Rᥲmᥱ́ • Voᥣkᥲᥴιo •

Especial #4: Sempiterno, parte uno

🌻🦋-- Canción seleccionada para leer desde que los emojis lo indiquen hasta el final del capítulo... En caso de que no quieran hacerlo, pueden acompañarla de diversos temas similares. Hoy tenemos "All of me -John Legend" Felíz lectura, Perlas. --🦋🌻

Contexto: Poco más de cinco años del inicio de relación de Viktor y Horacio, antes de adoptar a Alex.

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Sempiterno: Que durará para siempre, que no tendrá fin.

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-¿Estás seguro de que me veo bien? –Pregunto inseguro, analizando mi reflejo detenidamente en el espejo enorme frente a mí. Rápidamente dirijo mi vista hasta Gustabo, que me mira fijamente sin articular ni una palabra siquiera. -¡Joder, sabía que tendría que haber elegido algo mejor! ¡Lo único que me faltaba! –Me quejo llevando mis manos al rostro por la angustia, cuando de pronto una suave risa invade el lugar. Miro a Gus por segunda vez para encontrármelo negando lentamente con la cabeza, sin dejar de verme.

-Te ves de puta madre, Horacio... -Me dice con una suavidad que pone a mi corazón a bailar.

Una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro, y devuelvo la mirada hasta mi propio reflejo. Observo cuidadosamente cada detalle de mi traje blanco de camisa negra, poniendo la atención hasta en lo más mínimo de manera insegura. Mi estómago da un vuelco tras otro en su sitio mientras el aire en la habitación parece ser cada vez más delgado, dificultándome respirar con creces. Muerdo mi labio inferior de forma nerviosa, de forma ansiosa y eufórica cuando noto que hay un pequeño sitio en mis zapatos oscuros que no brilla tanto como el resto.

-¡Mierda, todo está pésimo! –Me quejo mientras comienzo a limpiar la zona por tercera vez.

-¡Coño, Horacio! ¡Que te ves genial hombre, tienes que calmarte un poco o de seguro te desmayas y acabamos en el hospital! –Bromea, y yo abro los ojos de par en par.

-¡Ni de chiste, joder! ¡Estoy hecho un lio ahora mismo! –Se me escapa, aun cuando tengo completa certeza de que él lo sabe. Entonces se levanta de su sitio, luciendo un increíble traje azul marino que destaca su preciosa mirada celeste como el cielo, y se planta a mi lado.

-Todo irá bien, ya lo verás. –Me motiva de manera cariñosa poniendo su mano sobre mi hombro, dedicándome una sonrisa genuina que parece calmar el huracán que arrasa en mi interior. Le correspondo con una risa sin siquiera pensarlo mientras el aire invade mis pulmones nuevamente, acompañado de una increíble sensación de paz.

Relamo mis labios, sin dejar de sonreír, y él parpadea lento con la vista clavada en mis ojos. Gustabo ha abandonado el centro de salud mental hace tan solo seis meses, y nada me ha hecho más feliz desde entonces. Retomamos nuestra vida juntos en un instante aunque hubieron un par de complicaciones de por medio. Suspiro al recordar aquella tarde en el piso de Viktor, donde Gustabo se disculpó desde el fondo de su corazón por todo lo que Pogo había hecho. El regreso de mi hermano fue un proceso doloroso para todos, incluyéndole; pero poco importa, porque con el paso de los meses hemos retomado por completo nuestra relación. Aun cuando llevo prácticamente cuatro años viviendo con mi chico, nada ha sido un obstáculo para estar junto a Gus de nuevo.

-¿Lo dices de verdad? –Pregunto con el corazón agitado.

-Lo digo de verdad. –Me confirma con el amor tatuado en los ojos. Un amor que me sorprende, que me tranquiliza, y que me llena. Ambos nos sonreímos ampliamente sin dejar de mirarnos, cuando de pronto la puerta de la habitación se abre de par en par. El aire abandona otra vez mis pulmones por la sorpresa, cuando de pronto aparece Conway luciendo un traje a la par con Gustabo. Su mirada se clava en nosotros en un instante, y suspira profundo.