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Escuchamos dos toques en la puerta y volteamos, inmediatamente el pequeño se bajó y corrió hacia Kookie.

—¿Mami está bien?

El se agachó y peinó los cabellos rebeldes que sobresalían de su gorrito.

—Ya está bien, ¿quieres ir a verla?

—¡Sí!

Tan rápido como habló salió corriendo de la habitación.

—¿Qué haces aquí bebe?

—Tu hermanito vino a enseñarme su habitación.

—Tan rápido te intentó robar de mi lado.

Se sentó en la cama tomando mis manitos besandolas en el proceso.

—Jeon Jungkook ¿acaso estas celoso de tu propio hermano?

—Tal vez, sólo un poco.

Negué con una sonrisa irónica en mis labios después lo sucedido regresó a mi mente y no pude evitar preocuparme.

—¿Tu mamá tienes algo?

Pregunté ya que recuerdo cómo se levantó muy alterado en busca de su mamá. Yo lo miré a los ojos y acaricié su rostro con mis dos manos acunandola entre ellas.

—¿Quieres que te diga que pasa cierto?

—Solo si tu quieres.

El recargó su frente en la mía y agarro mis manos.

—Está bien pero vamos a mi cuarto.

Yo asentí y salimos del cuarto del pequeño para ir al suyo, el cual no era muy grande pero había un baño, su sábanas eran negras, las paredes eran blancas y había un gran closet.

Entramos y cerró la puerta, en seguida fuimos a sentarnos en la cama, bueno, mas bien él, y yo me estaba delante suyo.

—Puedes confiar en mi.

El dejó salir un suspiro lleno de frustración.

—Mi madre... Ella tiene una enfermedad, se la diagnosticaron hace 5 años y tiene episodios donde olvida a las personas y no reconoce donde está.

—¿Tiene alzheimer?

Asintió.

—Mi padre nos abandonó cuando se enteró, dejando a mi madre embarazada y a mi en la calle.

Las lágrimas comenzaron a salir y por primera vez lo vi llorar.

—No puedo hacer mucho ya que no tiene cura pero los medicamentos son muy caros y hay veces que no nos alcanza para comprarlos.

Se limpió las lágrimas con sus manos en un intento de calmarse.

—Cada día mi madre se olvida de nosotros, me duele en el alma ya que ella dio todo por nosotros y yo no puedo hacer nada.

—Kookie tu haces todo lo que puedes, no digas eso.

Alcé su rostro para limpiar las gruesas lágrimas que salían de sus grandes y bellos ojitos.

—Lo que más me preocupa es que puede haber la posibilidad que yo o Min-Ho desarrollemos la enfermedad más adelante.

Al escuchar lo último paledecí.

—No, No...

—Cariño no es nada seguro, puede ser 1 en un millón y no creo..

Sentí un dolor en el estómago y una opresión en el pecho.

—¡Pero no absoluta!

Está vez yo lloraba, quise evitarlo pero mis lágrimas salieron solas.

—Bebe escúchame.

Tomó mi rostro y me sentí estúpido ya que se supone que yo lo estaba consolado pero terminé llorando, no podía negarlo era muy débil.

—No pasará y si llegará a suceder... lo agradecería, ya que cada vez que vuelva a ver tu hermoso rostro me
enamoraría de ti como lo hice el primer día.

—No digas eso...

Negué una y otra vez.

—Mi amor no te preocupes.. estoy aquí, cada momento junto a ti lo recuerdo perfectamente y se que la personas que esta delante mio es la primera de la que me enamoré.

—Te amo... Se que es tonto pero en verdad lo hago, no quiero perderte Kookie.

—Yo tampoco y yo también lo hago, te amo.

Juntó nuestros labios y nuestras lágrimas seguían cayendo, juntándose en el beso. Cada vez que nos besabamos era una sensación nueva que me hacía querer mas de él.

Pero como siempre suele pasar en el mejor momento mi celular comenzó a sonar haciendo que nos separamos ambos con los ojos rojos.

Jimin se había metido al baño a hablar por teléfono y para ser sincero me preocupó. Minutos después salió algo nervioso.

—¿Que sucede?

—Kookie.. ¿Puedo pedirte un favor?

Yo asentí sin dudar.

—Mi madre no llegará a casa esta noche y.. No quiere que me quedo sólito, ¿puedo quedarme contigo?

—Por supuesto bebe, no hay problema.

—Seguro? No quiero molestarlos...

—Estoy seguro que mi madre y hermanito estarán contentos de tenerte aquí esta noche.

—Cargame.

Dijo estirando sus brazos hacia mi.

—¿Cuando será el día que no me pidas que te cargue?

—Pues no es a fuerzas.

Cruzó sus brazos y un puchero se instaló en sus labios haciendo uno de sus típicos berrinches.

—No te enojes, yo te cargaré las veces que tu me pidas.

Estaba vez lo cargué distinto, mi agarre estaba en sus muslos y el quedó más arriba de lo que suele estarlo cada vez que lo hacía.

Bajó su rostro y estuvimos a punto de besarnos pero un grito nos interrumpió.

—¡Mami Kook está toqueteando a Jimin!

Escondí mi cara en el curvatura de su cuello donde de delicioso aroma natural se escondía.

—Hay que ir antes de que tu mamá mal interprete las cosas.

Yo asentí dejando un beso en ese lugar y sentí estremecer a Jimin.

Nos leemos pronto

Nos leemos pronto

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"SILLA DE RUEDAS" [KOOKMIN] Where stories live. Discover now