Capítulo 39

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Sentí mi cuerpo ser levantado por un par de brazos, abrí lentamente mis ojos, para encontrarme con el rostro del hombre que amo, me acurruque en sus brazos, inspirando su perfume.

-¿Dónde vamos?-balbuceo aún aturdida.

-Te llevo a la cama-me aprieta contra su cuerpo

-¿Dónde está Jess?

-Esta acostada en mi cama-dice

-¿Y dónde dormirás tú?

-Haces muchas preguntas cuando aún estas entre dormida-ríe-dormiré en la otra habitación-dice, los recuerdos de mi madre llorando me vienen a la mente, me sobresalto- ¿Qué pasa?

-Debo ir a casa-digo quitándome de golpe el sueño que tengo

-Yo puedo ir a ver si está bien, solo si quieres-ofrece

-No bebé, está bien, iré a mi casa-me remuevo en sus brazos para que me baje

-Está bien-suspire-iré por Jess-besa mi frente.

Voy hacia la cocina para tomar un vaso de agua y aprovechar de mojar mi rostro, enjuago el vaso ocupado y lo guardo. Los pasos de Diego por la escalera resuenan aumentando poco a poco.

-¿Lodovica ?

-Acá-digo saliendo de la cocina-¿Vamos?-asiente, enlazamos nuestras manos y vamos a mi casa.

Dejamos a Jess en su cama, le digo a Diego que espere en mi habitación mientras voy a ver a mi madre, ella está completamente dormida, sus ojos están levemente enrojecidos e hinchados, acaricio su cabello y beso su mejilla para salir de la habitación.

-¿Cómo está?-pregunta Diego cuando entro a mi habitación, me siento a su lado soltando un suspiro.

-Asumo que se quedó dormida después de tanto llorar-recuesto mi cabeza en su hombro- no sé ni que le ha pasado-digo amargamente, sus brazos me envuelven, apoya su mentón en mi cabeza.

-Debes darle tiempo cielo, ella te contará-me suelto de su agarre para envolver mis brazos entorno a su cuello, nos miramos unos segundos para luego besarnos, suspiro contra sus labios, él es la solución a todo, me relajo en sus brazos mientras el beso me eleva rápidamente, dejándome en el aire- Debo irme.

-Está bien, nos vemos luego-lo beso por última vez antes de ir a dejarlo a la puerta.

Me enfundo en mi pijama, para dejar que el sueño me relaje, no quiero ver a mi mamá así, aunque mañana quizás intente esconder sus sentimientos como siempre.

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En mi subconsciente oigo unos cuantos ruidos, inconscientemente asumo que estoy soñando, mi cuerpo se vuelve a relajar, pero un grito desgarrador y unos firmes pasos, me hacen despertar, la puerta de la entrada es azotada y los sollozos de fondo aprietan mi corazón mientras el miedo corre por mis venas.

Armándome de valor, salgo de la cama y sigo los sollozos, la puerta de la habitación de mi madre está entre abierta.

Abro la puerta lentamente para encontrarme con una escena desagradable, mi madre está tirada en el suelo, abrazada así misma, semi desnuda, y su boca está sangrando.

-¡Mamá!-mi corazón se paraliza, mi cuerpo comienza a temblar, me arrodillo a su lado y la muevo para que me mire, se queja casi inconsciente y por impulso se abraza a ella misma. Tomo su celular encima del velador y tecleo el número de Diego . Contéstame, por favor, contéstame.

-¿Hola?-dice adormilado

-Diego -sollozo

-Lodovica , amor, ¿Qué sucede?-dice rápidamente

Y que importa la edad? Dievica HotWhere stories live. Discover now