Capítulo 17: No otra vez.

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- No, no puede ser... no, no...

Adrian y Steve miraron a Bruce preocupados.

- ¿Qué ocurre?

- Necesito irme de esta casa. Ya. - Bruce se estaba hiperventilando.

- Oye, tranquilo Bruce.

- Es que no entienden.

- Y no, si no nos explicas, idiota.

- ¡Adrian!

Steve le masajeaba los hombros a Bruce.
- Tan solo relájate y cuéntanos.

Bruce se alejó algo molesto.
- No estoy de humor. Esa mujer me hace la vida imposible.

Adrian y Steve se miraron algo confundidos, como de costumbre.

- Ella es mi esposa.

- Espera, espera... ¿Estás casado?

- Si... bueno algo así. Ha sido la peor decisión que tomé en mi vida.

- La segunda fue dejarte el bigote.

- Basta Adrian.

Bruce estaba deprimido, con la cabeza agachada y los ojos llenos de lágrimas miraba la carta que le envió su esposa.
- Ella me ha hecho la vida imposible.
Los dos primeros años fueron intensos... Pero de un día para el otro sentí que estaba cambiada, me trataba mal y me insultaba. Yo jamás le he levantado la mano a una mujer en mi vida, y no lo iba a hacer, menos a mi esposa...

- Pero ¿qué dice la carta?

- Esta casa está a su nombre. Estos meses me he quedado aquí ya que ella se encontraba de viaje. Es una... creí que era el amor de mi vida... Con ustedes mi cabeza voló... me sentí tan libre y pude explorar esos lugares ocultos que tenía en mi mente.

- ¿Hemos sido un pasatiempo para tí?

- Chicos, yo arruiné su relación... Es tiempo de no entrometerme, porque no me siento enamorado en este momento.

- Está bien - Steve lo abrazó, luego se sumó Adrian.

Se escuchó sonar la puerta, como si alguien pusiera la llave.
Los ojos de bruce automaticamente se abrieron y corrió hacia la habitación.

Adrian y Steve se ocultaron bajo la mesa sin saber adónde ir.

- ¡Qué pocilga! - se escuchaba la voz de una dama - Esta es mi carta... ¿Qué hace mi carta aquí si yo la envié a...? Ahh.
Dejó sus valijas y su bolso sobre las sillas.
- ¡Paul Bruce Dickinson! ¡Sal de donde estés!

Bruce se asomó por una pared.

- Ahí está mi amado esposo.

- Ya no soy tu esposo.

*Adrian y Steve susurraban debajo de la mesa*

- ¿Crees que la perdonará?

- Shh shh...

Bruce se acercaba lentamente a la mujer.
- Te he pedido el divorcio ¿qué es lo que quieres de mí?

- Oh mi querido Brucey... ¿acaso no tienes en claro que tienes que seguir conmigo? Tú no puedes divorciarte de mí porque estoy acargo de tu carrera musical. ¿O te olvidaste de nuestra sociedad?

Steve y Adrian se miraron asombrados.

- Hija de p...

- Shh.

- Por favor tan solo déjame en paz - Bruce subió las escaleras y la mujer fue corriendo detrás de él.

Steve y Adrian decidieron salir corriendo hacia un supermercado.
Estaban agitados y descansando sobre sus rodillas.

- ¿Qué hacemos aquí?

- Necesito cigarros - Adrian entró a comprar.

Al salir se dirigieron hacia un parque cerca de la casa de Steve.
Los dos se estaban columpiando hasta que se hizo tarde, mientras Adrian fumaba.

- Amigo... no tengo palabras.

- Pobre Bruce. Está atrapado.

- Hay que hacer algo al respecto.

- Pero ¿qué podemos hacer? No nos incumbe lo que pasa en su relación. Arruinó lo nuestro y aún así lo perdonamos con un trio... tan solo dime Steve ¿qué clase de persona cuerda hace eso? Porque no creo que yo haya estado bien como para aceptar algo así.

- Igual lo hiciste.

- Steve no entiendo en qué momento hemos desperdiciado nuestra relación.

- Adrian no es fácil ser una estrella de rock y estar en una relación. Desperdicié todo con Lorraine, desperdicié todo contigo. Y me gustaría recuperar eso.

- Yo no quiero estar contigo. Al menos por ahora. Si quieres volver a intentarlo con Lorraine vé.

- ¿De verdad? Pero pasaron años...

- Ella te amó y tú has sido un imbécil con ella. Vé y hazla felíz. Ella te necesita más que yo - Adrian arrojó su cigarro al suelo.

- ¿Y qué hay de nosotros?

- Hay una banda que tiene que crecer. Hay músicos en medio. Hay instrumentos... Pero dudo que haya amor.

- Ade, solo te pido que te quedes en la banda, en serio te necesito.

- Si, lo haré. Pero no quiero tus jueguitos otra vez.

Steve largó un suspiro e intentó besar a Adrian. Adrian se adelantó y le metió un puñetazo en la cara a Steve. Luego se alejó para ir a su casa.

- ¡Te veré en el ensayo! - gritaba Steve a espaldas de Adrian, mientras se tocaba la cara para ver si tenía sangre.

Narra Adrian.

Si mi corazón me dice que no tengo que estar con Steve pues le haré caso. Estoy cansado de todo este circo. Maldito Steve, lo odio. Bueno no lo odio pero estoy embroncado con él y el estúpido de Bruce.
Preferiría que me arrolle un camión.

- Hola Adrian... ¿por qué tienes esa cara?

- Nada mamá. Iré a dormir.

- Dile a Steve si quiere venir a cenar.

Me encerré en mi habitación y cerré la puerta muy fuerte.

- ¡Adrian Frederick Smith!

- ¡Lo siento pero tengo el corazón roto!

Mi padre se enfureció conmigo porque si, he roto un pedazo de la puerta. Me dijo que si no la arreglaba no me llevaba a los ensayos con la banda.
Y así fué. Cuatro meses yendo y viniendo desde mi casa al estudio, del estudio a mi casa caminando. Solo. Bajo la lluvia.
Llegó noviembre y no tenía entusiasmo por ver a Steve en el estudio, él tan solo era una persona más en mi vida.

- Estoy cansado - Clive estaba hecho un trapo lleno de sudor.

- Está bien, todos lo estamos. Toma un descanso.

Yo seguí tocando riffs al azar.

Bruce se sentó en la batería y me acompañó a lo que sería el riff principal de "The Prisoner".

- ¿Qué haces? - preguntó Clive a Bruce mientras tomaba un té.

- Tan solo quería probar la batería. En Samson nunca me dejaron componer ni tocar nada.

- Y ya sé por qué - Clive les sacó los palillos de la mano a Bruce.

- Oye, eso me gusta - es la primera vez que Steve me dice algo positivo desde que no estamos juntos.

- ¿De verdad?

- Si, por supuesto. Anótalo.

Comienza enero de 1982 y comenzamos con la grabación de nuestro nuevo álbum junto a Bruce.
Estoy entusiasmado porque pude plasmar mis primeros temas en este disco y espero que al jefe le gusten.

Wasting Love ( -Iron Maiden-)Where stories live. Discover now