Capitulo 6🍓

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—Ngh Yūji así!—movía sus caderas de adelante hacia atrás mientras estaba arriba del teñido.

—Mmmh mierda—Admiro el rostro sonrojado que estaba frente—Ngh Yamaguchi—gruñó.

Se masturbo con más velocidad imaginándose a su jefe montándolo, gruñó una y otra vez su nombre acompañado de maldiciones por estar haciendo eso al imaginárselo. Una corriente recorrió todo su cuerpo que le hizo llegar al orgasmo para luego dejar caer su cabeza en el respaldo de su cama y respirar entrecortadamente.

Lo había hecho otra vez.

—¿Que mierda me pasa?—se levantó de la cama y camino hacia la ducha para meterse en esta y poder despejar la mente.

Eran cerca de las 3 de la mañana y Terushima dejaba caer el agua sobre su rostro, maldiciéndose una y otra vez por lo que había vuelto a hacer.

Pero desde que había renunciado a su último año de preparatoria para ser contratado como guardaespaldas de Yamaguchi y mudarse a la mansión no dejaba de pensar en él de las pecas.

Sabía que estaba mal hacerlo, sobre todo en aquella casa, pero al recordar a Tadashi inconscientemente ya estaba gruñendo mientras se imaginaba alguna que otra escena sexual con el. Sobre todo al recordarlo sonrojado y cohibido de sí mismo, Siempre fingía ser alguien fuerte y rudo frente a su abuelo y los demás, pero todo eso era la máscara que ocultaba su verdadero el,en  fondo el era alguien que se sonroja con facilidad y siempre esta dudando de si mismo y  sí lo que esta haciendo esta bien o mal.

Como olvidar ese día de piscina que Yamaguchi todo avergonzado se quitó su camiseta para dejar ver su torso de tez blanca y esos hombros llenos de pecas que parecían constelaciones, pero lo que nunca olvidaría era esa pequeña y perfecta cintura que tenía el menor.

Noto que como su amiguito se había vuelto a despertar con tan solo recordar aquel día y soltó un suspiro para luego encargarse de él.

•••••

Yamaguchi gruñó al escuchar su alarma y aun con sus ojos cerrados estiró una mano hacia su mesita de noche para buscar por todas partes aquel aparato del demonio que le interrumpía su sueño.

Refregó sus ojos con sus manos y se sentó en la cama tratando despertar mejor.

Se sentía extraño, hace una semana sentía su cuerpo extraño, Habían veces que sentía que hervía en fiebre y sentía mucho deseo sexual. Habían mañanas en las cuales se despertaba y se encontraba con su miembro erecto,Nunca le había pasado eso, y avergonzado se encerraba en su baño y se daba una ducha de agua fría.

Se destapó y se aseguró que esa no era una de aquellas mañanas que debía darse una ducha de agua fría, se dirigió a su baño  y Régulo el agua a una temperatura que le gustase y se adentró dejando caer la tibia agua sobre su cuerpo, pero al sentir cómo está caía soltó inconscientemente un gemido, Su cuerpo estaba mucho más sensible que los otros días. Avergonzado por el sonido que salió de sus labios se duchó rápido y se vistió para bajar a desayunar.

Se adentró al comedor encontrándose las mismas caras de siempre pero ahora habían dos rostros nuevos en aquella gigante mesa, sus dos nuevos guardaespaldas.

—Buenos días—Saludo a todos y le regaló una sonrisa para sentarse en su asiento y comenzar a desayunar en silencio mientras escuchaba las conversaciones que tenía su abuelo con sus hombres.

—Oh se me olvidaba—Ikkei se dirigió al pecoso que tomaba jugo de fresas—Hoy viajaré por negocios y no volveré dentro de 5 días.

—¿A donde iras?—preguntó curioso.

Maldito destino.  (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora