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—¿Y qué hace la hija del importante político, Kim Namjoon, aquí?— se atrevió a preguntar Sooyoung.

Jiwoo bajo la mirada.

—Es el primer acto en el que aparezco frente a cientos de personas. Tengo algo de pánico escénico, y temo hacer el ridículo

La pelinegra tomó la mano de la menor.

—Lo harás genial, tranquila

Jiwoo la miró a los ojos e hizo algo que Sooyoung jamás hubiese creído que la haría caer a sus pies.

Le regaló una sonrisa.

Una simple y amplia sonrisa.

La mayor se embobó con esta, sin saber siquiera el por qué.

—Debo irme, ¡muchas gracias Jungeun! Espero volver a encontrarnos

Sabiendo que se refería a ella, la saludó y vio a la contraria cruzar la puerta.

Analizó y procesó la situación. ¿Qué diablos había sido eso?

No lo sabía, pero algo en la sonrisa de la menor hizo que su corazón de un vuelco, que mariposas se instalaran en su estómago.

Se dio cuenta de lo sincera que era su sonrisa, algo que Sooyoung jamás podría tener. Se entristeció al darse cuenta de esto.

"¿Pero en qué estoy pensando?" se dijo a sí misma, luego escuchó el megáfono que anunciaba el comienzo del espectáculo y subió el edificio.

Al llegar a la terraza se escondió detrás de uno de los muros del mismo, sacó su arma y apuntó al pequeño stand donde hablaba el político.

Vio a Jiwoo a su lado y, aparentemente, su madre. Se veía adorable.

Apuntó a la chica, pero una sensación rara se instaló en su pecho. Angustia. Sabía que se arrepentiría de matarla, pero debía hacerlo, era su trabajo.

Estaba por jalar el gatillo cuando la chica pasó a hablar por el micrófono.

—De verdad espero de hacer esta ciudad un mejor lugar para lograr que todos sean felices e iguales

Sooyoung sonrió. Le hubiese gustado oír esas palabras en su niñez, haber elegido una mejor vida.

Tuvo unos minutos para poder apretar el gatillo, pero no lo hizo.

Simplemente no podía hacerlo.

『Hired Gun』|| CHUUVES ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora