Huir (+21)

PREFACIO

Puedo oler su miedo, escucho su respiración acelerada a través del bosque, corro más rápido para alcanzarla. Esta vez no voy a perderla de nuevo.

Me detengo en medio del bosque, intentando escuchar hacia donde ha corrido, pero solo escucho el cantar de los pájaros; aspiro el aire, puedo detectar el aroma que desprende su piel al caminar, seguiré su aroma hasta llegar a ella, estoy cerca, no va a huir de mí.

Con mi visión periférica noto a alguien. Es ella, que se ha caído con la raíz de algún árbol, oh no, pobre de mi niña, se ha lastimado. como pude permitir que se lastimara, soy un tonto, prometí protegerla y ahora se ha lastimado, camino hacia ella, pero retrocede impidiendo que me acerque a ella ¿Por qué me mira con miedo? No voy a hacerle daño, haré todo lo contrario, la cuidare con mi vida, nadie le hará daño, no permitiré que nadie la arrebate de mi lado, los dos estamos destinados a estar juntos. Para siempre.

Está intentando levantarse, pero parece que se ha lastimado su tobillo porque vuelve a caer, ¿Por qué quiere huir de mí? A paso lento me acerco hasta estar cerca de ella, veo las lágrimas caer por sus mejillas, intentando alejarse de mí, eso me hace enfurecer, ¿Qué no entiende que no se va a ir de mi lado? Solo quiero protegerla, ayudarla.

Estoy tan concentrando observando su pierna que no note cuando tomo una piedra y golpeo mi cabeza, me desoriento llevando mi mano a la cien, donde está sangrando, puedo ver cómo va cojeando mientras ve hacia mi dirección, viendo si voy tras ella; tal vez solo quiere jugar, llevo la piedra con la que me golpeo, me escondo entre los arboles sin perderla de vista. Estoy comenzando a aburrirme de este juego.

Mis pasos se vuelven sigilosos, como de si un gato se tratara, estoy acercándome, veo cómo se esconde detrás de un árbol pensando que no puedo verla, pero yo siempre la veo, siempre está en mi mente. Ya basta de jugar, es hora de que te atrape mi linda mariposa.

—Te tengo –la abrazo por la espalda, entierro mi nariz en su cabello, aspirando su  aroma, mmm huele a vainilla. mi aroma favorito.

—¡Suéltame! Déjame ir, por favor, déjame ir –¿Por qué me quiere dejar? ¿Qué no entiende que nosotros estamos destinados a estar juntos? Estoy comenzando a enojarme.

—No, no te vas a ir de mi lado ¡los dos estamos destinados a estar juntos Mariposita!

—¡Estas putamente loco! ¡Auxilio me tienen secuestrada! ¡Por favor alguien ayúdeme!

—Nadie te escuchara mariposita, los dos estamos juntos y eso es lo único que importa, seremos muy felices ¿Qué no lo entiendes?

—Estás loco maldito psicópata –¿Por qué me llama de ese modo? No pienso tolerar su falta de respeto.

No lo pienso más y la subo a mi hombro, golpea mi espalda mientras grita.

—No pienso ir a ningún lado contigo puto lunático, déjame ir por favor, te prometo que no le diré nada a nadie, pero por favor déjame ir y no me hagas nada –suelta un sollozo, no, no, no me gusta que llore, parte mi corazón.

La deslizo por mi pecho, con mis pulgares seco sus lágrimas que recorren sus mejillas, pero escupe mi cara y patea mi entrepierna mientras sale corriendo. Gruño de frustración, si no va a estar conmigo no estará con nadie, ignoro el dolor de mi entrepierna y corro hasta alcanzarla.

—Basta, me has hecho enojar, mariposita, has intentado huir de mí, me has faltado al respeto y me has golpeado, así que tengo que castigarte por eso.

Sus gritos son una dulce melodía para mis oídos, observo su rostro, pero algo cambia, esta no es mi mariposita, esta que está enfrente de mí es una puta desconocida, ¡NO! Se ha escapado, dejando a esta maldita en su lugar, escucho sus suplicas, se ha ido, ¡Se ha ido! Esta zorra no merece vivir, ha permitido que mi mariposita huya de mí, y su castigo será la muerte.

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