Amor En El Ring. [Completa ✔️]

Round 34

MADISSON

Lo había logrado.

Había ganado mi primera pelea por knock out, y me sentía totalmente orgullosa por mí.

Orgullosa porque había logrado lo que tanto quería: boxear, disfrutar y ganar.

Aún estaba sobre el ring, pero ahora estaba abrazada al amor de mi vida, disfrutando de mi victoria.

-Estoy orgulloso de ti – susurró Cam en mi oído.

Levanté mi cabeza, que anteriormente estaba apoyada en su pecho y le mostré mi sonrisa más grande.

-Te amo. –dije por fin.

Realmente, ya no interesaba nada. Había logrado ganar mi primera pelea, y ahora lo único que quería era estar con el boxeador, para decirle cuánto lo amaba.

-Te amo más.

Y con esas tres palabras y su curioso hoyuelo izquierdo asomándose, por culpa de su sonrisa ladeada, supe que estaba jodida. Estaba tan enamorada de ese hombre, que nada lograría que lo dejase de amar.

El tiempo en el ring pasó sorprendentemente rápido. El árbitro levantó mi brazo proclamándome ganadora y me entregó una medalla dorada, donde estaban grabados unos guantes de boxeo.

Me encontraba en el vestuario junto con Cameron, Jordan, Lexie y Jayden. Mientras mis amigos reían con Jordan mientras contaban cuán los nerviosos que se pusieron en el momento que la boxeadora me acorraló contra las cuerdas del ring; Cameron me limpiaba la pequeña herida que tenía en mi nariz y en mi ceja, las cuales sangraban mucho, pero eran muy pequeñas.

-Auch – exclamé en broma.

-Lo siento mucho, sé cuánto puede llegar a arder. – se disculpó Cameron, mientras hacia una mueca de disgusto con el algodón bañado en alcohol en su mano.

-Tranquilo, sólo estaba bromeando.

-No bromees, que escuece en serio. – rio.

Asentí con mi cabeza y simplemente me dediqué a observarlo.

Como cada vez que tenía oportunidad, analicé y memoricé cada parte de él. Entonces, debido a la cercanía, pude distinguir una pequeña cicatriz en la parte superior de su ceja derecha.

- ¿Qué te sucedió allí? – pregunté señalando el lugar exacto.

-Soy boxeador, coloradita. – respondió simplemente y yo solté una sonora carcajada.

Nos mantuvimos la mirada un buen rato, con sonrisas bobas pintadas en nuestros rostros.

Pero, no logramos estar en paz más tiempo, ya que Jay nos interrumpió.

- ¡Amiga, estuviste increíble! –gritó emocionado – Estoy orgulloso de tí.

-Gracias, sonrisa andante. – ambos reímos por el mote que volví a usar.

- ¡Felicidades, Mads! – exclamó Lex a nuestro lado.

Los tres nos envolvimos en un abrazo y luego reímos, ya que Lex se había golpeado por lo torpe que fuimos.

- ¿Cómo festejaremos? – preguntó Lex.

Realmente quería festejar con mis mejores amigos, pero tenía otra cosa en mente para esa noche.

-Estoy muy cansada – dije en un lamento – Los nervios que sufrí todo el día, se fueron y me dejaron agotada. Además, que tengo un dolor de cuerpo del infarto.