —dije y Kio sonrió, me tomó por la cintura y me abrazó. Acerqué a Jess y la uní también— Mira a Jaden. —susurré escondiendome en el cuello de Cyr.

—¿Celoso, Hossler? —gritó el chico, le dí una palmada en su pecho.

—Imprudente. —reí. ¿Era raro si decía que no quería separarme de aquel abrazo? Supongo que si.

—Se lo debe, quiero ponerlo más celoso. ¿Me dejas? —asentí, quería ver que se le ocurría al chico— Conste que es con su consentimiento. —dijo y volvió a besarme.

—¡Viva el amor! —gritaron los chicos emocionados.

Estuvimos así unos minutos más hasta que Jessabelle comenzó a reir. ¿Acaso esto era chistoso?

—¡Hay niños aquí! —gritó Hossler desde la orilla.

—¡Que porque tu no puedas no significa que yo no pueda! —grité— ¡Es más, mira esto! —miré a Kio a los ojos y estos brillaron— ¿Puedo? —susurré cerca a sus labios.

—Eso no se pregunta, niña.

—Eso no se pregunta, niña

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𝐃𝐈𝐅𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐓𝐒 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃𝐒¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora