PARTE 2

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El sol ya empezaba a salir en el pueblo de Folnea, las clases comenzaban. Airin se demoró un poco en llegar, estando allí se dio cuenta que ya no había nadie por los pasillos, un hombre de aproximadamente cuarenta y nueve años de cabello castaño, alto y de ojos azules se le acercó y le dijo que había llegado tarde y que por tal razón debía ir a reportarse a la rectoría; ella un poco extrañada obedeció al hombre, estando allí la rectora la saludó, Airin le contó sobre lo ocurrido a lo que ella le respondió:

- Veo que aún no conoces al nuevo profesor de ecología. – Dijo la rectora.

- No señora. – Exclamó Airin.

- Su nombre es Wilson y viene de Balbao. - prosiguió la rectora.

-Mmm bueno, supongo que ya es hora de ir a mi clase. - Contestó Airin con una sonrisa falsa.

- Espera, señorita, esta no es la única vez que llegas tarde. – Aseguró la rectora.

Airin salió de rectoría disgustada con una hoja en la mano que decía castigo, tendría que ir mañana a la escuela en la tarde, se encontró con sus amigas y les contó la injusticia que había vivido gracias al nuevo profesor de ecología.

* * *

En clase de artes la profesora les dio un óleo y les pidió que plasmaran en él todo lo que les gustaba, Airin dibujó un vestido: de color celeste con un encaje de lentejuelas blancas, mangas largas y sueltas, la falda lisa y larga hasta el piso llevaba una abertura en la parte delantera, añadiendo los últimos detalles. Sus amigas quedaron muy asombradas por su talento.

Dejándose llevar por su creatividad Ema dibujo en el óleo un prado y en el fondo un atardecer combinando tonos rojizos, anaranjados y amarillos, su concentración fue interrumpida cuando escucho unos murmullos, giró la cabeza, eran dos chicos que formaban parte del equipo de fútbol; ellos se estaban quejando del comité de protección ambiental, Ema sin pensarlo se levantó de su silla, dejó el pincel sobre el caballete y les dijo:

- Desde cuándo el fútbol es más importante que cuidar el ambiente – Exclamó Ema.

Sorprendidos los chicos se miraron al mismo tiempo y uno le respondió:

-Créeme, en todos los aspectos el fútbol es más importante que cualquier cosa. - Exclamó el chico con una mirada retadora.

En ese momento la profesora dio por terminada la clase y los chicos salieron antes que Ema, enfadada cogió sus cosas y se dirigió a la mesa donde se reunía el comité de protección ambiental pensando que por culpa de ese tipo de personas el mundo es todo un caos.

Finalizada la jornada escolar, Ema salió como era de costumbre por la puerta que da a la cancha ya que era más rápido porque por la principal se forman aglomeraciones, caminaba contemplando el cielo a lo que tropezó con una lata de pintura en aerosol; se levantó rápidamente sobándose la mano izquierda, bajó la mirada en dirección a la lata, se dio cuenta que era de color negro miró hacia atrás y hacia las canchas, pero no había nadie.

Ema la levantó aún tenía pintura y sin tener control de su cuerpo escribió en la pared con una letra muy sofisticada "SI DE VERDAD QUISIERAN, LA CANCHA DEBERÍAN APRENDER A CUIDARLA" ya acabado sintió que alguien la observaba así que se giró, a unos diez metros con unos balones en las manos estaba el entrenador, Ema sintió un escalofrío, él miró la pared fijamente estaba enfadado y se podía notar en su rostro.

Ema cogió su bicicleta y se dirigió a su casa, en el camino buscó la mejor forma de decirle a sus padres que la habían castigado por escribir en la pared, lo cual en su mente no sonaba tan mal.

Seis en punto sonó el despertador, Ema se levantó de su cama y se puso a pensar en la conversación con sus padres de la noche anterior: estaban desconcertados, pero también sorprendidos de su comportamiento. La castigaron por una semana, este castigo empezaba después del castigo de la escuela, pero realmente no le importaba pues prefería quedarse en casa pintando, su madre la llamó para apurarla. Llegó a la escuela, se bajó de su bicicleta y la dejó en el anclaje asegurándola con su candado de combinación, al frente de ella aparcó una Honda de color gris; por la puerta del conductor vio salir a su profesora de historia, una muchacha de unos aproximadamente treinta y cinco años de edad, de pelo color caramelo en el llevaba una trenza de espiga con alguno que otro pelo suelto, gafas negras, ojos cafés. A Ema no le caía tan bien ya que en su primer día en la escuela la profesora la humilló frente a todos los alumnos, Ema se sintió muy mal así que salió del salón y corrió al baño; una experiencia que le costó mucho olvidar. Del lado del copiloto se bajó el profesor de ecología, Ema les echó un vistazo, pero ya iba tarde a clase de Matemáticas, así que siguió su camino hasta llegar al aula.

LANCE (Edición)Where stories live. Discover now