Agonophilia + Clastomanía #2

56.3K 1.4K 378
                                    

Agonophilia: Excitación sexual procedente de una pelea, lucha o discusión con tu pareja.
Clastomanía: Excitarse al arrancar y destrozar la ropa de tu pareja.

Avisos:

》 Sexo heterosexual.
》 Posible lenguaje soez y vulgar.
》 Descripciones precisas - en la medida de lo posible - sobre escenas +18.
》 Ficción.
》 Celos.
》 Protagonistas completamente distintos a los anteriores.
》 Si no te gustan este tipo de relatos, simplemente salte de la historia. Intenten ahorrarse comentarios negativos o críticas, todas ellas serán ignoradas.

¡Disfruten!

《~♤~》

— ¡Eres un maldito gilipollas! — exclamó Dede entrando en el apartamento, pisando fuerte con sus tacones de aguja. Su prometido, Nate, la seguía detrás, completamente cabreado al igual que su mujer. Cerró la puerta de un portazo. — ¡Vas a hacer que los vecinos nos llamen la atención! — le reclamó la chica, mirándole con los ojos echando llamas, todas de pura ira. Lanzó el bolso al sofá del salón una vez llegó allí.

— Eres tu la que está gritando como una jodida histérica. — le recordó Nate, el cual se despojó de la chaqueta de su traje, acarolarado por la furia que sentía. Se quedó con la camisa formal de color blanco que tenía debajo y aflojó su corbata, buscando más aire.

— No tenías ningún derecho a comportarte así, Nate. — Dede también se deshizo de su abrigo, luciendo así el vestido color azul cielo tan bonito que había llevado hoy puesto a trabajar junto con una medias color piel.

— Eres mi mujer, tengo todo el derecho de este puto mundo. — le rebatió el hombre, cruzándose de brazos. Se apoyó por un momento en la encimera de la cocina.

— Todavía no soy tu mujer. — recalcó Dede, solo para molestar todavía más, viendo como la frente de su aún novio se llenaba de arrugas, fruto de su ceño fruncido.

— ¿Y eso te da derecho a hacer lo que has hecho? — preguntó Nate con tono elevado, bastante harto.

— ¡No he hecho nada! ¿Cómo coño quieres que te lo explique? ¿Necesitas un jodido esquema? — A Dede le entraron ganas de quitarse una de sus finos tacones y lanzarselo a Nate, para con suerte darle en un ojo y así tenerlo quejándose de algo con sentido real.

— ¡Estabas ligando con tu secretario, joder!

La cosa no había sucedido así.

Dede desde su corta edad de veinte cinco años, había estado trabajando duro como diseñadora en una de las empresas más prestigiosas del país, ascendiendo desde estar en un cuartucho sin ventanas haciendo bocetos a convertirse en la nueva jefa de la famosa marca. Eso no había causado más que emoción y orgullo tanto a ella como a su prometido pero, la cosa se complicó cuando Dede solicitó la contratación de un secretario o secretaria, alguien que le organizara todo el papeleo que tenía que controlar a diario y estuviera al tanto de todas las cosas que ella debía hacer. Como ayuda llegó Connor, un chico amable, trabajador y de linda sonrisa que hizo el trabajo de Dede más fácil, pero lo celos de Nate más perverseverantes. Él no era capaz de quedarse tranquilo – aún confiando plenamente en su mujer — cuando un chaval de la misma edad que su preciosa novia rondaba sus alrededores, pasando tanto tiempo con ella. Aunque no lo admitía, para Nate el tema de la edad siempre había sido algo delicado, teniendo en cuenta que el tenía treinta y dos años, compartiendo más de cinco años de diferencia con Dede. Siempre tenía ese pánico de ser remplazado por ello, aún siendo un hombre de muy buen ver, metro ochenta y cinco, pelo negro como el carbón y ojos azules como el mar Mediterráneo. Era básicamente un idiota que no se daba cuenta de lo mucho que su mujer babeaba por el.

Fetiches❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora