Galletas

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-No digas estupideces ¿Quién querría tenderte una trampa?- ___ frunció el seño.

-Eh... No lo sé, pero sé que alguien lo hizo- Respondió el peli blanco.

___ no apartaba la vista del rostro de Sans, dudaba si lo decía en serio, si era una broma tonta o si lo hacía para acostarse con ella

-Mira, estoy demasiado ocupada para tus juegos... Así que te pido por favor que salgas de mi casa- ___ intentó apartar a Sans pero él se reusaba.

-Welp, no me creas. Pero debo advertirte algo. A causa de lo sucedido... No puedo relacionarme de ninguna forma con los alumnos, obviamente, incluyéndote. Así que nuestra única forma de comunicación sería por medio de mensajes de texto, claro, eso si tú aun quieres hablar conmigo...- Lo ultimo fue dicho casi en un susurro.

-Ok, haré como que te creo, ahora, sal de mi casa- el tono de voz de ___ no cambiaba, realmente no quería ver a Sans en ese momento.

-¡Yeih! Ahora...- Sans acercó peligrosamente su rostro al de ___, la joven no sabía como responder y solo cerró los ojos. Sans besó la frente de su acompañante. -Heh heh-

___ tomó aire para reclamarle a Sans, pero un tono de llamada la interrumpió, Sans sacó su celular, la expresión en su rostro cambió al ver la pantalla.

-Dame un momento- Alejándose un poco de __, Sans contestó la llamada -¡Heya! ¿En qué te puedo ayudar, Doc.?- Sans permaneció en silencio por un momento, ___ quería ver el rostro de Sans pero este se volteaba cada que ___ se acercaba.

-Dijo que irá de visita a casa de Undyne, no me dijo cuando volvería.- Habló el más alto rompiendo el incomodo silencio que comenzaba a ser generado en la habitación. -¿Yo? Eh... Salí a comprar... leche y galletas.... Heh- ___ no entendía nada. -Si, pero no hay de las que a mi me gustan, no tardo, llego en un abrir y cerrar de ojos.- Dicho eso, Sans colgó la llamada.

-Welp, debo irme niña... ¿Podrías... prestarme algo de dinero? -Sans sonrió.

-No tengo dinero... Oye, ¿Quién era?- ___ Estaba curiosa.

-Welp, asaltaré tu despensa- Y sin decir nada más, Sans fue a la cocina a buscar leche y galletas.

___ lo seguía de cerca, bombardeándolo con preguntas las cuales eran ignoradas por el amante de la ketchup. Finalmente, Sans encontró lo que buscaba, una botella nueva con leche y un paquete de galletas.

-Hey, no puedo responder tus preguntas, no ahora... Te pagaré esto cuando me depositen mi paga, heh.-

-Espera... ¿Qué? aun falta para eso, ¿Cómo es posible que seas un profesor y no tengas nada de dinero contigo?- Sans solo sonrió.

-Volviendo al tema anterior, en serio necesito que me creas- Sans notó que ___ puso de nuevo esa cara de "no te creo absolutamente nada", suspiró pesadamente. -Si lo que digo es cierto y si logramos descubrir quien ha sido... Te liberaré de nuestro trato e incluso te aprobaré a ti y a tu equipo a pesar de que desobedecieron una sencilla y diminuta orden, ¿de acuerdo?- Sans guardó las galletas en uno de sus bolsillos.

Los ojos de ___ brillaron al escuchar aquellas palabras provenientes de Sans

-¿Lo dices en serio? Nada de trampas, ni otro tipo de acuerdo- Dijo ___ mientras se acercaba a Sans quien por inercia la tomó de la cintura.

-Claro, soy un hombre de palabra- Dijo con una enorme sonrisa la cual fue correspondida por ___, Por impulso, Sans intentó besar a la joven, pero ella lo apartó.

-No, aun estoy enojada contigo y esa "trampa"- Dijo alejandoce. -Entonces... ¿Cómo iniciaremos la busqueda de ese tramposo? jaja- 

Sans comenzaba a pensar que ella no se lo tomaría en serio.

-Mañana por la mañana te enviaré un mensaje, así que estate atenta... Welp, ya debo irme- Sans hizo una pausa- No creo que sea necesario seguir manteniendolo en secreto- Sonrió

-¿De qué hablas ahora?- la joven no entendía nada, incluso comenzaba a créer que Sans había enloquecido por completo. De pronto un resplandor cubrió a Sans, ___ cubrió con su brazo su rostro pero al intentar mirar a Sans, este ya no estaba. -... ¡¿Qué pasó?!- gritó al notar que su acompañante había desaparecido.

-Welp, allá vamos- Dijo Sans mientras buscaba las llaves de su casa. -Por mis estrellas... Creo que las dejé a dentro- dijo para si mismo. Sin pensarlo dos veces, decidió tocar el timbre, pero fue interrumpido por un hombre un poco más alto que el quién abrió la puerta. -Heh, creo que te llamé telepáticamente- bromeó el de sudadera Azúl.

-Sí eso fuera posible, sabría las cosas que ocultas, así mismo tú sabrías mis pensamientos y eso no sería nada bueno para ti ni para mi- Gaster se hizo a un lado para que Sans entrara a la casa. -¿Compraste tu leche y galletas o solo fue una excusa?- Preguntó con molestia. Sans sonrió y mostró los artículos antes mencionados.

-Que falta de confianza le tienes a tu querido hijo- Sans caminó hacia la sala de estar

- Tú has provocado eso y lo sabes- Gaster cerró la puerta detrás de él y siguió a Sans.

El peliazul se sentó en el sofá y encendió el televisor y abrió el paquete de galletas.

--A está niña le gusta mucho el chocolate...-- pensó y mordió una galleta. Dió un pequeño salto cuándo vio que Gaster tomaba una galleta y se sentaba a un lado de él.

En silencio, miraban el televisor en el cual mostraba un programa de cocina.

-Así que Papyrus salió...-

-Ujum- respondió Sans.

-Y no dijo cuando volverá...-

-Es correcto-

Permanecieron en silencio por un momento, el único sonido que se podía escuchar era la televisión. Sans abrió la botella de leche y bebió directo de ella

-Eres un mal educado, Sans. Puedes ir a la cocina y tomar un baso-

-Es mi leche y yo la bebo como mejor me parezca- Sans sonrió.

Gaster suspiro y tomó la última galleta.

- Y... ¿Cómo está tu novia?- preguntó el mayor, esperando a que Sans respondiera.

- ¿Cuál? Estoy más solo que aquella vez que nos dejaste por "cuestiones de trabajo", fueron los tres mejores años de mi vida- contestó Sans. -Incluso llegué a pensar que habías caído al núcleo- bebió leche.

-¿Cómo es posible que seas tan rencoroso? Sabes que si fue por trabajo, y gracias a eso logramos salir de... De ese lugar sin necesidad de sacrificar ningún alma...- Gaster miró al suelo, la nostalgia y recuerdos comenzaban a invadir su mente.

-Cierto... Cierto...- contestó Sans

Mi profesorWhere stories live. Discover now