cuatro

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—Yves, ¡¿por qué la joven sigue viva?!

—Señor, cálmese. Estaba apunto de hacerlo pero habían muchas personas. Tenía solo una oportunidad, y solía moverse mucho la gente. Necesito un ángulo más amplio.— mintió. Perfectamente pudo haberla matado, pero no pudo.

—Está bien. Namjoon es compañero mío, los invitaré a cenar en un restaurante

—Procure elegir un lugar con una vista más abierta, menos gente y de noche

—Y usted procure hacer su trabajo

La llamada finalizó ahí. Sabía que el señor estaba furioso, pero algo se lo impidió.

Recordó esa sensación cuando estaba por matarla. Nerviosismo, arrepentimiento, dolor, algo que jamás había sentido a la hora de hacer su trabajo.

Decidió ir a tomar aire. Tomó su bolso y se dirigió a un pequeño bar. Pidió un trago y de un solo sorbo se lo acabó. Al bajar el vaso vio a Jiwoo, y sonrió. ¿Por qué pensaba tanto en ella?

—¡Hola Jungeun!— la nombrada dio un salto hacia atrás. Creía que la imagen de la chica era parte de su imaginación, pero allí estaba, frente a sus ojos. En carne y hueso.— Lo siento, ¿te asusté? ¿Estás bien?

—Sisi, estoy bien, tranquila.— se levantó lentamente con ayuda de la castaña, algo nerviosa.

—Me alegro. ¡Olvidé pedirte tu número esta tarde! Me alegra volver a verte

—Oh, entiendo.— le pasó su segundo número de teléfono, el que no era para sus "trabajos".

—¿Cómo te agendo?

—So- Jungeun está bien.— se rascó la nuca, por suerte la menor no notó lo primero que dijo.

—¿Vamos por un helado?— iba a negarse a la propuesta, no quería estar mucho rato más con ella debido a lo que podía pasar, pero no podía resistirse a esa dulce sonrisa.

—Está bien, vamos

Caminaron hasta llegar a una heladería. Cada una pidió su sabor de helado favorito.

Se sentaron en una mesa y conversaron de cosas triviales. Jiwoo confesó odiar la política y ser el "gran ejemplo" de su padre.

—Me imagino, debe ser irritant-

Sus palabras se cortaron al ver la mano de la menor. Tenía un pequeño golpe. Al notar la mirada preocupada de la mayor ocultó su mano.

—¿Qué te pasó allí?

—N-nada. Me caí.— se notaba a kilómetros que mentía. Rodó los ojos al ver que no tenía otra elección más que decir la verdad.— La verdad es que mi padre siempre está afuera de casa, con sus propuestas y eso. Mi madre conoció hace un tiempo a un compañero de trabajo de papá, Park Jisung. Tiene un hijo de mi edad, Park Jimin. Son una familia bastante adinerada, y mi madre quiere una vida llena de lujos. Estoy... obligada a casarme con él. Mi padre no lo sabe, si se entera de mi matrimonio debe ser "por voluntad propia".— suspiró.— ¿Recuerdas hoy cuando te vi? Pensé que eras su hermana, Jihyo

Sooyoung no podía creer lo que oía. ¿Seguía habiendo mentalidades así? ¿Su propia madre estaba obligándola a casarse con alguien que apenas conocía solamente por el dinero?

—Y ella... ¿te golpeó por negarte a la idea?— Jiwoo suspiró y asintió. La sangre le hervía a la pelinegra.— ¿Y tú? ¿Qué deseas, Jiwoo?

La pregunta tomó por sorpresa a la menor. Miró los ojos expectantes de su acompañante.

—Pues... la verdad quiero casarme y estar con alguien que realmente amo y me ame. Además, me gustan las chicas

Lo último sorprendió a la mayor, pero no le disgustó en lo absoluto. Abrazó a su compañera mostrando su apoyo.

Las horas pasaron y llegó la hora de la despedida.

Sooyoung cruzó las calles hasta llegar a su hogar. Se tumbó en la cama. Esto no podía estarle pasando. Era la primera regla de todo lo básico del mundo: no mezclar el trabajo con el amor.

Espera, ¿con el amor?

Volvió a suspirar. Se dio cuenta de que la chica le atraía, lo cual le estresó bastante. Nunca le había ocurrido eso.

El teléfono comenzó a sonar, atendió y oyó una voz masculina al otro lado.

—Mañana, 20:30, en el restaurante "Eclipse". Espero verte allí

La llamada finalizó. Lanzó su último suspiro antes de caer rendida ante el sueño.

Debía afrontar su destino.

『Hired Gun』|| CHUUVES ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora