prólogo

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La gente de la ciudad de Seúl caminaba por las frías y oscuras calles, alumbradas por apenas un farol de luz.

Una mujer de 21 años de edad, cabello largo y rubio, con ojos color almendra, caminaba entre la multitud. Estaba llegando tarde a su trabajo, así que debía apurarse si no quería que le descuenten de su salario.

Cuando estaba por cruzar la puerta se encontró, parada en la gran entrada del edificio, a su querida amiga de trabajo.

—¡Buenas, Jungeun! Estoy sorprendida de que hayas llegado más tarde que yo

—Lo mismo digo, Jinsoul.— abrazó a su amiga.— ¿Qué haces afuera?

—La oficina es un caos. Necesitaba aire

—Me imagino, con Yerim ahí dentro debe ser una locura

Ambas rieron y se miraron a los ojos. Las dos sentían algo por la otra, y la mayor pensaba en tomar el primer paso.

Mientras, en un lugar no muy lejano, una pelinegra admiraba la vista desde la cima de otro edificio. Miraba cuidadosamente la escena de las dos chicas. Se le hacía muy tierna.

Pero sabía que no dudaría mucho.

—Señor Yoo, le habla Yves. Quería comentarle que sigo viendo la cuenta en ceros

—Usted haga el trabajo y yo le pago

—Nonono...— la pelinegra negó con la cabeza.— Así no son las reglas. Usted pague, y yo trabajo

—No le pagaré ahora

—Entonces yo no trabajaré.— se escuchó silencio al otro lado de la línea.— Si no va a seguir las reglas, me temo que tengo que cortarl-

—¡Espere! No corte.— la cuenta pasó de estar en cero a un número de seis cifras.— ¿Feliz?

—Más que eso.— sonrió. Volvió a mirar al par de amigas.— Fue un gusto hacer negocios con usted

Cortó la llamada, agarró su pistola y apuntó a una de las chicas.

—Oye, Jungeun, he deseado decirte esto por mucho tiempo...

Tres.

—¿Qué ocurre, Jinsoul?

Dos.

—Es solo que quería decirte que...

Uno.

—¿Qué, Jinsoul?

—Tu me gust-

Una bala atravesó la cabeza de la menor. Esta cayó al suelo, formando un charco de sangre a su alrededor. Jinsoul no dejaba de gritar. Bajó y abrazó a la menor, sin importarle que estuviese bañada en sangre.

Había presenciado como asesinaban a su amiga, al amor de su vida.

Yves sonreía. Guardó sus cosas y bajó del edificio, escuchando los gritos y sollozos que venían del edificio de abajo.

Mientras bajaba, escuchó su teléfono sonar.

—Lavandería, ¿en qué puedo ayudarle?

—Buenas, señorita. Me gustaría que me ayude con un "problema"

—Está bien, por cada par de ropa son-

—¡No de eso idiota! Un trabajo de "exterminación de ratas".— Sooyoung entendió.— ¿Cómo debería llamarla?

—Yves.— ese era su nombre "de trabajo", claramente para que no se sepa su identidad.— Llámeme Yves. Cuénteme

Quiero que extermine a la hija de Kim Namjoon, Kim Jiwoo

『Hired Gun』|| CHUUVES ✧Where stories live. Discover now